La competitividad ha mejorado en todas las comunidades autónomas con un incremento del 4,9% de media nacional en 2022 respecto a 2021, a pesar de ser un año muy inflacionista (8,4% de subida del IPC) y lleno de incertidumbres, según el Informe de la Competitividad Regional de España 2023 del Consejo General de Economista conocido este miércoles. Las comunidades más dinámicas son aquellas que partían más abajo, con Andalucía a la cabeza, los dos archipiélagos y Extremadura, gracias al tirón del turismo. No obstante, según han señalado los autores del trabajo, José Carlos Sánchez, director técnico, y Patricio Rosas, coordinador, la subida no ha sido una mejora realmente significativa y mantienen la fuerte brecha que las separa de las 13 comunidades restantes.

Una vez más, el informe -que analiza 57 parámetros diferentes para medir la competitividad regional agrupados en 7 epígrafes- muestra dos bloques muy diferenciados, un grupo de territorios adelantados y el resto a la zaga. La Comunidad de Madrid repite como la región más competitiva de España con una puntuación de 15,82 en el índice de competitividad regional (ICREG), seguida del País Vasco (13,22), que avanza una posición en 2022, y Navarra (13,2) que lo pierde, calificadas como con una competitividad “muy alta” al superar el ratio de 12 y, en cuarta posición, con una nota “alta”, Catalunya con 11,16 puntos.

Las restantes comunidades están en el grupo de competitividad “media-baja” (entre 9,5 y 7,5 puntos del IGREG) y “baja” (por debajo de 7,5). Entre las primeras, la quinta posición del ranking nacional es para La Rioja (9,42), que asciende un puesto que arrebata a Aragón (9,39) y, a partir de aquí, las posiciones no han variado respecto a 2021. Dentro de la categoría “media-baja”, siguen Castilla y León (9,03); Galicia (8,7), Cantabria (8,5) y Asturias (7,68), que es la única que no ha incrementado su ratio, repitiendo el de 2021. Y en el pelotón de cola, con una calificación de “baja”, la Comunidad Valenciana (0,13) es la primera de este pelotón, seguido por la Región de Murcia (7,45), Castilla-La Mancha (7,14), Baleares (6,54), Canarias (6,11), Andalucía (5,88) y, como farolillo rojo, Extremadura (5,53).

Evolución

Los autores destacan el fuerte incremento de Baleares, que crece 0,51 puntos sobre 2021; Canarias 0,57, Andalucía 0,49 respecto al año pasado, y Extremadura, con 0,37. Sin embargo, aunque acortan distancias dentro del pelotón de las regiones con una competitividad “muy baja”, no consiguen ganar posiciones. Dónde si se agranda la brecha es entre las cuatro de cabeza con el resto, pues todas ellas se han mostrado muy dinámicas, con un Madrid que aumenta 0,7 puntos su competitividad; Catalunya 0,55; País Vasco 0,54 y Navarra 0,42, aunque los incrementos porcentualmente en estas cuatro comunidades son inferiores a la media, al partir de más arriba.

Así, en términos porcentuales, Andalucía, Baleares, Canarias, Extremadura y Galicia son las más dinámicas, con crecimientos “superiores a la media”, a continuación, Catalunya y Madrid en “la media”, por lo que se mantiene la brecha entre los dos territorios, e “inferior a la media” las restantes, con excepción de Asturias, único territorio en el que no aumenta la competitividad de su economía.

De los más elevados

A lo largo de 2022, la competitividad estructural en España aumentó un 4,9% en promedio ponderado de las 17 comunidades. Este incremento del ICREG agregado se encuentra entre los más elevados de toda la serie disponible (2008-2022) y es, incluso, medio punto superior al calculado en 2021. El buen comportamiento de las variables del mercado de trabajo, la recuperación del sector turístico -reflejado en el incremento del tráfico aéreo-, o el dinamismo de las variables tecnológicas, justifican este resultado. No obstante, en comparación con el crecimiento del PIB (5,8%), la variación del ICREG es algo menor, pero concuerda con el lógico “efecto rebote” que se ha producido una vez normalizada, casi en la totalidad de los 17 territorios, la actividad económica y social tras las restricciones derivadas de la pandemia.

En la categoría de eficiencia empresarial, el informe analiza cuatro aspectos relacionados entre sí, aunque matizan que la competitividad de un territorio está directamente ligada con el tamaño de sus empresas. En el conjunto de España, solo el 0,138% del tejido empresarial son grandes compañías (superan los 250 empleados), frente al 0,165% de la media de la UE. Solo los cuatro territorios más dinámicos se colocan por encima de la media comunitaria: Madrid, con un 0,263% de grandes empresas; Navarra, el 0,19%; País Vasco, el 0,169, y Catalunya con el 0,165%. La siguiente, Aragón, con un 0,123%, mantiene un salto considerable.

Entre los factores que peor se han comportado este año, los autores han resaltado el capital humano y el entorno institucional. Sobre este último, matizan que el empeoramiento, que se viene produciendo desde hace varios años, se explica por un mal comportamiento de las cuentas públicas, con incrementos del déficit disparados por el gasto que supuso combatir la inflación durante el pasado año, y el ratio deuda per cápita, que como consecuencia ha aumentado.