Las bolsas de Shanghái y Shenzhen subieron este miércoles un 1,31% y un 1,22% precisamente en el día en que han entrado en vigor los nuevos aranceles de Donald Trump de hasta el 104% a las importaciones chinas. Las alzas de las bolsas chinas se interpretan como un desafío o una demostración de fuerza.

En la sesión del lunes, las bolsas de Shanghái y Shenzhen cayeron un 7,34% y un 9,66 %, respectivamente, precisamente tras el paquete de contramedidas anunciado el pasado viernes por las autoridades chinas, que incluía gravámenes adicionales del 34% a los productos estadounidenses, que fueron respondidos por Trump con un incremento adicional del 50%. En la última sesión de bolsa, pese a abrir con pérdidas, de un -1,13% y -1,63%, respectivamente, los índices de estas bolsas chinas giraron hasta situarse en el campo de las ganancias.

El fondo estatal chino Central Huijin Investment aseguró este martes que tiene suficiente capacidad para garantizar la estabilidad bursátil y recalcó la "fortaleza" de sus activos y su "abundante liquidez" a la hora de "asumir un papel estratégico para asegurar la estabilidad de los mercados" chinos, al tiempo que el Banco Popular de China (banco central) prometía "apoyo de liquidez" al fondo si fuese necesario, según informaciones de Efe.

Asimismo, el operador de activos estatales China Chengtong anunció que movilizaría 100.000 millones de yuanes (13.620 millones de dólares, 12.325 millones de euros) para apoyar planes de recompras de acciones.

Además, más de 175 empresas cotizadas chinas como Sinopec, Haier o CATL anunciaron planes en las últimas 24 horas para recomprar títulos como medida de estabilización, recogió el diario financiero Caixin.

Por su parte, la Bolsa de Shanghái mantuvo este martes una reunión con representantes de diez instituciones del sector bursátil como Changjiang Securities, Oriental Securities y Dongwu Securities, que recalcaron la importancia de "mantener la estabilidad de los mercados" y "prevenir riesgos".

China desplegó el pasado viernes una batería de contramedidas a los aranceles anunciados la semana pasada por Trump, que elevaron los gravámenes impuestos a los productos chinos hasta al menos el 54%, que posteriormente incrementó al 104%. Entre ellas figuran gravámenes del 34 % a las importaciones procedentes de Estados Unidos, sanciones a algunas de sus empresas, restricciones a la exportación de ciertas tierras raras, la suspensión de la importación de productos de pollo y sorgo de determinadas compañías estadounidenses, así como la apertura de investigaciones antimonopolio y 'antidumping' contra firmas y productos del país norteamericano.

Trump afirmó el martes que está negociando con muchos países de cara a un acuerdo comercial, añadiendo que China también desea alcanzar un trato, "pero no sabe como empezarlo. ¡La ventanilla única es un proceso bonito y eficiente! China también quiere llegar a un acuerdo, pero no sabe como iniciarlo. Esperamos su llamada. ¡Pasará"!, afirmó el presidente.