El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos registró un crecimiento del 1,3% en el tercer trimestre del año, lo que representa un avance una décima por encima de la estimación inicial y un ritmo de expansión muy superior al 0,5% del segundo trimestre de 2023, según ha informado la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio.
En términos anualizados, el avance fue del 5,2% entre julio y septiembre, lo que implica una revisión al alza de tres décimas respecto de la estimación preliminar y un repunte del crecimiento de la primera economía mundial desde el 2,1% del segundo trimestre.
Repunte de las exportaciones
En comparación con el segundo trimestre, la aceleración del PIB reflejó principalmente los incrementos en el gasto de los consumidores y la inversión en inventarios privados y un repunte de las exportaciones, que fueron parcialmente compensados por una desaceleración de la inversión fija no residencial, mientras que las importaciones aumentaron.
De este modo, se confirma la divergencia entre Estados Unidos y sus socios del Viejo Continente, ya que, a diferencia de la primera potencia mundial, el PIB de la zona euro sufrió una contracción entre julio y septiembre del 0,1%, mientras que en Reino Unido la actividad se estancó. En este sentido, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) advertía este miércoles al dar a conocer sus últimas previsiones económicas del riesgo de que la economía de la zona euro se quede rezagada respecto de otras economías avanzadas.
Subida de tipos
Los datos se conocen cuando faltan dos semanas para que la Reserva Federal (Fed) celebre su última reunión de política monetaria del año tras la que podría decidir una nueva subida de tipos o mantenerlos como están, como hizo en su última reunión a principios de este mes. Los tipos están ahora en la horquilla del 5,25% y el 5,5%, su máximo nivel desde 2001.
La Fed no descartó que pueda haber una nueva subida antes de que acabe el año en la última reunión que se celebrará el 12 y 13 de diciembre, dado que la economía no muestra síntomas de enfriamiento, sino todo lo contrario, y la inflación está todavía lejos del deseado 2%. En octubre, la tasa de inflación volvió de nuevo a bajar, tras haber subido o permanecido estancada desde junio, y los precios se redujeron medio punto, una caída que sitúa al indicador en el 3,2%.
Por su parte, la inflación subyacente, dato clave que analiza el banco central estadounidense para tomar sus decisiones sobre tipos de interés, bajó interanualmente una décima, hasta el 4%.
Mercado laboral e inflación
En cuanto al mercado laboral, otro dato clave, la creación de empleo se ralentizó considerablemente hasta los 150.000 puestos nuevos, 147.000 menos de los generados un mes antes, y la tasa de desempleo subió una décima hasta el 3,9 %.
Según las actas de la última reunión de la Fed, los miembros del Comité Federal de Mercado abierto (FOMC, en sus siglas en inglés) coincidieron en que es necesario "proceder con cautela" a la hora de estudiar posibles nuevas subidas de tipos de interés y que se decidirá en función de la totalidad de la información económica entrante. Además, todos los participantes acordaron que "sería apropiado que la política se mantuviera en una postura restrictiva durante algún tiempo", hasta que la inflación "esté claramente descendiendo de manera sostenible hacia el objetivo" del 2%.