La sequía comporta consecuencias económicas millonarias que ni los mismos afectados han podido calcular todavía. El canal de Urgell suministra agua a 120 poblaciones, 70 industrias, unas 2.000 mil granjas y unos 10.000 mil regantes. Ahora el agua que queda se reserva para el abastecimiento de los municipios. Y con el grifo cerrado, hay que tener en cuenta el alcance de la tragedia.

Peligran los cereales

En paralelo al cierre total del canal de Urgell, se suma otra problemática: el Canal de Aragón y Catalunya. ON ECONOMIA ha tenido acceso a la última circular emitida por la Comunidad General de Regantes de Aragón y Catalunya y ya los avisa de que desde hoy 27 de abril hasta el 10 de mayo, la restricción en el uso del agua queda limitada a 0,20 litros por segundo y por hectárea. Esta cifra corresponde a la dotación que entra en los pantanos ligado a la toma general del canal y a partir de aquí, traducen la cifra en los metros cúbicos que toca para cada regante.

Imposible calcular el coste

Hay que tener en cuenta que el uso ya estaba restringido a 0,25 litros, pero ahora la herida es más profunda. Cada quince días se publican las afectaciones y, en este caso, ya hay inmediatas: la campaña de la alfalfa y el maíz se pierde completamente y tan solo esperan poder salvar la de fruta dulce. Las explotaciones agrarias de esta zona que afecta al norte del Segrià, Almacelles y la Franja de Aragón siempre ha ido justa. Pero este canal, que tiene más de cien años de historia, se vuelve básico para sus agricultores.

Circular Canal Aragó Catalunya

Tanto la alfalfa como el maíz son cereales que requieren mucha agua durante el verano y si este se pierde, también afecta en la campaña posterior de invierno. No se está sembrando prácticamente o se deja media finca sin sembrar y en esta problemática, también se incluyen otros cultivos de forraje menores a los anteriormente citados. Es un pez que se muerde la cola. Más allá de los agricultores, toda esta zona tiene una incidencia fuerte la economía ganadera. Muchos de ellos se preguntan cómo se lo harán si no tienen paja, considerado la cama de los animales. Esta viene de cosechas de secano, como a la Segarra o el Urgell. Pero no habrá por la sequía y en otras zonas de España el problema es lo mismo.

Más allá de los costes de la paja, el problema será dónde buscarla. Subirán los precios de los productos finales, aunque lo que más preocupa es de dónde sacarla. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, participó la semana pasada en Fraga (Huesca) en una jornada sobre la digitalización del canal de Aragón y Catalunya organizada por la comunidad de regantes de este. Más allá de este tema, el tema de fondo que captó toda la atención es la situación límite con la cual se encuentran. De momento, sin embargo, no hay ninguna respuesta con una solución mágica.

El peso de este canal no es menor, con 132 Comunidades de Regantes, 104.850 hectáreas de superficie concesional, 37 municipios, 17 urbanizaciones, 11.088 explotaciones agrarias, miles de explotaciones ganaderas, 115 usos industriales, 132 establecimientos de servicios y 212.000 habitantes en su área de influencia.