La presión de las empresas automovilísticas europeas y los países de donde son oriundas -con Alemania e Italia en cabeza- han hecho que la Comisión Europea flexibilice las multas millonarias que entraron en vigor el 1 de enero para aquellas empresas que vendan, de media, coches por encima de 95 gramos de CO₂ por kilómetro recorrido. La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, dijo este lunes que dará tres años más a la industria automovilística para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO₂ previstos para este año, de tal forma que podrán evitar las multas que se preveían en 2025 por no cumplir la normativa.

"Propondré una enmienda a la normativa de estándares de emisiones de CO₂ este mes. En vez del cumplimiento anual, las empresas tendrán tres años. Los objetivos son los mismos, deben cumplir los objetivos, pero supone un mayor respiro para la industria, significa también más claridad, sin cambiar los objetivos acordados", dijo Von der Leyen en una declaración ante la prensa. La presidenta de la Comisión, que este lunes se reunió de nuevo con la industria automovilística, aceptó así una de las principales demandas que le ha trasladado el sector en las últimas semanas, antes de que este próximo miércoles presente un plan para impulsar su competitividad, en desventaja ante la de Estados Unidos y China.

16.000 millones

La industria automovilística europea se enfrentaba este año a multas que podrían alcanzar 16.000 millones de euros, según cálculos del sector, por incumplir la normativa actual, que obliga a que los automóviles vendidos en 2025 emitan un 15% menos de CO₂ que en 2021. Un objetivo que ascenderá al 55% en 2030 y al 100% en 2035 -cuando solo se pondrán vender coches eléctricos- y para evitarlas, la industria plantea dos forma distintas de contabilizar las emisiones.

La propuesta de Von der Leyen tendrán que aceptarla tanto el Parlamento Europeo como el Consejo de la Unión Europea (UE), pero la presidenta de la Comisión se mostró confiada en que "se podrá acordar rápidamente, porque solo tiene sentido si se acuerda con rapidez".

Rechazo ecologistas

La ONG ecologista Transport & Environment consideró que, de aprobarse la medida, las compañías retrasarán la producción de vehículos eléctricos. "El objetivo actual de emisiones de CO₂ para 2025 está al alcance de los fabricantes de automóviles europeos, que tienen hasta finales de año para cumplirlo. Al cambiar el plazo de cumplimiento a tres años, los fabricantes de automóviles tendrán menos presión para ofrecer modelos más asequibles", señaló en un comunicado.

La presidenta de la CE avanzó también su intención de dar ayudas directas a los productores europeos de baterías eléctricas, un área donde la UE se enfrenta a un "reto", aseguró. "Mientras nuestra propia producción está en vías de aumentar, vemos que las baterías importadas son más baratas. Y, por otro lado, no podemos permitir que los vehículos eléctricos sean más caros y tampoco podemos permitirnos crear nuevas dependencias (del exterior)". La estrategia consistirá también en la "introducción gradual" de requisitos europeos para los componentes y la venta de las baterías. Von der Leyen apuntó también a una alianza entre empresas del sector para colaborar en la producción de chips para los vehículos autónomos.