El final de las restricciones a la movilidad y al ocio ha desencadenado un repunte del consumo del tabaco, que en 2022 sube un 6% respecto al año anterior, y del alcohol, con un incremento del 18,1% en los destilados y el 6,1% en la cerveza. Como consecuencia, la Agencia Tributaria (AEAT) recaudó con los impuestos especiales de estos dos productos 7.928 millones de euros el pasado ejercicio fiscal de 2022, 828 millones más que en 2021, lo que implica un 11,7% de crecimiento. Unos ingresos fiscales que han recuperado ya los niveles de 2019, superándolos en 286 millones de euros, que suponen un 3,7% más que lo recaudado ese año, según los datos hechos públicos recientemente por Hacienda.
El incremento en 828 millones de euros en la recaudación del pasado año compensa los 858 millones de euros que Hacienda ha dejado de ingresar por el impuesto especial de la electricidad que el pasado 2022 y la totalidad el presente 2023 se beneficia de una fuerte ayuda fiscal. Así, por este impuesto, la AEAT obtuvo 228 millones de euros durante 2022, frente a los 1.083 millones en 2021 (la subvención empezó en octubre de ese año, lo que ya redujo la recaudación sobre los años anteriores). Eso supone que el conjunto de los impuestos especiales reportó a las arcas públicas el pasado año 20.224 millones de euros, un 1,5% más que el año pasado que sufrió la merca del impuesto de electricidad. El cuarto gran impuesto especial, el de hidrocarburos, aportó a Hacienda el pasado año 11.984 millones de euros, un 4,3% más que el año 2021, en parte por el fuerte aumento del precio de gasolinas y gasóleos. No obstante, cabe recordar que durante 9 meses del pasado año, el Gobierno subvencionó con 20 céntimos el litro de combustible, coste que no aparece reflejado en los datos de la recaudación.
39,51 millones de kg de tabaco
Las estimaciones preliminares de Hacienda apuntan a que el pasado 2022 se consumieron en España 39,51 millones de kilos de tabaco, frente a los 37,26 millones del año anterior. Cerca de las dos terceras partes corresponden a cajetillas, de las que en 2022 se fumaron 2.081 millones, un 7,2% más que en 2021. Eso supone un repunte de esta modalidad de tabaco, en detrimento de otras más baratas como el tabaco de liar. Igualmente, se superan los 2.061 millones de cajetillas fumadas de 2019, aunque queda lejos de los 2.215 millones de 2016. En cualquier caso, la reducción del hábito deja ya lejos cifras de consumo de 4.468 millones de cajetillas que se fumaron en 2003. Además, el consumo ha caído un 2,5% en el número de cajetillas en el primer semestre de 2023.
El incremento del consumo ha permitido que Hacienda recaudase un 9,3% el pasado año -6.682 millones de euros-, frente a los 6.115 millones de 2021 o los 6.445 millones de 2019. El récord de recaudación -7.423 millones de euros- se produjo en 2010 con 3.439 millones de cajetillas. Porque el aumento de la recaudación no se explica exclusivamente por el repunte del consumo tras la pandemia, sino también por el incremento de los impuestos que se les aplica y el precio del tabaco antes de impuestos. Por este motivo, aunque el consumo sube el año pasado un 6%, la recaudación lo hace al 9,3%. En 2022, por cada cajetilla de tabaco se abonaron 2,84 euros por el impuesto especial al tabaco (a lo que se debe añadir el IVA), cuando el año anterior se aplicó 2,81 euros y 2,82 euros en 2019. En 2017 se produjo la última subida importante, al pasar de los 2,75 euros 2026) a 2,81 euros.
Además del aumento de la imposición que viene sufriendo este producto, los precios antes de impuestos han ido subiendo de forma paulatina hasta marcar el pasado año un récord de 69,85 euros el kg de labores de tabaco, frente a los 66,8 euros de 2021 o los 66,51 euros de 2019. En el caso de las cajetillas, la Agencia Tributaria no ha aportado en la estadística de 2022 (provisional) el precio medio, aunque en 2021 y 2020 fueron 0,58 euros.
Bebidas alcohólicas
Pero si el pasado año se fumó más, también se bebió más. Con los datos de Hacienda, en 2022 se consumieron 101 millones de litros de alcohol puro, un 18,1% y 4.055 millones de litros de cerveza, un 6,1% de aumento. Remontándonos años atrás, no se consumía tanto alcohol puro desde 2010, también con 101 millones de litros y, en el caso de la cerveza, los 4.055 millones son récord desde 1995, desde que la AEAT da datos. En aquel año, por hacerse una idea, se consumieron 2.440 millones de litros.
Al igual que en el caso del tabaco, sin embargo, la recaudación por el impuesto especial de alcohol y el de la cerveza, se coloca muy por encima del incremento de la ingesta. Así, el aumento del 18,1% del consumo de alcohol puro supuso un incremento del 34,5% de los ingresos de Hacienda, hasta 905 millones de euros. En el caso de la cerveza, el 6,1% de mayor consumo derivó en un 9,5% de incremento de los ingresos de Hacienda, con 341 millones de euros. En el caso de los alcoholes, no se recaudaba tanto desde 2008 (903 millones de euros) y en el de la cerveza se registra también récord histórico.
Sin embargo, en ambos casos no ha influido un mayor tipo impositivo, pues se abonó 9,47 euros por litro de alcohol, frente a los 9,49 de 2021 y 2020, y en por la cerveza, 0,09 euros por litro, idéntico en los últimos cuatro años. Sí se ha incrementado el precio que se abona por un litro de alcohol antes de impuestos, 7,4 euros de media, frente a los 7,14 euros de un año antes, según los datos de la Agencia Tributaria.