La firma del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, ratificado este viernes en Montevideo, ha generado tantos detractores como seguidores, aunque la mayoría de los primeros están a este lado del Atlántico. Lo que incluye a varios gobiernos -que deberán ratificar el acuerdo- como el francés y el italiano. Pero mientras Emmanuel Macron, presidente francés, rechaza de plano la creación de una zona de libre cambio con los países del Cono Sur, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, abre la puerta a un acuerdo si se suaviza con medidas correctoras.
Se entiende porque se lleva negociando 25 años un acuerdo que levanta ampollas entre muchos colectivos comunitarios. Este mismo viernes, expresaron su malestar los sindicatos, los consumidores, los ecologistas y el sector agrario, que teme la competencia de los grandes productores latinoamericanos. Los empresarios, sin embargo, se han mostrados pletóricos con el pacto, tanto los europeos como los latinoamericanos.
Pero se quedan en minoría en la Unión Europea. Por eso, los firmantes han salido a la palestra, no solo defendiendo las bonanzas que supondrá para los 700 millones de personas que suma el acuerdo, sino aduciendo que no hay perdedores gracias a las salvaguardias añadidas para “proteger el medioambiente, las condiciones laborales y los medios de subsistencia de los agricultores”. “Hemos escuchado atentamente las preocupaciones que se han expresado en diferentes circunscripciones, y lo que proponemos aquí es un acuerdo totalmente nuevo que mejora los resultados de 2019 de varias maneras”, indicaron fuentes comunitarias a Efe.
Para acalmar a los medioambientalistas se ha pactado detener la deforestación de aquí a 2030 con un fondo de 1.800 millones de euros de ayuda de la UE en favor de la transición ecológica y digital en el Mercosur (Argentina, Brasil, Bolivia -sumado recientemente-, Paraguay y Uruguay). Medidas que se han plasmado por la presión europea en un anexo al capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sostenible con mayores garantías de protección al medio ambiente. Los países firmantes cooperarán para la implementación de tratados internacionales de combate al cambio climático, como el Acuerdo de París, y acciones para promover los alimentos sostenibles.
Salvaguardas por sectores
De cara a algunos sectores, especialmente agrarios, también se han cerrado salvaguardias que pretenden reducir el malestar que ha generado en un sector que ya ha anunciado movilizaciones para este mismo lunes en la mayoría de los países comunitarios.
Industria. Las empresas europeas se ahorrarán cada año 4.000 millones de euros en aranceles, al eliminar los derechos de importación del 91% de los productos que la UE exporta a Mercosur. Una liberalización paulatina para dar tiempo a los productores de los cinco países suramericanos a adaptarse. Se beneficiarán las exportaciones europeas de automóviles (arancel del 35 %), piezas de automóviles (14-18%), maquinaria (14-20%), productos químicos (hasta el 18%), ropa (35%), productos farmacéuticos (hasta el 14%) o el calzado de cuero (35%), señala Efe.
Alimentación. Algunos sectores agroalimentarios europeos ganarán con el acuerdo, como los vinos (27% de arancel), vinos espumosos (20-35%), chocolate (20%), whisky y otros licores (20-35%), bollería y galletas (18%), melocotones en conserva (55%) y refrescos (20-35%).
Agricultura. Bruselas asegura que el acuerdo abrirá a los agricultores y productores de alimentos europeos un acceso “sin precedentes a los países del Mercosur”. Se eliminan los “elevados aranceles” a las exportaciones agroalimentarias europeas -3.200 millones de euros en 2023- y para los contingentes de ciertos productos lácteos se aplicará arancel cero gradualmente. Además, hasta 350 alimentos y bebidas europeos tendrán protegida su indicación geográfica. La Comisión Europea destinará 1.000 millones de euros a los productores europeos perjudicados por el acuerdo.
Carne de vacuno. La UE concederá un acceso “muy limitado” a su mercado a las importaciones de productos agroalimentarios del Mercosur y, en el caso de productos sensibles como la carne de vacuno, las aves de corral o el azúcar, se limitará mediante cuotas aplicadas gradualmente. La CE insiste en que habrá un “impacto limitado” en el mercado de carne de vacuno de la UE y no generará más deforestación en Mercosur. Se permitirá la entrada a la UE de 99.000 toneladas con un derecho del 7,5% (el 55% del contingente consistirá en carne fresca o refrigerada y, el 4 %, en carne congelada de menor valor). El equivalente al 1,6% de la producción europea, por debajo de la actuales importaciones de Mercosur (196.000 toneladas el año pasado).
Aves de corral. La UE permitirá la importación libre de aranceles a lo largo de cinco años de un contingente de 180.000 tonelada, “suficiente para cubrir el creciente consumo de la UE”, según la CE. El 1,4% del consumo total de la UE e inferior a las importaciones actuales (240.000 toneladas en 2022).
Azúcar. La cuota de azúcar en bruto para refinar permitido sin aranceles será de 180.000 toneladas de azúcar de caña, por debajo de las actuales importaciones. Sí se introduce una nueva cuota de azúcar libre de aranceles de 10.000 toneladas para Paraguay, mientras que el azúcar de especialidad queda excluido del pacto. Las cantidades acordadas cubren el 1,2% del consumo de azúcar de la UE (unos 16 millones de toneladas).
Etanol. Se abrirá un contingente libre de aranceles de 450.000 toneladas para el etanol destinado a la industria química, y de 200.000 toneladas para todos los demás usos, que se introducirá gradualmente a lo largo de cinco años.
Miel. Contingente de miel de 45.000 toneladas sin aranceles que se introducirá progresivamente en cinco años (frente a las 30.000 toneladas que se importan actualmente). La cuota es inferior al 10 % del consumo total de la UE.
Arroz. El acuerdo permitirá la importación de 60.000 toneladas de arroz sin aranceles con una reducción gradual en cinco años (una cantidad inferior a las actuales importaciones de 100.000 toneladas de media al año). La UE no es autosuficiente en la producción de arroz y necesita importar; la cuota del Mercosur equivaldrá al 2% del consumo europeo.
Seguridad sanitaria. La UE cuenta con normas muy estrictas para proteger la salud humana, animal y vegetal y cualquier producto importado ha de cumplir todas esas normas, que “no cambian en absoluto con este acuerdo”, señalan fuentes de la cE.
Protección de la selva tropical. A partir de finales de 2025 sólo podrán entrar en la UE artículos que no sean producto de deforestación, como la soja, la carne de vacuno, el aceite de palma, la madera, el cacao, el café o el caucho.
Impacto del acuerdo
Los cinco países de Mercosur ya han dado el sí al acuerdo del viernes en la Cumbre que han celebrado este viernes en Montevideo. Pero en el caso europeo, deberá ser ratificado por los estados y el Parlamente europeo. Pero si finalmente sale adelante en los términos que se han firmado este viernes, será el mayor tratado comercial ratificado por ambos bloques.
La UE fue en 2023 el segundo mayor socio comercial del Mercosur, por detrás de China y por delante de EE.UU., con una cuota del 17% de las importaciones del bloque suramericano, por valor de 55.700 millones de euros, en su mayoría de maquinaria y productos químicos y farmacéuticos.
En la otra dirección, Mercosur fue el décimo mayor suministrador de la UE, con exportaciones valoradas en 53.700 millones, principalmente minerales y productos agroalimentarios, según datos de la Comisión.