La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha vuelto a elevar los tipos de interés por novena ocasión consecutiva en 12 meses. La institución bancaria liderada por Jerome Powell ha decidido mantener el ritmo de las alzas de tipos de interés visto en la reunión del pasado febrero, cuando la Fed elevó las tasas en 25 puntos básicos. En esta ocasión, y como ya ocurriera hace algo más de un mes, la Reserva Federal ha vuelto a endurecer la política monetaria un 0,25%, pero en un contexto aún más desafiante sí cabe.
Pese a que en la comparecencia de Powell ante la Cámara de los Representantes y ante el Senado de Estados Unidos, el presidente ofreció un discurso aguerrido contra la inflación, los hechos vistos en el mercado financiero han hecho que la decisión sea mucho más ajustada de lo que, tanto el mercado, como la propia Fed podían esperar. Y es que, desde el pasado 10 de marzo, Estados Unidos está sumida en un terremoto bancario que ha tambaleado los cimientos del sector, no solo en el país americano, sino también en todo el mundo. Y en todo esto, la Fed ha tenido un papel protagonista.
La quiebra de SVB se ha llevado por delante a varias entidades bancarias
El pasado 10 de marzo se produce el descalabro de Silicon Valley Bank, una entidad bancaria mediana con sede en California que era conocida por tener participaciones en varias firmas tecnológicas. Estas compañías han sido unas de las más afectadas por el endurecimiento monetario y la inflación, algo que se ha extrapolado al mercado de valores. Además de ello, SVB era un banco especializado en ofrecer servicios de capital riesgo a sus clientes. Sea como fuere, la compañía registró una caída en Wall Street superior al 68% el pasado viernes 10 de marzo, la cual se unió al descenso que el propio banco protagonizó en Bolsa un día antes, cuando sus acciones cedieron un 60%.
Ante la mala dinámica, no se tardó mucho en oficializar la quiebra del que, en ese momento, era uno de los mayores prestamistas de Estados Unidos, siendo la de SVB, la segunda quiebra más abultada de la historia financiera del país americano y la más abrupta desde la crisis de 2008.
Con estos precedentes, y ante el calado del desastre de SVB, las reacciones del mercado no tardaron en llegar. Así, el pasado lunes 13, apodado por muchos como el ‘lunes negro’, se vio como la mayoría de las bolsas internacionales, entre las que se encontró Wall Street, caían debido al temor inversor a un ‘efecto contagio’ que los Gobiernos de varios estados han descartado. Sea como fuere, la quiebra de SVB ha supuesto el inicio del descalabro de otras entidades bancarias con un perfil similar al de SVB, como Signature Bank, que también ha quebrado en las últimas dos semanas, o First Republic Bank, quién se hundió en Bolsa y tuvo que ser rescatada el pasado 16 de marzo por la gran banca de Estados Unidos.
La Fed, al rescate de SVB
Sea como fuere, el desastre de SVB ha sentado las bases de lo que no debe volver a pasar en el sector bancario del país. La Reserva Federal ha jugado un papel clave en el rescate de todos los clientes de Silicon Valley Bank. Tal y como informó la institución el pasado 12 de marzo, dos días después de oficializarse la quiebra de la entidad bancaria californiana, todos los depósitos de los clientes de SVB estarían a salvo. “Los depositantes tendrán acceso a todo su dinero desde el lunes, 13 de marzo. Ninguna de las pérdidas asociadas a la intervención de Silicon Valley Bank será soportada por el contribuyente”, expresó la Fed en un comunicado conjunto con el Departamento del Tesoro y la Federal Deposit Insurance Corporation.
La intención de la Reserva Federal era salvar a los clientes tanto de SVB como a los de Signature Bank, que también entró en este rescate, y, sobre todo, evitar un efecto contagio que, descontando a First Republic Bank, que fue rescatado por la propia banca estadounidense, no parece haber afectado a más bancos. Bien es cierto que, desde el pasado 10 de marzo, todas las entidades bancarias cotizadas en Bolsa se han visto lastradas por el desastre de SVB. Pese a ello, la mayoría de ellas se han mostrado resilientes, puesto que su estructura financiera es más sólida que la de Silicon Valley Bank, Signature Bank o First Republic Bank.
Como fuere, y tal y como informó ON ECONOMIA el pasado 15 de marzo, el desastre de SVB ha llevado a la Fed a tratar de endurecer las reglas de la banca mediana del país americano. Según Financial Times, el banco central de Estados Unidos revisó los requerimientos de capital y liquidez fija para las entidades bancarias, especialmente para aquellas con activos entre 100.000 y 250.000 millones de dólares. El objetivo: evitar que vuelva a darse la misma situación en un futuro.
La Fed endurece los tipos de interés en medio del caos bancario
Con todo ello, y sin tener en cuenta el desplome de Credit Suisse en Europa, la Fed ha trabajado en un entorno complejo, en el que ha tenido que empastar las decisiones monetarias en un momento de elevada inflación, con una circunstancia extraordinaria, marcada por un terremoto bancario que ha sentado precedentes en la historia financiera del país y que, hoy en día, sigue dejando dudas e incertidumbre en el mercado de valores.
Tal ha sido la afección de la quiebra de SVB y todo lo que ha generado que, Goldman Sachs dio por hecho el pasado 13 de marzo que la Fed no elevarías las tasas de interés en la reunión de este miércoles. Pese a ello, en los últimos días, y ante la neutralización del caos bancario, otras encuestas de analistas coincidían en que la subida de tipos sería del 0,25%, similar a la vista el pasado febrero. La Reserva Federal mantiene la directa en su objetivo de rebajar la inflación, pero lo hace con un cambio de estrategia, ajustándose a la situación actual del mercado financiero. Es probable que esta subida hubiera sido más elevada de no haberse dado ninguna de estas quiebras, y más atendiendo al mensaje que envió Powell en su ponencia ante el Senado.
El presidente de la institución con sede en Washington D.C. expresó que, pese a que la inflación (6% en febrero) ha ido dando síntomas de decrecimiento, todavía "está lejos del objetivo del 2%". Además de ello, Powell se escudó en la fortaleza del mercado laboral de Estados Unidos para seguir elevando las tasas de interés en los próximos meses. Tal era el mensaje de la Fed que, a principios del presente mes, los analistas veían los tipos de interés sobre el 6% en los próximos meses. Pese a esto, el terremoto bancario ha obligado a la Reserva Federal a llevar a cabo un alza más cauta, la cual no recrudezca aún más la situación actual.
Estados Unidos cierra marzo con unos tipos al 4,75%, siendo este el nivel más elevado desde septiembre de 2007. Está por ver si la situación se estabiliza por completo y para las futuras reuniones vemos a una Fed con una postura similar a la vista antes del estallido de la crisis bancaria.