La inversión en infraestructuras en Catalunya acumula un déficit de 42.500 millones de euros en los últimos 15 años, según ha denunciado este martes Foment del Treball. Una parte importante del déficit es imputable a la falta de esfuerzo inversor y ejecución del gobierno central, pero no todo. De hecho, Josep Sánchez Llibre ha apelado tanto al Gobierno como al Govern "para que resuelvan de una vez" la situación, que ha tildado de "crítica" y "escandalosa".
Según los cálculos de la patronal catalana, entre 2009 y 2023, Catalunya tendría que haber recibido una inversión en infraestructuras 42.486 millones mayor que la real, que no ha llegado a los 40.000 millones. Por lo tanto, debería más que duplicar el esfuerzo inversor. Foment ha calculado las licitaciones en obra públicas, sean de la administración que sean, con respecto al PIB catalán y estima que para llegar al 2,2% del PIB, la media de lo que los países de la UE dedican a infraestructuras, haría falta estos 42.486 millones más.
El déficit se está acumulando desde 2010, puesto que de toda la serie de 15 años, solo en 2019 Catalunya tuvo una inversión pública en infraestructuras superior al 2,2% del PIB (2,8%). Desde entonces, siempre ha quedado por debajo, y entre 2011 y 2020, incluso inferior al 1%. En 2021 y 2022 mejoró, pero en 2023 ha vuelto a caer hasta el 1,1% del PIB, la mitad de lo que Foment calcula que haría falta, lo que ha provocado un déficit de 3.117 millones en un solo año.
Sánchez Llibre: "Es una tomadura de pelo y una pérdida de competitividad del tejido productivo y de calidad de vida de los ciudadanos"
“Me causa cierta vergüenza denunciar públicamente año tras año esta nefasta gestión en las diferentes administraciones públicas, en especial del Estado y la Generalitat”, ha denunciado Sánchez Llibre, que ha lamentado que el déficit “comporta una pérdida de competitividad de nuestro tejido productivo y una pérdida de calidad de vida de nuestros ciudadanos”. “Es una situación intolerable y una tomadura de pelo, apelo a las administraciones para que resuelvan de una vez el problema de inversión en infraestructuras”, ha rematado.
El presidente de Foment ha explicado que si no se invierte suficientemente es por falta de voluntad, no de necesidad ni de proyectos. De hecho, ha puesto cinco prioridades de infraestructuras que se tendrían que mejorar: la movilidad en ferrocarril (Cercanías y metro); la seguridad viaria (Catalunya tiene una alta accidentalidad en las carreteras) y la interconexión de nuestros territorios; la conexión internacional (en especial, ampliación del Aeropuerto del Prat); el transporte ferroviario de mercancías (el Corredor Mediterráneo), y el autoabastecimiento hídrico y la lucha contra la sequía (desaladoras y otras infraestructuras).
Sánchez Llibre ha acabado con una demanda a los principales dirigentes políticos del país y ha pedido “un gran pacto catalán entre las diferentes formaciones políticas más representativas” para llevar a cabo “las grandes infraestructuras que necesita Catalunya”, empezando por las cinco que Foment ha marcado como prioritarias. La paronal enviará el informe al Govern, a los partidos catalanes, al Gobierno y a los grupos parlamentarios en el Congreso.