China quiere que la Unión Europea (UE) no llegue a aplicar los aranceles sobre la importación de los vehículos eléctricos fabricados en el gigante asiático antes de su entrada en vigor el próximo 4 de julio al tiempo que anuncian conversaciones entre los bloques para tratar de reducir las fricciones comerciales. Según medios locales, el Gobierno de Xi Jinping ha pedido repetidamente que Bruselas cancele la aplicación de los aranceles, expresando al mismo tiempo su voluntad de negociación para evitar un nuevo frente comercial como el abierto con Estados Unidos desde la época del Gobierno de Donald Trump.
Por el momento, tras una llamada telefónica este pasado fin de semana entre el comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio de China, ambos territorios acordaron dejar las puertas "abiertas" para la discusión. En la misma dirección habló el ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, quien subrayó el sábado desde China que estos aranceles no deben ser percibidos como una medida punitiva. El sector de automoción está dividida con la medida.
"Es importante comprender que no son aranceles punitivos (...). El objetivo es lograr criterios comunes para el acceso al mercado", ha argumentado. "No existe la posibilidad de que los aranceles preliminares se supriman antes del 4 de julio a menos que China haga frente a todas las cuestiones que los europeos hemos denunciado", ha comentado el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Alemania en China, Maximilian Butek insistiendo en el mensaje que dejó caer a principios de la semana pasada la Comisión Europea desde donde pidieron a Pekín "ser eficaces" en abordar las subvenciones "perjudiciales".
Proteccionismo Occidental
La Comisión Europea anunció a principios del mes de junio la aplicación de aranceles de hasta el 48% para las importaciones de algunos vehículos eléctricos procedentes de China. A día de hoy, las autoridades chinas únicamente han anunciado una investigación similar sobre la carne de cerdo importada de los países comunitarios aunque han dicho que defenderán a sus empresas si Europa mantiene su posición.
Asimismo, Pekín no ha publicitado ninguna represalia sobre el sector del automóvil, aunque el actual arancel de importación de automóviles de China es del 15% y las pretensiones de las marcas pasan por una subida hasta el 25% del arancel a las importaciones de vehículos de gasolina. Medidas que, en todo caso, podrían costarle hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales a la industria, según el Instituto Económico Kiel. Por su parte, Estados Unidos aplicará un arancel del 100% después de haberlo incrementado desde el 25% actual desde el próximo 1 de julio.