¿Cuánto subirán los precios el año 2025? Las previsiones apuntan a un incremento en el entorno del 2,1% para el IPC en relación con 2024. Apuestan por esa tasa de inflación el consenso medio de los 21 gabinetes de coyuntura privados más relevantes de España consultado para el panel de Funcas; el Banco de España, Airef y la OCDE. El Fondo Monetario Internacional es algo más optimista, con una inflación del 2,1% para España el año próximo, y algo más pesimista la Comisión Europea, que apunta al 2,2%. En todos los casos, las estimaciones han ido reduciéndose en los últimos meses.
El Gobierno español nunca hace previsiones del IPC; se limita al deflactor de PIB. Mientras el primero mide los precios de una cesta de bienes de consumo, el segundo se elabora con todos los bienes finales que se producen en una economía. En general, el deflactor está entre 3 y 4 décimas por encima del IPC. Si se profundiza algo más, Funcas, el think tank económico de las fundaciones de las Cajas de Ahorro, ofrece la evolución de los precios medios para 2025 por grandes grupos de productos:
Índice de Precios al Consumo (IPC): 1,9%
Inflación subyacente (sin alimentos frescos ni energía): 2,2%
Alimentos elaborados: 1,9%
Alimentos frescos: 2,1%
Bienes industriales sin energía: 0,4%
Servicios totales: 3%
Productos energéticos: -0,7%.
Sin embargo, el IPC es algo engañoso, pues no mide cuánto van a crecer los precios desde enero, sino en relación con el mismo dato de 12 meses atrás. Puede ser que suba mucho la electricidad desde enero, pero que en el mes que se está analizando baje si se compara con el precio del mismo mes de 2024 que podía haber registrado una fuerte subida o descenso. Es el caso de los precios energéticos, que se prevé un aumento en la electricidad y el gas, aunque Funcas apunta a descensos en el IPC.
Alimentos
Al margen de factores climatológicos, que pueden afectar a las cosechas, el 1 de enero se acaba la rebaja del IVA para una quince de productos de primera necesidad que suponen un tercio del gasto de una familia media española.
Los alimentos grabados con el tipo reducido (10%) han tributado al 5% desde enero al 30 de septiembre, y los tres últimos meses del año, al 7,5%. A partir del 1 de enero, vuelven a estar grabados con el 10% más el 1,4% de recargo de equivalencia. Los superreducidos (4%) han estados exentos del IVA hasta septiembre y el último trimestre han pagado el 2%. En enero, tributarán el 4% tras dos años subvencionados más un 5% de recargo de equivalencia.
Superreducidos: pan, harinas, leche, quesos, huevos, frutas, verduras, legumbres y cereales.
Reducidos: Pastas alimenticias y aceites de semillas, especialmente girasol.
Pero hay dos casos especiales a los que se ha modificado el IVA para el próximo año. El aceite de oliva se ha bajado del tipo reducido a superreducido, por lo que en vez de pagar un 10% se abonará el 4% y los yogures, que tras un pacto entre PP, Vox y Junts se han rebajado también del 10% al 4%.
Energía
Electricidad: También estará muy condicionada por la climatología, pues si hay mucho viento y mucha lluvia, y en menor medida, aumenta la producción renovable, que abarata mucho el precio. Si, por el contrario, la climatología es adversa, hay que tirar del gas natural, que puede doblar, triplicar o más el precio del kilovatio generado. En principio, la previsión es que el gas rebaje su precio el año próximo.
Pero hay un segundo factor que afectará al recibo de la luz. El 1 de enero se recupera el IVA normal del 21%. Este año 2024, salvo tres meses que se han grabado con el 21% -por pagarse el kilovatio por debajo de 45 euros- el resto ha estado subvencionado al 10%. Y eso ha llegado a su fin. Además, se pagarán también con normalidad dos impuestos que afectan a la electricidad: el impuesto especial de la electricidad, que abona el consumidor, y el de producción de energía eléctrica, que corresponde al productor.
De todas formas, las dos terceras partes de los consumidores tienen contratos en el mercado libre que fijan un precio fijo para todo el año, por lo que si la electricidad baja, ellos pierden, pero si sube, ganan. Solo los que están en el mercado regulado, tienen la fluctuación diaria del precio de la electricidad.
Petróleo y gas: Ambas energías están ligadas y sus precios se mueven parejos. En 2024, el barril de Brent se ha pagado en el entorno de los 75 dólares -máximo de 85,4 y mínimo de 71,1). Actualmente, se paga alrededor de 73,5 dólares. Para el año próximo se prevé una reducción, al entorno de los 68-70 dólares, aunque el consenso de Reuter lo eleva a 74. El Departamento de Energía de EE.UU. prevé una reducción del 3,5% en el coste del gas natural,
Combustibles: Si baja el petróleo, debería bajar tanto la gasolina como el diésel, aunque las previsiones hacen pesar en unos precios similares a los abonados durante 2024. La gasolina ha fluctuado entre un máximo de 1,687 y 1,481 euros el litro y el diésel, de 1,561 a 1,362 euros.
Sin embargo, sobre el diésel pende la amenaza de un incremento del impuesto especial de Hidrocarburos que pretende aplicar el Partido socialista. Pero todo apunta a que no se lleve a cabo, pues ya se ha votado en el Congreso y no ha salido adelantes; además, Sumar y Podemos se han mostrado contrarios a la subida.
Impuestos
La principal subida viene desde los ayuntamientos, pues en abril de este año entra en vigor una nueva tasa de basuras, aunque algunas corporaciones han reducido el año pasado el IBI para compensarlo. Este 2025, el IBI se mantendrá inalterado en la mayoría de las grandes ciudades, incluso baja en Madrid. Los contribuyentes que obtengan más de 300.000 euros de rentas del capital (acciones, fondos de inversión, letras, cuentas corrientes), tendrán que pasar a tributar del 18% al 20% en la declaración de la Renta. Más arriba se ha explicado los cambios en el IVA, tanto en algunos alimentos como en la electricidad.
Tabaco y vapeadores: El Congreso ha aprobado un nuevo impuesto para los cigarrillos electrónicos (conocidos como vaporizadores), que supondrá entre 1 y 2 céntimos por mililitro del líquido utilizado. También se subirá el impuesto especial del Tabaco. El impuesto entrará en vigor el 1 de abril.
Vivienda
Pisos: El incremento del precio de la vivienda se moderará ligeramente en 2025, entre un 4% y un 5% en la compra y un 10% el alquiler, según las previsiones realizadas por la inmobiliaria Solvia. Sus previsiones para este 2024, son una subida entre el 5% y el 7% en la compra y más del 10% en el alquiler.
Hipotecas: Los expertos en tipos de interés prevén que este 2025 el Banco Central Europeo (BCE) seguirá bajando el precio del dinero, lo que redundarán en una reducción del Euribor y, por arrastre, las tasas de las hipotecas.
Transporte
Autobús, metro y trenes: Al fin una buena noticia. El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido prorrogar las ayudas al transporte público para la mitad del próximo año, lo que significa que las comunidades autónomas pueden mantener los actuales precios por los abonos transportes. También se prorrogarán los abonos de Renfe de larga y media distancia y los billetes de Rodalies y Cercanías.
Peaje. Los peajes de las autopistas, que están reguladas por el Estado, subirán el año próximo un 2%.
Telecomunicaciones
Las principales operadoras han anunciado subidas en sus recibos. Así, Movistar subirá en 2025 entre 3 y 6 euros el coste mensual; Vodafone un 3%, alrededor de 1,5 euros y Orange de 2 a 6 euros.
Coches
Sobre el sector pesa la amenaza de multas milmillonarias para los fabricantes que no consigan rebajar la emisión media de la totalidad de coches que venda en la Unión Europea a 93,6 gramos por kilómetros. Puesto que es una media, las marcas intentarán vender el máximo de coches electrificados (eléctricos e híbridos enchufables), pero el mercado no da señales de interesarse por estos coches. Como aliados, el Gobierno de España ha prorrogado el plan de ayudas Moves III.
Pero si las cuentas no salen, cada fabricante tiene dos opciones: reducir las ventas de los coches de combustión para rebajar su tasa de emisión de CO₂ o afrontar las abultadas multas. En cualquiera de las dos opciones, el resultado previsible es un incremento de los precios. Desde la pandemia, los coches se han encarecido un 30%, aunque se ha parado en seco en 2024, ante una demanda que no parece despegar.