El Cercle d'Economia reclama un pacto entre partidos y rechaza la convocatoria de unas nuevas elecciones. La institución presidida por Jaume Guardiola asegura que una repetición electoral "podría aumentar la desafección de la ciudadanía respecto a la mecánica democrática" y exige a los diferentes actores políticos un pacto con el fin de "forjar mayorías sólidas y estables que permitan hacer políticas ambiciosas".

Desde el 2010 se han sucedido cinco legislaturas autonómicas con una duración media de poco más de dos años y medio, muy por debajo de los cuatro años que marca la normalidad estatutaria. Este periodo de anormalidad institucional se tiene que acabar, porque, se sea más o menos consciente, la normalización de la excepcionalidad tiene unos costes extraordinarios", critican desde el Cercle, que añaden que "el cambio de modelo que hay que sacar adelante pide acordar políticas que se tendrán que ir consensuando durante más de una legislatura". Además, el organismo reclama a los políticos un liderazgo "realista y ambicioso" y apunta que "la legislatura que empieza después de las elecciones del 12 de mayo es una oportunidad que no se puede perder".

Así lo ha indicado la entidad en la nota de opinión publicada este jueves a las puertas de la 39° edición de la Reunión Cercle d'Economia que tendrá lugar entre el 22 y el 24 de mayo en el Palau de Congressos de Catalunya. Con el título El mundo a prueba. Estrategias para impulsar la productividad y el bienestar en tiempo de cambio, la institución barcelonesa tiene el objetivo de abordar la situación geopolítica actual, las próximas elecciones en el Parlamento Europeo y la importancia de la productividad y el bienestar para la competitividad de la economía, entre otros.

La reforma de la financiación, inaplazable

El coraje que reclama el Cercle a la clase política para que pacten y eviten una repetición electoral también la exige para que se pacten un nuevo sistema de financiación, cuya reforma califica de "inaplazable" y "urgente". En este sentido, la institución considera "imprescindible" que las comunidades autónomas (CA) tengan capacidad normativa y recaudatoria para que puedan grabar las bases fiscales que se generan en su territorio, en la línea con la propuesta que ya hizo en el 2018, según la cual tanto el Gobierno como el de cada CA puedan gestionar y recaudar sus tributos.

En cuanto a la propuesta del pacto fiscal, propuesta por el gobierno catalán en funciones, el Cercle considera que, "en todo caso", se tendría que asegurar un mínimo nivel de solidaridad entre comunidades (medida que ya está prevista) y que "tendría que incorporar las comunidades de régimen foral [Euskadi y Navarra] en el mecanismo de solidaridad interterritorial de España. El Cercle apuesta por un sistema de bases fiscales compartidas, en la misma línea que Canadá. Una reforma que considera "ambiciosa, pero factible, solo depende de la voluntad política", y que tendría que ser aceptable para el conjunto de autonomías, en la medida en que "podrían salir todas beneficiadas".

Al respecto, el Cercle advierte a los grandes partidos estatales que "no hacer nada" o hacer "un mínimo retoque" en el sistema vigente "sería un gran error". No solo porque condena a las CA a operar con un sistema "muy deficiente y obsoleto", sino porque "una parte no menor de la desafección creciente que han estado en Catalunya los últimos años con respecto a España tiene que ver con la falta de voluntad política para abordar el problema de la infrafinanciación crónica de la Generalitat".

Crecimiento de la productividad

Paralelamente, el Cercle señala que el crecimiento de la productividad en España es "mucho más bajo y se aleja del de la Unión Europea" y agrega que entre los años 2000 y 2020 la distancia se ha doblado. "Ha pasado de un 6% a un 12% inferior", critica. "El mensaje que ofrecen Catalunya y la Comunidad de Madrid, los dos grandes motores de la economía española, tampoco es alentador. Solo el País Vasco presenta un nivel de productividad relativamente elevado y se acerca a las regiones más productivas", esgrime en la nota.

Por este motivo, argumentan que es "clave" identificar los polos de productividad próximos, asegurar la interconexión y que contamos con las infraestructuras tanto físicas como tecnológicas para maximizar el potencial económico de las empresas y el capital humano presentes en el territorio. "Sin una mínima cooperación entre las diferentes administraciones y los diferentes territorios, difícilmente podremos competir y dar un paso adelante". "El problema de fondo es la falta de un modelo económico claro y ambicioso a largo plazo. Hemos escuchado muchas veces que el objetivo es tener una economía de alto valor añadido, en la cual se prioricen los sectores tecnológicamente punteros y que sea capaz de generar puestos de trabajo de calidad y, por lo tanto, bien remunerados. Desgraciadamente, la realidad es, en gran manera, otra. Excepto casos puntuales, desde hace ya muchos años se genera mayoritariamente mucho empleo -en gran parte vinculado al turismo y a actividades comerciales- con salarios muy bajos. Eso es lo que explica que Catalunya y España en su conjunto hayan perdido posiciones relativas en el ranking europeo de la productividad", acaba.