Se avecinan meses difíciles. El Banco de España ya ha advertido en su último informe sobre la economía española que el PIB crecerá menos de lo esperado en 2024 y 2025. También de que los precios seguirán altos durante más tiempo, incluso más que ahora. El supervisor no se atreve a descartar “por completo” que el escenario inflacionista se haya acabado en dos años y por este motivo entiende que el Banco Central Europeo “podría requerir una actuación más contundente de la política monetaria”. Es decir, las subidas de tipos -que ya han llevado el precio del dinero al 4,5%- podrían no haber acabado y se puede dar un endurecimiento “adicional” de las condiciones financieras de los bancos.
Y todo esto puede traducirse en un mayor debilitamiento del gasto de los agentes privados, es decir, de los hogares. Por este motivo, la institución que dirige Pablo Hernández de Cos reconoce en el informe las “incertidumbre” que existen sobre la actividad y los precios en el ámbito doméstico. E incluso se cuestiona si las familias y los particulares podrán sobrevivir con sus ahorros para poder mantener su ritmo de vida actual, o si, por el contrario, tendrán que pedir dinero prestado al banco. Una tendencia que parece haberse extendido este año, ya que el crédito al consumo alcanzó su máximo desde 2009 el pasado mes de julio.
“Subsisten dudas acerca de la capacidad del ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia para dar soporte al consumo privado en los próximos trimestres”. En el mismo informe, se recuerda que, si bien es cierto que se ha producido un frenazo en la concesión de hipotecas por la subida de tipos, no ha ocurrido lo mismo con los créditos destinados al consumo, que han mostrado “un cierto vigor recientemente”. El propio Banco de España cree que “esto podría suponer un indicio de las crecientes dificultades a las que algunos grupos de hogares se estarían enfrentando para llevar a cabo sus decisiones de compra de bienes y servicios con cargo a sus rentas corrientes y a su ahorro acumulado”.
Del récord de ahorro al récord de crédito en solo tres años
En 2020, el confinamiento impidió que los españoles gastasen como en años anteriores, lo que elevó la tasa de ahorro a un inédito 17,6%. La cifra, récord, nunca antes vista, descendió ya en 2021 al 13,8% y el pasado 2022 hasta el 7,2% de la renta disponible (la cifra más baja desde 2018). Los expertos y economistas han afirmado que muchas familias aprovecharon para amortizar la hipoteca y otros préstamos ante la expectativa de subida de tipos, y esto habría hecho caer el ahorro, al igual que la inflación, que ha encarecido el coste de la vida.
Pero el miedo a un frenazo económico disparaba de nuevo el ahorro de los hogares en el primer trimestre de este año 2023 (último periodo del que hay datos disponibles) hasta el 11,8%. Sin embargo, el Banco de España cuestiona ahora si estos ahorros se podrán mantener y si serán suficientes para que las familias puedan seguir manteniendo su ritmo de vida. O si, por el contrario, tendrán que pedir un crédito al banco.
Y es que, aunque parezca contradictorio, el crédito al consumo está ahora en niveles récord. De enero a julio, las entidades financieras han concedido más de 18.000 millones de euros en créditos al consumo, un 8% más que el año pasado. Solo en julio se alcanzó la cifra más alta desde 2009. En el mismo tiempo, la contratación en hipotecas ha caído más de un 20% y eso que los primeros préstamos tienen unos intereses mucho más elevados que los segundos.
El interés medio de los créditos al consumo alcanza este año el 13,17% TAE frente el 3,9% de las hipotecas, según los datos aportados por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), desde donde ponen de relieve que, casi la mitad de los créditos que se solicitan este año son “en buena medida, para capear el temporal”. Principalmente, para obtener liquidez y refinanciar las deudas, estos copan el 43%. Otro 15% va destinado a la compra un vehículo, casi un 10% para las reformas del hogar y otro 10% más para los viajes y las vacaciones.
Los españoles no han querido reducir su gasto en vacaciones este verano, renunciar a comprarse un coche o un nuevo móvil, por lo que muchos de ellos han optado por pedir un crédito al consumo. Por este motivo, el Banco de España se pregunta si este ritmo de gasto se podrá mantener en un entorno de elevada inflación y préstamos más caros.