Los analistas especulan con el momento en que el Banco Central Europeo (BCE) decida emprender el camino en la rebaja del precio del dinero, ahora situado en el 4,5%. A la espera del comportamiento de los precios el próximo año, se fijan distintos horizontes para que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, opte por poner fin al rally de subida de tipos más rápido que ha conocido el euro en sus 23 años de existencia. Una fecha de consenso puede ser el próximo mes de mayo, cuando la marcha del IPC se acerque al deseado objetivo de inflación del 2% para la eurozona, aunque esta es una incógnita que solo los datos mensuales podrán ir despejando.

Así, los expertos se dividen entre aquellos que esperan un control de la inflación en pocos meses, frente a los que consideran que aún hay numerosos elementos que las tensiones en los precios desaparezcan. Por ejemplo el gestor de fondos BlackRock se muestra pesimista sobre las expectativas de consenso y aplaza a finales de 2024 la rebaja de tipos, una visión con la que coincide el banco Renta 4.

Sin duda, aquellos que disponen de un préstamo hipotecario a interés variable serán, por fin, los beneficiados de la esperada relajación en la política monetaria. Ellos han sido los grandes sufridores del encarecimiento del precio del dinero. Desde marzo de 2016 y hasta julio de 2022 disfrutaron de tipos cero, pero el salto ha sido demasiado rápido y demasiado intenso. En julio del pasado año, el tipo de intervención se elevó hasta el 0,5% y no ha parado de ascender hasta el 4,5% que se marcó en la subasta del pasado 20 de septiembre: diez subidas de tipos en catorce meses, todo un récord. Un movimiento que, dependiendo de las condiciones, ha llegado a doblar el pago mensual de la cuota de la hipoteca. Para los nuevos endeudados, una subida tan vertiginosa llevaba a la caída de la contratación de hipotecas y al pago en metálico de más de la mitad de las operaciones: algo inédito.

Esta empinada subida del precio del dinero del BCE se trasladó al índice euríbor por el que están referenciadas la mayor parte de las hipotecas a tipo variable. Así, la cuota mensual que paga el solicitante se conforma con el índice euríbor más el diferencial que establece la entidad financiera con la que se contrata el préstamo hipotecario, muchas veces unido a la suscripción de otros productos o servicios financieros. En tasa mensual, el euríbor tocó su nivel máximo el pasado mes de septiembre en el 4,149%. En este mes de diciembre, se mueve en el 3,80%, pero habrá que esperar a las jornadas que aún quedan para que termine el año.

En cuanto a los diferenciales que se suman al euríbor, hay total libertad por parte del banco, aunque lo normal es que oscilen entre los 0,25 puntos y 1 punto. Así, en este mes de diciembre, con el euríbor en el 3,8% y fijando un diferencial de 0,75% el hipotecado estará pagando un tipo por su hipoteca del 4,55%. Para una hipoteca tipo en España por importe de 180.000 euros y a un plazo de 25 años, esto supone el pago de una cuota mensual de 1.005,61 euros al mes.

Escenarios de caída

Con esta expectativa de rebajas en el precio del dinero que probablemente se produzca en el ecuador de 2024, las hipotecas comenzarán a abaratarse. Lo normal es que el BCE vaya aplicando descensos escalonados para comprobar cómo reaccionan otras variables económicas –sobre todo la inflación- a una mayor laxitud monetaria. Así, un descenso de medio punto en los tipos que se traslade en igual cuantía al índice euríbor llevaría a la cuota mensual a descender hasta los 955,08 euros. Si la rebaja paulatina alcanza los 0,75 puntos, el ahorro alcanzaría los 75 euros mensuales. En el caso de que el descenso supusiese un punto con tipos de esta hipoteca modelo en el 3,55%, la rebaja de la cuota sería de 100 euros (1.200 euros anuales).

En este ejercicio, un descenso del euríbor sobre los niveles actuales hasta el 2,55% permitiría que en el hipotecado pagase 193 euros menos en su cuota (2.323 euros al año). Los expertos consultados apuntan tanto al control de la inflación para esperar descensos tan acusados en el precio del dinero como a una situación recesiva de las economías europeas que forzase al BCE a estimular el crecimiento abaratando el dinero y volviendo a incentivar el crédito. Todo sigue abierto, pero el mercado trabaja ya con tipos más bajos para 2024: la intensidad de los recortes tendrán que apoyarse en los datos de inflación y de crecimiento económico.