Muchas han sido las especulaciones en las últimas semanas respecto al comportamiento de la economía española en el tercer trimestre. Algunas voces, incluida la de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), deslizaron que el PIB entraría en terreno negativo; desde el Ministerio de Asuntos Económicos, en cambio, se ha defendido que seguiría en positivo, aun reconociendo un descenso de la actividad. Por último, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha desvelado la incógnita: el PIB ha crecido un 0,2% en el tercer trimestre de 2022, muy lejos de 1,5% del segundo trimestre, aunque por encima del primer trimestre cuando la economía cayó dos décimas. Sin embargo, se trata de la fecha adelantada que puede ser revisada. De hecho, la fecha adelantada del primer trimestre contabilizó un crecimiento de dos décimas, que unos meses después se convirtió en un descenso de dos décimas.

Por el momento, la principal causa del descenso de la actividad económica viene de fuera y no de dentro, pues las exportaciones han caído en picado en el tercer trimestre, con un crecimiento del 1,3%, lejos de trimestres anteriores (4,9% en el segundo o 5,2% el primero). Dentro de las fronteras, la demanda nacional sigue dando muestras de fortaleza, pues crece un 1,1% en comparación con el trimestre anterior, aunque no se debe perder de vista que son los meses de verano. Y dentro de las compras nacionales, extiende en alza el consumo de las casas, que también crecen un 1,1%, e incluso la inversión de las empresas, que aumenta un 1,4%.

Datos superiores a los de los dos anteriores trimestres. Así, el consumo de los hogares aumentó un 1,2% en el segundo trimestre, pero cayó un 1,2% en el primero o en Navidad del pasado año el incremento fue un discreto 0,3%. En el caso de la formación bruta de capital (inversión de las empresas), el 1,4% de este trimestre se coloca por encima del aumento del 0,8% del segundo trimestre y el espectacular descenso del 5% del primer trimestre del año. El dinamismo mostrado en la demanda interna explica, en parte, que las importaciones hayan crecido con mayor fuerza (3,7%) que las exportaciones (1,3%). Sin embargo, el fuerte incremento de los precios del gas y el petróleo puede influir en la subida de las importaciones españolas.

Dentro de las fronteras, la demanda nacional sigue dando muestras de fortaleza, pues crece un 1,1% en comparación con el trimestre anterior, aunque no debe perder de vista que son los meses de verano. Y dentro de las compras nacionales, extiende en alza el consumo de las casas, que también crecen un 1,1%, e incluso la inversión de las empresas, que aumenta un 1,4%. Datos superiores a los de los dos anteriores trimestres. Así, el consumo de las casas aumentó un 1,2% en el segundo trimestre, pero cayó un 1,2% en el primero o en Navidad del año pasado, solo se incrementó un discreto 0,3%.

Inversión de las empresas 

En el caso de la formación bruta de capital (inversión de las empresas), el 1,4% de este trimestre se coloca por encima del aumento del 0,8% del segundo trimestre y el espectacular descenso del 5% del primer trimestre del año. El dinamismo mostrado en la demanda interna explica, en parte, que las importaciones hayan crecido como mayor fuerza (3,7%) que las exportaciones (1,3%). Sin embargo, el fuerte incremento de los precios del gas y el petróleo puede influir en la subida de las importaciones españolas.

Pero las exportaciones no son las únicas culpables de que la actividad española haya sufrido un frenazo, que no un retroceso respecto al trimestre anterior. La estadística de Contabilidad Nacional Trimestral del INE apunta a un deterioro en la compra de viviendas y otros edificios y construcciones. Si se analiza desde el punto de vista de la demanda, la inversión en viviendas y otros edificios ha sufrido un retroceso de una décima respecto al segundo trimestre, especialmente relevante si se tiene en cuenta que creación un 6,5% en el segundo semestre, aunque se mantuvo a cero en el primero de este año y registro descensos en el tercer y cuarto trimestres del año pasado. Lo que denota una gran volatilidad.

Por el lado de la oferta, tanto la construcción como el sector muestran bajan en su actividad respecto al trimestre anterior. Aunque podría explicarse en parte por los meses de verano. En este tercer trimestre, tanto la actividad en construcción como la inmobiliaria, medidas por el INE, descienden una décima. Más preocupante en inmobiliario, pues suma ya dos trimestres de descenso, mientras que la construcción subió un 2,5% en el trimestre anterior.

Un año atrás

Si se comparan los datos de Contabilidad Nacional del tercer trimestre de este año con el del pasado año, la economía, aunque arrastra los buenos resultados de los meses anteriores, sufre un fuerte descenso: crece al 3,8% cuando el segundo trimestre registraba un 6,8%. No obstante, dejando al margen los años 2020 y 2019, especialmente complejos por la Covid, 3,8% supone una gran fortaleza si se compara con años anteriores. Es necesario remontarse al tercer trimestre de 2016 para encontrar un aumento del PIB superior, en concreto un 4,2%.