¿Cuánto dinero es mucho dinero? ¿Cuánto tengo que tener en el banco para ser rico? Estas son preguntas que a menudo la gente se hace y, aunque tendemos a pensar que cuanto más dinero tengamos en el banco, mejor, hay ciertos casos en los cuales es preferible tener menos dinero para evitar sustos. Actualmente, con la digitalización, casi todas las operaciones de banca se hacen a través del móvil. Cada vez es más complicado ver dinero en metálico, aunque hay gente que todavía lo utiliza en su día a día. De hecho, hoy en día pagamos prácticamente todas las cosas con las tarjetas de crédito o de débito digitales, o incluso a través de Bizum, pero hay que ir con cuidado con las cantidades que tenemos al banco. ¿Es bueno acumular todos los ahorros en una misma cuenta? ¿O es mejor repartirlos en diferentes entidades?
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), no es bueno acumular mucho dinero en el banco, pero también alerta del hecho de tener demasiado poco. La clave es conocer muy bien los gastos y los ingresos diarios, semanales o mensuales y destinar una cantidad fija para ahorrar.
¿Cuánto dinero se tiene que tener en el banco?
Primero de todo, es fundamental saber que el Fondo de Garantía de Depósitos solo garantiza hasta 100.000 euros por titular y entidad. Eso significa que cualquier cantidad que exceda este límite está en riesgo en caso de bancarrota del banco. Por lo tanto, desde la OCU aconsejan distribuir los ahorros en diferentes entidades para asegurar la protección.
¿Y cuál es la cantidad exacta que recomiendan? La OCU recomienda que sea equivalente a tres meses del sueldo. Esta cantidad tendría que ser suficiente para cubrir los gastos recurrentes, como los recibos y las domiciliaciones, así como proporcionar un cojín para imprevistos como la reparación del coche o el dentista. Por lo tanto, si un trabajador gana 2.000 euros mensuales, tendría que tener en el banco unos 6.000 euros, aproximadamente.
Inversiones a corto y largo plazo
De hecho, es la misma organización la que explica que las cuentas corrientes no son el mejor sitio para mantener los ahorros, ya que prácticamente ninguna entidad las premia con intereses. Por este motivo, los ahorros a corto plazo, es decir, aquel dinero que una persona puede prescindir por un periodo de 12 meses, se podrá invertir en un depósito a un plazo de un año, mientras que los ahorros a más largo plazo (aquel dinero que alguien no tiene previsto tocar en los próximos 5 o 10 años), se podrán invertir en otros tipos de depósitos.
Con todo, la OCU recomienda repartir los ahorros entre diferentes entidades no solo para maximizar la seguridad ofrecida por el Fondo de Garantía de Depósitos, sino que también permite explorar opciones de inversiones que pueden ofrecer mejores beneficios a largo plazo. De esta manera se asegura que los ahorros no solo quedan protegidos, sino que también trabajan para generar ingresos adicionales.