El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reconoce que hay mucha incertidumbre política en España, donde todavía no se ha conformado un gobierno tras las elecciones del pasado mes de julio. Pero en su opinión es aún "más importante" la "clara necesidad" que hay en España de llevar a cabo reformas estructurales en diferentes ámbitos con el fin de aumentar la productividad, reducir la tasa de desempleo, el déficit fiscal y la relación deuda/PIB.
En una entrevista concedida al diario Financial Times explica que para sacar adelante estas reformas estructurales y que el proceso de consolidación fiscal tenga éxito, las medidas "deben ser de carácter permanente". Por lo tanto, será "esencial" que el diseño, aprobación y la implementación de estas medidas están respaldadas por un fuerte consenso político. "La consolidación debería comenzar en 2024 y enmarcarse en un detallado plan plurianual, asegurando así su credibilidad desde el principio y aumentando la probabilidad de un proceso de consolidación gradual", indica.
La deuda nacional de España representa el 113% del producto interno bruto (PIB), la cuarta más alta entre los países de la eurozona. Respecto a la política monetaria, Hernández de Cos se reafirma sobre lo comentado en septiembre, tras la última reunión de tipos del BCE, "mantener el nivel actual de tipos de interés durante un período suficientemente largo será, en términos generales, coherente con lograr nuestro objetivo de inflación del 2% en el mediano plazo". Pero este endurecimiento de la política monetaria ya se está traduciendo en un crecimiento más débil de la economía, alerta.
"Basándonos en nuestros modelos no podemos descartar por completo un crecimiento ligeramente negativo en el tercer trimestre", advierte el gobernador del BdE. "La guerra en Oriente Medio ciertamente no ayudará a impulsar la confianza, el consumo o la inversión. Así que creo que nuestra evaluación de septiembre sobre nuestra política monetaria en el futuro es aún más válida hoy".
Por otro lado, Hernández de Cos reconoce en la entrevista que la economía española ha tardado más en recuperarse de la pandemia que muchos otros países europeos. Sin embargo, España se ha ido poniendo al día, así, en el primer y segundo trimestre, España tuvo tasas de crecimiento del 0,4% y del 0,5%, en comparación con el 0,1% en ambos trimestres en la zona del euro, principalmente porque el sector servicios es mucho más importante en España que en la zona del euro.
"Específicamente, el hecho de que dependamos mucho más del turismo nos ha ayudado, en este caso, dada la fuerte recuperación del 2023. El hecho de que seamos menos dependientes de la manufactura es otro factor clave. Por último, ser mucho menos dependientes de las exportaciones de bienes a China", explica.
Para 2024, de hecho, las previsiones de crecimiento son del 1% para la zona del euro, en comparación con el 1,8% de España. Y en 2025 será del 1,5% para la zona del euro y del 2% para España. Este mayor dinamismo, se explica en el crecimiento del empleo, que el Banco de España espera que siga siendo positivo en los próximos ejercicios, aunque crezca más lentamente. Con todo, el Banco de España destaca que estas proyecciones de crecimiento tanto para la zona del euro como para España, "están encubiertas en medio de una gran incertidumbre" dados los recientes conflictos geopolíticos como el conflicto en Israel o la invasión de Ucrania.