El mercado inmobiliario comienza a reflejar un cambio de tendencia. Tras un año expansivo, marcado por la elevada inflación y las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), la compraventa de vivienda y los precios ya muestran un frenazo en España. Si bien es cierto que en 2022 la vivienda se ha encarecido un 7,4%, tal y como ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este miércoles, los datos reflejan un descenso de los precios en el último trimestre del 0,8%.
En esta misma línea van también los datos publicados por el Consejo General del Notariado, que han cifrado la caída interanual del precio de la vivienda durante del mes de enero en el 1,7%, hasta un precio medio de 1.627 euros por metro cuadrado. Además, los notarios apuntan a un retroceso en la compraventa de vivienda en el mismo periodo, que baja un 7,3%, hasta alcanzar las 44.569 operaciones.
La tendencia en el mercado inmobiliario está cambiando, después de que el BCE lleve desde el verano del año pasado aplicando alzas a los tipos de interés, con el objetivo de reducir la inflación hasta el 2%. Una cifra que aún se sitúa lejos, por lo que las previsiones apuntan a que las subidas de las tasas se prolongarán hasta finales de 2023 e incluso podrían continuar en el primer trimestre de 2024. Pero, en el mercado de vivienda, los datos ya empiezan a reflejar el frenazo en el crecimiento que el organismo monetario busca, con un menor consumo registrado y los precios cayendo.
Cae la adquisición de hipotecas para vivienda
Respecto al tipo de vivienda, las compraventas de pisos se redujeron un 7,3%, hasta las 34.082 unidades, mientras que las operaciones relacionadas con viviendas unifamiliares disminuyeron un 7,6%, hasta las 10.487 unidades. También en estos dos tipos de inmuebles se observa una caída en los precios. En los pisos, el descenso es del 2,2%, hasta situarse en los 1.804 euros por metro cuadrado de media, mientras que el precio de las viviendas tipo unifamiliar se situó en una media de 1.304 euros por metro cuadrado, con un descenso del 1,2%.
Otra de las tendencias que se extrae de los datos publicados por los notarios es la caída en los préstamos hipotecarios. Con la subida sin frenos del euríbor, situándose en máximos de 2008 (cuando estalló la burbuja inmobiliaria), y los bancos habiendo encarecido los créditos a tipo fijo en los últimos meses, los ciudadanos están adquiriendo menos hipotecas. De este modo, los préstamos hipotecarios para la adquisición de vivienda bajaron un 16,1% en enero con respecto al mismo mes del año anterior.
En este sentido, el total de las operaciones se sitúa en 20.758. También disminuyó la cuantía promedio de estos créditos, concretamente un 4,1% interanual, situándose en los 146.181 euros. Por otro lado, el porcentaje de compras de viviendas financiadas mediante un préstamo hipotecario se situó en el 46,6% en enero, con la cuantía del préstamo suponiendo de media el 71,3% del precio.
¿Seguirán bajando los precios?
Con este escenario actual y el cambio de ciclo que ya se empieza a registrar, cabe preguntarse si la estrategia del banco central seguirá dando sus frutos al ritmo deseado y si el mercado de la vivienda seguirá su desescalada. El portal inmobiliario Fotocasa señala en este aspecto que la caída de los precios podría indicar el inicio de una moderación, aunque no considera que se vaya a producir de manera significativa.
“El cuarto trimestre ha estado marcado por mayor encarecimiento de las hipotecas desde el año 2000, y por la subida más rápida del Euríbor desde la existencia del euro. Esta casuística, aunque parezca contraria, ha acelerado todavía más la situación de compra de los ciudadanos, quienes se han apresurado a cerrar las compraventas antes de que las condiciones de los préstamos se endurezcan todavía más", señala María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
La firma no prevé bajadas significativas en el precio y considera que todavía es pronto para valorar si el descenso trimestral se convertirá en tendencia. De este modo, creen que las tensiones entre oferta y demanda dificultarán una corrección de los precios, puesto que el interés por comprar todavía supera los niveles prepandemia y la reducción de la oferta complicará todavía más poder llegar a un equilibrio rápidamente.