Una hipoteca de obra nueva es la que se solicita para comprar una vivienda nueva (no de segunda mano). Estas viviendas puede ser que todavía no se hayan empezado a construir (llamados también, "sobre plano" o "de nueva construcción") o que estén a las primeras fases de su construcción (o, simplemente, no estén acabados). A grandes rasgos, se puede solicitar hasta el 80% del valor de tasación o valor de compra (menor de los dos). El comprador tiene que haber anticipado, de manera general, el 20% del precio de la vivienda.

Por otra parte, el BBVA recuerda que no hace falta que se pida la hipoteca de obra nueva al firmar el contrato de compraventa de la vivienda (cómo pasa con las que ya están construidas), y es habitual que se solicite una vez se conozca la fecha de finalización (real o querida) de la obra.

Documentación a aportar

Llegada el momento de pedir la hipoteca de obra nueva, harán falta una serie de documentos (diferentes, según el perfil del solicitante), siendo los más comunes:

  • DNI o NIF (en caso de ser extranjero, se requerirá el NIE o el pasaporte).
  • Contrato de compraventa de la vivienda.
  • Saldo disponible (en la cuenta del/s titular/s).
  • Extractos bancarios recientes.
  • Justificante de otros ingresos (si hay).
  • Recibos del pago de otros préstamos (si hay y están en vigor).
  • Documentos que correspondan al trabajar por cuenta propia y/o ajena (nóminas, contrato de trabajo, etc.).
  • Vida laboral actualizada.

Hay que recordar que no hay diferencias entre ambas hipotecas, si la comparamos con una habitual, pudiendo contratarse en ambos casos tipos fijos o tipos variables. La principal diferencia a la hora de adquirir una vivienda de obra nueva y uno ya construida es la modalidad de pago. En las primeras se suele abonar un 10% a manera de "reserva" y posteriormente se van aportando otras cantidades "a cuenta" durante su construcción y hasta la entrega de la vivienda (que es cuando se formaliza la hipoteca de obra nueva). Para las ya construidas (segunda mano), se suele hacer una aportación como reserva o arras, y posteriormente se formaliza la hipoteca. Tanto a la hipoteca de obra nueva como a la de segunda mano, se financia hasta el 80% del valor de compra o de tasación (menor de los dos).