El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener los tipos de interés en el 4,50%, pese a que ha rebajado sus previsiones de inflación media para la eurozona al 2,3% en 2024 y al 2% en 2025, pero sigue pendiente de la evolución de los salarios en la zona euro. La decisión del BCE responde al criterio de que los tipos de interés están en niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán "de forma sustancial" a alcanzar su objetivo de una inflación a medio plazo. Además, ha destacado que sus futuras decisiones se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación, la dinámica de la subyacente -aquella que excluye los precios de la energía y los alimentos frescos por ser más volátiles- y la transmisión de su política monetaria a la economía.
"Hay una clara caída en marcha y estamos logrando avances hacia nuestro objetivo de inflación y como resultado tenemos más confianza, pero no la suficiente y claramente necesitamos más evidencias, más datos", ha asegurado Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE. En concreto, "sabremos mucho más en junio", ha asegurado.
Según la presidenta del BCE, en el consejo hay unanimidad para esperar a tener más información sobre la evolución de los principales indicadores de la economía. La entidad únicamente acaba de empezar a debatir el ajuste de su postura restrictiva, ya que el banco central requiere de "mucha más información en los próximos meses para tener suficiente confianza", ha dicho.
La decisión del BCE llega después de que la tasa de inflación interanual de la zona euro fuera en febrero del 2,6%, dos décimas por debajo de la subida de precios registrada en el mes anterior. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente se moderó también dos décimas, hasta el 3,1%. Esta lectura fue la menor desde marzo de 2022. Además, Eurostat confirmó que el PIB de la eurozona esquivó la recesión tras registrar un estancamiento en el cuarto trimestre respecto de los tres meses anteriores, cuando se contrajo un 0,1%.
Además de la inflación, el BCE sigue de cerca la evolución de los salarios y de los beneficios empresariales. "El coste laboral unitario y el beneficio unitario son dos elementos a los que estaremos especialmente atentos y seguiremos estando atentos", ha explicado- Lagarde, ya que, mientras las demás variables en general están disminuyendo hay una que no y es la inflación interna, determinada en gran medida por los servicios, intensivos en mano de obra y, por lo tanto, muy sensibles a la evolución de los salarios.
En la reunión de este jueves, en Frankfurt, el BCE también ha decidido dejar sin cambios la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- en el 4,75% y la facilidad de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día- en el 4%.
Los tipos de interés de la eurozona se encuentran en su nivel más alto desde 2001, después de que el BCE los subiera de forma ininterrumpida en diez ocasiones desde julio de 2022 hasta septiembre de 2023, con aumentos que han oscilado entre los 25 y los 75 puntos básicos. Un ciclo de subida del precio del dinero al que el organismo puso freno el pasado 26 de octubre, cuando los mantuvo por primera vez en el 4,5%.