El Banco Central Europeo ha reducido los tipos de interés al 2,5% tras bajarlos un 0,25%, el sexto descenso casi consecutivo de un cuarto de punto desde el 12 de junio de 2024, cuando el organismo monetario de la zona euro inició la desescalada desde el 4%, máximo histórico del BCE que alcanzó el 20 de septiembre de 2023. Se cumple, así, los pronósticos de los mercados que apostaban por una nueva bajada de tipos en marzo, aunque con cautela, y retroceden a cifras de hace dos años, cuando el BCE los colocó el 8 de febrero en el 2,5%. Pero entonces, los tipos escalaban al alza: en aquella ocasión, subieron medio punto, del 2% de diciembre hasta el 2,5%.

El Consejo de Gobierno ha situado los tipos de interés aplicables a la facilidad de depósito en el 2,5%, después de reducirlos el pasado 5 de febrero, al 2,75; los tipos para las operaciones principales de financiación descienden al 2,65% desde el 2,9% y, finalmente, la facilidad marginal de crédito ha caído del 3,15% al 2,9%. Según indica el BCE, la decisión de reducir el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito —tipo de interés mediante el que el Consejo de Gobierno guía la orientación de la política monetaria— se basa en su evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la intensidad de la transmisión de la política monetaria.

La decisión se toma con un PIB de la eurozona que creció el pasado año un escueto 0,7%, y unas perspectivas poco halagüeñas después de que el cuarto trimestre subiese tan solo el 0,1% y unas previsiones de un aumento de la economía del euro del 1% este 2025 y el 1,3% el siguiente. Del lado de la inflación, el Consejo de Gobierno del BCE tiene encima de la mesa un 2,4% en febrero, una décima por debajo del mes anterior. No obstante, a pesar de estar muy cerca del objetivo del 2%, aunque los expertos habían apostado por un mayor descenso, de dos décimas, hasta el 2,3%.

Riesgos geopolíticos

Pero las amenazas arancelarias del nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, que se han materializado ya en países como México, Canadá y China, tienen en vilo a la Unión Europea, y con ello al euro. Los analistas señalan que las tasas arancelarias y las pretensiones de la Comisión Europea de incrementar el de gasto en defensa para romper la dependencia de Estados Unidos, podrían frenar la bajada de la inflación. Un entorno que hace pensar que el BCE se tomará su tiempo para acometer un nuevo movimiento de tipos.

Además de la subida de febrero de 2023, hay que remontarse a 2006, para ver los tipos de interés en el 2,5% que con la bonanza económica -y una inflación al alza- llegaron a colocarse al 3,75%, un máximo que se pulverizó en 2023 en el 4%. Pero la crisis de la subprime, primero, y la financiera, después, que sumió a la zona euro en una profunda depresión, llevaron los tipos al 0,00% en 2012. Insuficiente, pues el BCE los puso en negativo el 11 de junio de 2014 y no salió de la zona roja hasta julio de 2022, que volvió al cero para iniciar una escalada provocada por las tensiones inflacionistas derivadas de la Guerra de Ucrania.