Los anuncios de aranceles a Estados Unidos, las posteriores subidas, los matices de Donald Trump y la tregua de 90 días que se inició la semana pasada han sumido el comercio mundial en una situación de incertidumbre que se ha reflejado en los mercados financieros, que han vivido jornadas negras, de auténtico pánico, pero también rebotes muy intensos. A pesar de este escenario global, las ventas directas de Catalunya y España hacia EE.UU. no son significativas dentro de todo su mapa de exportaciones, pero hay algunos sectores que sí pueden sufrir, y uno de ellos es el cava.

La Denominación de Origen Cava (DO Cava) lo comentó hace unas semanas, cuando todavía no se conocían los aranceles y con datos parciales del año pasado. Ahora, en su memoria económica de 2024, recoge más datos sobre sus ventas que permiten hacerse una idea más precisa de lo que puede suponer un arancel del 20% en su negocio.

El cava vendió el año pasado 17,8 millones de botellas a Estados Unidos, siendo el segundo mercado internacional, solo por detrás de Bélgica. El precio medio de la botella se situó por encima de los 10,40 euros, por lo que estaríamos hablando de unos 185 millones. Pero EE.UU. es el mercado donde se venden más botellas de cava de mayor calidad, que se paga a un precio más alto, por lo que, la cifra es mayor y podría situarse alrededor de los 200 millones de euros.

El cava vendió el año pasado 17,8 millones de botellas a EE.UU., segundo mercado por detrás de Bélgica

El informe recoge que, aunque el mercado estadounidense es superado por el belga en 2,5 millones de botellas de cava de guarda —la gama básica—, en el producto de guarda superior reserva —la segunda gama— está solo 100.000 botellas por debajo. Si vamos al cava de guarda superior gran reserva, EE.UU. es el primer mercado, con más de 150.000 botellas. En la gama más alta, el cava de guarda superior paraje calificado, los datos no son significativos porque el país donde más se venden, Colombia, solo compra 576 botellas.

Por tanto, con los aranceles de Trump el cava no solo se juega su segundo mercado y unos 200 millones de euros de facturación, sino su primer mercado de cava de mayor calidad, el segmento que más crece. Mientras que las dos primeras gamas vendieron menos botellas en 2024 que en 2023 tanto en el mercado español como en el exterior, en el cava de guarda superior gran reserva, aunque el mercado interior cayó un 4,5%, el exterior creció un 6,3%, hasta los 1,2 millones de botellas. España aún supone dos tercios de las ventas de esta calidad, pero el crecimiento se está produciendo fuera y los aranceles pueden ser un golpe a ese incremento.

Otro factor a tener en cuenta es que EE.UU. fue, de los cuatro principales mercados exteriores del cava en 2023, el que mejor aguantó en 2024. El sector sufrió el desplome de las ventas en Alemania, que pasó de liderar las exportaciones con 31 millones de botellas al quinto lugar con 11 millones, es decir, perdió casi dos tercios de las ventas. Bélgica, nuevo líder, se dejó un 7,8%, y el Reino Unido, ahora tercero, casi un 12%. En EE.UU. las ventas bajaron un 4,6%.

El cava, “exportador por naturaleza”

“Es evidente que nosotros, que somos exportadores por naturaleza, lo que queremos es el libre comercio. Los aranceles son trabas al libre comercio y no somos un producto estratégico, por tanto, el cava no debería tener ningún tipo de arancel”, dijo Javier Pagès, presidente de la DO Cava, en la presentación de las cifras hace un mes en Barcelona.

En aquel momento, a pesar de la importancia del mercado estadounidense, no se mostró especialmente preocupado porque aún no se habían aprobado y no se sabía qué haría. Ahora tampoco se sabe qué acabará ocurriendo, está pendiente de las negociaciones que ya han comenzado, pero ya se cifraron las tasas para vender a Estados Unidos.

Presidente de la DO de cava, Javier Pagés / Foto: Europa Press
Javier Pagès, presidente de la DO Cava / Foto: Europa Press

Pagès mostró cautela porque también hay que ver, en caso de que finalmente se impongan los aranceles, qué harán los consumidores. Que haya un impuesto no significa que las empresas no vendan. Puede haber quienes exporten una cantidad pequeña o con poco margen y no les compense, pero otras seguirán haciéndolo, repercutirán el arancel en el precio y mantendrán las ventas.

En los cavas de mayor calidad es más probable que ocurra esto último, porque con precios más altos suele haber también márgenes más altos y el consumidor tiene mayor poder adquisitivo y puede asumir la subida. En los productos que se consumen por placer, y no por necesidad, a menudo los consumidores tienden menos a buscar sustitutivos y están más dispuestos a pagar un sobreprecio.

El otro gran enemigo del cava

Todo esto sigue siendo un escenario teórico y el sector, de hecho, es moderadamente optimista de cara a este año y los siguientes, ya que las lluvias de los últimos meses mejorarán la próxima vendimia, que se realiza en verano. De hecho, el principal freno a las ventas ha sido la falta de producto por las malas cosechas debido a la sequía.

“Llueve, así que esperamos tener una cosecha normal. No digo buena, normal. Creo que tendremos una relativa tranquilidad”, dijo Pagès en referencia a las lluvias y las expectativas de recolección de las variedades de uva para la elaboración del cava. No obstante, el sector debe prepararse para un escenario general con menos agua: “Las bodegas tienen que pensar, si viene otra sequía, que vendrá, qué deben hacer. Deben estar mejor preparadas”. Como opciones, mencionó, por ejemplo, apostar por variedades de uva que necesiten menos agua o sistemas de riego más eficientes.