Las elecciones a la presidencia de Cepyme, la patronal de las pymes de la CEOE, van a ser a cara de perro. Fuentes de la organización que presidente Gerardo Cuerva denuncian que organizaciones empresariales integradas en Cepyme han recibido “presiones” y “coacciones” de personas del entorno de Antonio Garamendi, presidente a la CEOE. Garamendi comunicó a Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, que no contaba con él para continuar al frente de la patronal de las pymes y que buscaría un candidato alternativo. La respuesta de Cuerva fue dar la batalla y presentarse a la reelección. Y la guerra ha empezado.
Fuentes cercanas a Cuerva señalan que varias organizaciones pertenecientes a Cepyme que participarán en la elección del nuevo presidente han comunicado las últimas semanas presiones de la CEOE. Ante esta situación, que en opinión de las fuentes de Cepyme enturbiarán el proceso electoral, Cuerva convocó a los órganos de dirección de la patronal para trasladar el malestar por estas injerencias procedentes del entorno del presidente de la CEOE y acometer cambios en el Reglamente de Régimen Interno con el objetivo de acotar la delegación de votos. De salir adelante la reforma planteada por Cuerva ayer ante los órganos de dirección -con gran polémica interna y pendiente de que sea ratificado en una Asamblea general- ningún delegado podría presentar votos delegados en la asamblea electoral en la que se vote al nuevo presidente de Cepyme, y para el resto de asambleas ordinarias, se establecería un máximo de 6 votos delegados por persona.
Las fuentes de Cepyme aclaran que las presiones que han recibido ciertas organizaciones son de carácter económico y patrimonial. Tanto Cepyme, como el resto de las organizaciones que pertenecen a la CEOE, depende económicamente de la matriz -que recauda las cuotas- y luego financia a las organizaciones. Lo mismo sucede con el patrimonio de las organizaciones empresariales. Como en el caso del patrimonio sindical, que procede del Ministerio de Trabajo -de bienes expropiados a sindicatos y patronales tras la Guerra Civil-, es propiedad de las organizaciones tanto de los sindicatos, como de las patronales.
Por tanto, los bienes patrimoniales -básicamente inmuebles- pertenecen a la CEOE que se los cede en usufructo a las distintas asociaciones como sedes para realizar sus funciones como asociaciones empresariales.
Junta Directiva
La primera gran batalla, más allá de las conversaciones que han mantenido en privado Cuerva y Garamendi, se dio este lunes en las reuniones de la Junta Directiva -la conforman unos 150 delegados de las organizaciones representadas en Cepyme- y del Comité Ejecutivo, una especial de Consejo de Ministros compuesto por 30 miembros, incluidos los 10 vicepresidentes, encargado de la gestión interna de Cepyme. Gerardo Cuerva mantuvo los mismos miembros en el Comité Ejecutivo que los que tenía Antonio Garamendi cuando fue presidente de Cepyme, por lo que las “lealtades están divididas”, entre Cuerva y Garamendi.
De hecho, aunque Cuerva ganó ayer la votación en el Comité Ejecutivo, lo hizo por 15 votos a favor y 11 en contra, con dos votos delegados. Fuentes de Cepyme señalan que la pretensión de limitar los votos delegados busca una mayor transparencia en el funcionamiento interno y señalan que estos mismos límites funcionan en la propia CEOE o en ATA, la patronal de los autónomos de la CEOE.
En Cepyme reconocen que los votos delegados benefician siempre a los candidatos apoyados por la organización-, pues los presidentes cuentan con hilo directo con todos los miembros de la Junta Directiva, frente a un candidato que aspirarse desde fuera, sin contactos directos ni personales. Pero también reconocen que el caso de Cepyme es atípico, pues por encima de los órganos de la patronal de las pymes, pesan los órganos de la propia CEOE, a la que puede beneficiar más la delegación del voto.
Calendario electoral
Aunque existen lagunas legales de los plazos, fuentes de Cepyme reconocen que Gerardo Cuerva está barajando convocar las elecciones a la Presidencia antes de que acabe su mandato, el 16 de marzo. A partir del día que el presidente las convoque, habrá un plazo de 50 días para que se reúna la Asamblea electoral de Cepyme y votar un nuevo presidente.