Las crisis marcadas por los bancos de Silicon Valley y el, hasta ahora, todo poderoso, Credit Suisse, hacen replantear si son el inicio de una nueva crisis económica mundial que haga estallarlo todo. De entrada, Credit Suisse ha pedido prestado hasta 50.000 millones de francos al Banco Nacional Suizo (BNS). El objetivo es "fortalecer" al grupo, cuyo título se hundió en la bolsa en un inicio. En paralelo, el banco ha anunciado una serie de operaciones de recompra de deuda por unos 3.000 millones de francos suizos. "Estos pasos son decisivos para fortalecer Credit Suisse a medida que continuamos nuestra transformación estratégica por aportar valor a nuestros clientes y otros grupos de interés", dijo el consejero delegado del grupo bancario de Zurich, Ulrich Körner, en un comunicado este miércoles. En la otra cara encontramos los bancos de Silicon Valley y su caída del viernes y de Signature Bank el domingo que puso en alerta a los mercados de todo el mundo, en solo 48 horas se produjeron las dos quiebras bancarias mayores de los Estados Unidos desde la del Washington Mutual en el 2008.
"El efecto miedo puede provocar un contagio"
¿A partir de aquí, cómo puede afectar a nuestros ahorros y la estabilidad económica de los otros bancos? Desde ON ECONOMIA, hemos pensado en futuribles a través de tres economistas especializados en la materia. Y la respuesta más unificada va en dos direcciones: el efecto miedo que puede provocar un contagio injustificado y, por otra parte, la opacidad en las informaciones que se dan para explicar estas quiebras, especialmente, la que viene del banco suizo. Carme Garcia, presidenta de la Comisión de Economía Financiera del Colegio de Economistas de Catalunya, considera que es "prácticamente improbable que nos afecte", pero advierte que se trata de "no poner el miedo al cuerpo".
En esta línea también se suma Josep Lladós, profesor de la UOC y colegiado del Colegio de Economistas de Catalunya, que sí abre la puerta a un "efecto contagio, pero limitado" y destaca que esta crisis "se sitúa en dos zonas, no dos entidades, sobre todo la de Silicon Valley y el gigante Credit Suisse". Por otra parte, pone el acento en el factor común de ambas: "La mala gestión práctica a nivel bancario, no como la de los otros". Y Alfons Fernández, miembro de la Comisión de Economía Financiera del Colegio de Economistas de Catalunya, lo descarta porque "también se ha aprendido mucho de la crisis anterior", todavía relativamente reciente y marcada ahora hace quince años.
Alfons Fernández pide "ordenar las ideas y ver cómo la situación de ahora y sus circunstancias son diferentes a las del 2008, sobre todo porque la banca de forma generalizada tomó decisiones equivocadas" y no de forma particular como ahora: con tres bancos de los Estados Unidos y Credit Suisse que han hecho una política inversora de riesgo que ha comportado un error, pero no se ve que el resto lo hayan replicado.
La mala gestión es el factor común
Cuando se habla de mala gestión, en el caso de Silicon Valley, se centra en no prever un cambio de tendencia que avisaban desde hace tantos años. Pero Carme Garcia también admite que "cuando te avisan tanto no te lo crees y al final te encuentras con una subida de tipo de interés que sí ha llegado". Una espera demasiado larga en la que muchos se han confiando. En este caso, estos bancos tenían los depósitos de renta del estado que daban garantía y cuando se han producido, se han devaluado.
El profesor Josep Lladós cree que el caso que más puede preocupar o ilustrar es el americano: "Las deudas han ido cayendo y si los tienen que vender antes de vencimiento lo tienen que hacer a precio nominal más bajo. El problema es que los de Silicon Valley no han comprado el SWAP, es decir, una cobertura de riesgos, y los ha puesto en unos productos que han perdido valor de mercado y muchas de ellas ligadas a hipotecas que ahora son más altas". Así pues, la consecuencia con este razonamiento parece clara: "Como que sus clientes son empresas emergentes tecnológicas, se extendió el temor y fueron retirando los ahorros de forma acelerada", concluye Lladós. Una composición, la de perfil de cliente y gestión que no es comparable con la de los bancos de aquí.
"Preocupa la opacidad suiza"
El otro foco es el de Credit Suisse donde, a pesar de también una pésima gestión, puede preocupar "los escándalos que ya arrastraban desde hacía tiempo y cómo los gestores de estos productos de cobertura ya se lo veían a venir", matiza Carme Garcia. Hay que recordar que los activos se han ido deteriorando y han hecho una emisión de capital y, en este caso, un fondo de Arabia Saudí ha dicho no y todo ha estallado. Aqui es donde hay que poner el matiz: "Han caído las acciones, pero la gente todavía no ha retirado el dinero". "Para el economista Alfons Fernández, considera que el caso suizo, quien ha querido salir, "ha tenido tiempo de hacerlo porque ya se olía y, por lo tanto, el riesgo está muy repartido y no hay ningún banco que tenga una exposición muy fuerte". Así pues, los bancos ahora son más robustos.
Mientras que Lladós considera que "el pánico puede ser una realidad porque venimos de una última crisis donde la mala gestión también pesó por unos activos tóxicos, pero la diferencia con ahora es que el efecto contagio directo no está porque la exposición directa es pequeña". Pero también descarta unas consecuencias con bancos regidos por el BCE, Banco Central Europeo: "En Suiza no hay ningún tipo de supervisión, se mueven en la opacidad". Y para Lladós, el único problema es que el BCE "viva un riesgo de episodio de miedo y que la gente vaya a retirar el dinero".
El riesgo de los fondos de inversión
Si hasta ahora hemos hablado de ahorros, también en estos se debe tener en cuenta que hasta 100.000 euros, una persona física tiene garantizada esta cifra "en una banca establecida y considerada como tradicional fuera de centros de atención no regulados", explica Carme Garcia. Sistemas que ya se tienen en España, pero también aplican italianos, franceses o portugueses: "Son fondos de garantía de depósitos que los garantizan para todo el mundo".
Ahora bien, otro capítulo y este sí es más incierto son los fondos de inversión donde ya se tiene un riesgo intrínseco. En este caso ya no se habla de ahorros sino de depósitos que salen a jugar. En momentos como estos, la recomendación que aplican todos los economistas entrevistados es no salir, es lo peor que se puede hacer". Lladós pide tener en cuenta la "volatilidad del mercado y que subidas como la del BCE de este jueves del 0,5% no acaban de ayudar.
¿Realmente los bancos han hecho buenos resultados?
En último término, queda la estabilidad de los bancos. Los ejemplos más flagrantes son los últimos resultados. Banco Santander y BBVA obtuvieron en el 2022 los mayores beneficios de su historia. Los dos sumaron 16.000 millones de euros de ganancia el año pasado, casi 3.000 millones más que un año antes. Este hecho ha provocado que las dos entidades se sitúen entre los bancos de la Unión Europea con más ganancias del último ejercicio, escalando posiciones con respecto al 2021.
Estos resultados, extensibles a todos los bancos en positivo, pueden hacer concluir que esta crisis no acabe perjudicando, pero hay un matiz para el profesor Josep Lladós: "Se tendría que saber si todos ellos han provisionado riesgos y, por lo tanto, sus activos están un poco sobrevalorados". Además, la última subida del BCE no acaba de ayudar.
Una respuesta única todavía no se puede encontrar porque el problema nada más acaba de empezar. Sin entrar en alarmismos, la respuesta podrá ser más precisa en los próximos días. Sobre todo será importante escuchar qué explica la Reserva Federal de los Estados Unidos el próximo miércoles y cómo la inflación en la Unión Europea pueda empezar a calmarse. Con la tensión de precios latente, lo más importante era pasar el invierno y normalizar la situación esta primavera. Los economistas no prevén otra subida para el próximo 4 de mayo, cuando el BCE se vuelve a reunir. Si no hay ningún elemento repentino, la presión y tensión inflacionista será menor.