El pasado mes de marzo, el hundimiento de Credit Suisse en bolsa sacudió a los mercados europeos y pareció poner en jaque a la economía durante unos días. El histórico banco suizo, azotado por diversos escándalos, fue el primer y único damnificado de una crisis de confianza que nació en Estados Unidos con la quiebra del Silicon Valley Bank. El también banco suizo UBS compró la histórica entidad y cerró la hemorragia, pero este miércoles, después de anunciar unos beneficios de 29.904 millones de dólares (27.300 millones de euros) ha anunciado que la marca Credit Suisse desaparecerá en 2025. Será el fin a 167 años de historia de un banco que nació en 1856. Despedirá, además, a 3.000 empleados. 

Las dos entidades "operarán de forma separada hasta su integración legal en 2024", y "la marca Credit Suisse y sus operaciones seguirán hasta que se complete la migración gradual de clientes al sistema de UBS, algo que esperamos finalizar en 2025", señaló en el informe de resultados el consejero delegado de UBS, Sergio Ermotti, según informa la agencia EFE.

Credit Suisse, en un comunicado aún por separado, pero ya presentada como "empresa del Grupo UBS", informó también este jueves de unas pérdidas de 9.329 millones de francos suizos (10.600 millones de dólares, 9.700 millones de euros) en el primer semestre de 2023, marcado por una crisis de imagen y financiera que forzó su compra por parte de UBS para salvar a la centenaria entidad de la quiebra. La decisión de integrar completamente Credit Suisse en UBS es según señaló Ermotti "la mejor solución para la compañía, para nuestros accionistas y para la economía suiza".

Una decisión polémica

El mantenimiento o no de la marca Credit Suisse estaba en duda hasta hoy: muchas voces en el país centroeuropeo pedían que continuara dentro de UBS, al ser un banco con 167 años de historia y que durante mucho tiempo formó parte de la imagen del país como centro financiero internacional.

Sin embargo, muchos analistas subrayaban que Ermotti -nombrado consejero delegado este año precisamente para dirigir la compleja absorción de Credit Suisse- era más partidario de la integración, y que su reciente decisión de renunciar a las garantías de ayuda del Gobierno suizo tras la adquisición le daban mayor libertad para llevarla a cabo.

Esta integración, "aumentará las fortalezas que hacen de UBS (banco cuyo valor de mercado duplica el PIB del país helvético) el banco líder en Suiza", aseguró Ermotti en el informe.

La mayor parte de los beneficios netos de la segunda mitad de 2023 se concentraron según el informe en el segundo trimestre del año (28.875 millones de dólares o 26.400 millones de euros), precisamente el periodo en el que se desarrolló buena parte de la adquisición de Credit Suisse.

Según reconoció UBS prácticamente todos esos beneficios procedieron del fondo de comercio negativo (llamado "badwill" en la jerga financiera) derivado del hecho de que UBS comprara Credit Suisse, a instancias del Gobierno suizo, muy por debajo de su valor (3.000 millones de francos suizos, un descuento del 60 % con respecto al precio de cotización en bolsa que tenía entonces).

Más información sobre Credit Suisse

En el informe de hoy también se indica que con la adquisición UBS se ha visto obligado a asumir 238.000 millones de dólares (218.000 millones de euros) de activos ponderados por riesgo de Credit Suisse, aunque asegura que esa entidad "se ha estabilizado" en los últimos meses, con flujos de depósitos de 18.000 millones de dólares (16.400 millones de euros) en el segundo trimestre.

UBS por su parte cosechó en ese periodo abril-junio la mayor entrada neta de liquidez en más de una década, por valor de 16.000 millones de dólares (14.600 millones de euros), lo que según muchos analistas responde al traspaso de muchos clientes procedentes de Credit Suisse.

El banco de Zúrich señaló también que como parte de su estrategia para asumir la integración de Credit Suisse figura el objetivo de recortar costes en más de 10.000 millones de dólares (9.100 millones de euros).

"Dos meses y medio después de que se cerrara la adquisición (iniciada el 19 de marzo y que se dio por completada el 12 de junio), no perdemos el tiempo a la hora de conseguir valor para nuestros accionistas tras una de las mayores y más complejas fusiones bancarias de la historia", analizó el consejero delegado Ermotti.

"Estamos logrando que la confianza de nuestros clientes regrese, reduciendo costes y tomando las acciones necesarias para crear economías de escala que nos permitan enfocarnos mejor en nuestros recursos y planear inversiones para el crecimiento futuro", añadió.