Ayudas como la anunciada este lunes por Pedro Sánchez de abonar 250 euros al mes a los jóvenes para ayudarles a pagar el alquiler sirven en otros países para que los propietarios lo aprovechen para subir los precios a sus inquilinos. Así, al menos, lo muestra un informe de EsadeEcPol de 2021 que repasa el efecto de las subvenciones en 7 países diferentes y qué parte del subsidio es "capturado" por el propietario. En Francia, el caso más clamoroso, durante el año 2004 los propietarios llegaban a quedarse con el 78% de las ayudas.
El presidente del Gobierno, un día después de la gran manifestación para exigir medidas urgentes por la crisis de la vivienda que congregó a decenas de miles de personas en diversas ciudades españolas, anunció un nuevo paquete de ayudas de 200 millones de euros para dotar a los jóvenes menores de 35 años con 250 euros al mes para ayudarles a pagar el alquiler. Sin embargo, las voces de la manifestación y entre los inquilinos reaccionaron de manera crítica a la medida.
"No habéis entendido nada. O bajáis los precios, o huelga de alquileres", expresó en un tuit el Sindicat de Llogateres i Llogaters. Otras voces críticas apuntaban a que, allí donde no hay topes a los precios (es decir, en toda España excepto en los municipios catalanes, que sí lo aplican), esta medida servirá de salvoconducto a los propietarios para aumentar los precios.
Y esto es exactamente lo que muestra el estudio de 2021 de EsadeEcPol, que recopila diversos trabajos académicos sobre las subvenciones a la renta. En el caso de Francia, en 2004, un estudio de 2006 mostró que las subvenciones eran capturadas en un 78% por los arrendadores. En Reino Unido, un estudio de 2006 muestra una captura de entre el 60 y el 66% por parte de los caseros entre los años 1996 y 1997 y, en Finlandia, un estudio de 2010 muestra un 57% de captura de los propietarios. En el mismo país, otro estudio de 2013 reflejó una captura menor, de entre el 30 y el 50%.
Más reciente es el estudio de Estados Unidos, de 2018, en el que un 46% de las subvenciones eran absorbidas por los caseros, o el de Nueva Zelanda, en 2019, con un 36% de captura. El único con una captura más baja es otro de Reino Unido de 2015, con un 10% del subsidio a manos del casero. En cualquier caso, es casi unánime que parte de las ayudas acabe repercutiendo en un mayor beneficio para el arrendador.
"Así pues, si finalmente el subsidio es capturado en un porcentaje importante por los propietarios, que suelen gozar de una renta superior a la media, estaríamos ante un efecto distributivo final muy probablemente regresivo. Adicionalmente, habría que considerar el efecto negativo que también supondría para jóvenes que fueran elegibles para el programa que se enfrentarían a un mayor precio, pero que, por restricciones presupuestarias, no pudieran recibir la prestación", alerta el estudio realizado por Natalia Collado, Ángel Martínez y Jorge Galindo hace ahora tres años.
El estudio, de todos modos, es crítico también con la regulación de precios, ya que advierte que las familias con mayor renta se podrían desplazar a zonas tensionadas para aprovechar los beneficios de la regulación, dejando fuera del mercado a las familias vulnerables, y apunta también al desincentivo que produce sobre la oferta, crítica, esta, recurrente por parte de la patronal. La limitación de los precios precipitó una caída de la oferta en casos estudiados como San Francisco, París y Berlín, donde creció la oferta en los mercados no regulados y empeoró la calidad de las viviendas en las zonas reguladas. Por ahora, no obstante, el Govern ha registrado una caída de los precios del 5,2% en Catalunya desde que existe la regulación de precios.
El anuncio del bono joven, tras una regulación del alquiler a la que no se ha sumado ninguna comunidad autónoma que no sea Catalunya, responde a la línea del incentivo, en este caso de la demanda, por parte del Gobierno español ante el escaso éxito de la vía limitadora. Avales a la vivienda y estímulo de la colaboración público-privada para la construcción de vivienda de alquiler asequible, así como de la vivienda y suelo disponibles de la Sareb, son otras de las jugadas del Gobierno para, en este caso desde el lado de la oferta, provocar una bajada de los precios del alquiler. Pero ninguna de estas medidas tendrá un efecto inmediato en los precios, y los inquilinos, que en Catalunya ya gastan un 52,1% de su renta para alquilar un piso en solitario, llevan tiempo dando señales de que la emergencia no puede esperar. La última, la protesta del domingo amenazando con una huelga de alquileres, o lo que es lo mismo, dejar de pagar.