La burocracia está en lo más alto de las preocupaciones de las empresas y las trabas administrativas son en ocasiones freno a oportunidades, además de retrasar procesos. Pero también afecta a las personas, que la sufren, por ejemplo, para pedir ayudas como el Ingreso Mínimo Vital, que no llega a la mitad de beneficiarios potenciales por la complejidad para solicitarlo, o para solicitar devoluciones en la renta que podrían ejecutarse de oficio.

Por ello, el Cercle d’Economia ha centrado una sesión a la burocracia en la reunión dedicada a la productividad, pues lo primero va en detrimento de lo segundo. La mesa de debate ha contado con Cristina Herrero, presidenta de la Airef, una funcionaria nombrada por el Congreso cuya misión es poner a la administración ante el espejo para que vea sus defectos. Y la burocracia es, quizá, el mayor de ellos.

“Hay una asociación clara entre productividad y actuación administrativa. Es difícil encontrar una traba en la que no aparezca la administración”, ha lamentado. “La administración tiene que garantizar y controlar, la pregunta es cuánto, cómo y cuándo”, ha añadido. “Hay un principio básico que es de proporcionalidad”, ha respondido a la primera pregunta, y sobre la segunda, “lo más ágil posible”. Sobre el cuándo, ha explicado que puede ser ex ante o ex post y ha lamentado que en España se ha apostado por lo primero, con una “burocracia defensiva”.

“Es necesario automatizar procesos y no pedir al administrado cosas que ya tiene la administración”, ha dicho Herrero, y ha insistido en ello en varias ocasiones: “No basta con tener digitalizado el sector público si está muy burocratizado y te piden papeles que ya tienen”. Ha puesto como ejemplo cuando, tras una sentencia que obligaba a devolver dinero de las retenciones del IRPF a algunos contribuyentes, no se devolvió de oficio sino que había que reclamarlo y, además, se tardó un año en activar un mecanismo para pedirlo.

La visión empresarial y académica

Vanessa Gelado, senior managing director y country head de Hines Spain, ha explicado que se encuentra en el día a día con trabas burocráticas y ha lamentado que el tiempo no es valioso para la administración pero sí para las empresas: “El tiempo tiene un coste de oportunidad y un coste económico, es muy importante para las empresas. A veces un proyecto no se lanza porque no hay claridad en el tiempo y en el coste. Y eso a la administración le importa más bien poco, no son variables que tenga en cuenta”. Gelado ha pedido que el silencio administrativo se interprete como positivo.

Víctor Lapuente, catedrático de Ciencia Política Universidad de Göteborg, ha lamentado que España está a la cola en agilidad de su administración. “La burocracia es necesaria, pero en España tenemos unos problemas especiales, tenemos un número absolutamente monstruoso de burocracia. Muchos países están mal, pero nosotros estamos peor”, ha asegurado. “Si digitalizas procesos barrocos, no ganas nada, y hay que tener en cuenta la falta de capacidades digitales de parte de la población”, ha añadido.