El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, despedía esta semana el mes de octubre con la firma de una orden ejecutiva sobre la inteligencia artificial (IA). Esta orden ofrece dos caras opuestas y, de un lado, quiere hacer generalizado el uso de esta novedosa tecnología y, de otro, poner límites a su desarrollo que no hagan peligrar la seguridad de su país. Para ello, Biden se servirá de la Ley de Producción de Defensa o DPA (por sus siglas en inglés), un cuerpo legislativo que obligaría a las empresas a tomar medidas en interés de la seguridad nacional, para exigir a los fabricantes de grandes modelos de IA que comuniquen al gobierno información relevante. Por ejemplo, la adopción de nuevo modelo con sus distintas capacidades y potenciales y también los elementos de ciberseguridad que disponen.
Ello incluirá revelar vulnerabilidades en los modelos de IA, como los que permiten eludir los controles que impiden casos de uso malintencionado, como la generación de programas maliciosos o malware. El objetivo es vigilar las amenazas potenciales que la tecnología de IA plantee a la seguridad nacional, a la salud pública y a la economía de Estados Unidos. Lo cierto es que entre mensajes apocalípticos poco se concreta sobre cómo el desarrollo y la implementación de esta tecnología podría afectar al desarrollo económico.
Tal vez, sean difíciles de imaginar, tanto los aspectos positivos como los negativos. De momento, los gestores de fondos que invierten en las empresas desarrolladoras de la IA solo se refieren a un meteórico crecimiento en sus cuentas de resultados. Pero, ¿cuáles serían a priori los prejuicios para el conjunto de economía y de los seres humanos como parte central del proceso económico? La propia IA ofrece 10 advertencias:
1. Desempleo estructural: La automatización impulsada por la IA podría reemplazar empleos en una variedad de industrias, lo que podría llevar a un desempleo estructural si no se crean suficientes nuevos empleos para reemplazar los perdidos. La IA puede desplazar trabajadores en industrias tradicionales, como la manufactura y el comercio minorista, lo que podría tener un impacto económico negativo en regiones enteras. La IA no se limita solo a trabajos manuales o rutinarios, también puede amenazar empleos altamente cualificados en campos como la medicina, el derecho y la contabilidad.
2. Desigualdad económica: La adopción desigual de la IA podría exacerbar la desigualdad económica, ya que las empresas y las personas con acceso a la tecnología avanzada podrían beneficiarse más que aquellos que no lo tienen.
3. Disrupción de los mercados: La IA podría provocar la disrupción de los mercados existentes, creando nuevos ganadores y perdedores. Esto podría conducir a una mayor volatilidad y a la inestabilidad económica.
4. Competencia global: Las naciones que lideran en el desarrollo y la implementación de la IA pueden obtener ventajas competitivas significativas, lo que podría dejar rezagadas a otras naciones y aumentar la competencia global.
5. Privacidad y seguridad: El uso generalizado de la IA puede plantear problemas de privacidad y seguridad, especialmente si se utiliza para la vigilancia masiva o si los sistemas de IA se vuelven vulnerables a ataques cibernéticos.
6. Fallos en la toma de decisiones: Los algoritmos de IA pueden cometer errores o sesgos, lo que podría resultar en decisiones económicas perjudiciales en áreas como la inversión, el crédito y la selección de empleados.
7. Dependencia tecnológica: La economía podría volverse más vulnerable a interrupciones si se depende en exceso de la IA y la tecnología avanzada, especialmente si hay problemas técnicos o falta de capacitación en el manejo de estas tecnologías.
8. Monopolios: Las grandes empresas de tecnología que dominan la IA pueden convertirse en monopolios, lo que podría limitar la competencia y el acceso a la innovación. La IA podría utilizarse para crear monopolios u oligopolios que controlen los mercados. Esto podría conducir a la inflación y a la disminución de la competencia.
9. Ética y responsabilidad: La falta de regulación y estándares éticos en la IA podría dar lugar a problemas éticos y legales en la toma de decisiones automatizada, lo que podría afectar negativamente a la economía.
10. Destrucción de la propiedad intelectual: La IA podría utilizarse para piratear o falsificar productos y servicios con propiedad intelectual. Esto podría dañar a las empresas y a la economía en general.
Ahora bien, si se gestionan adecuadamente, muchas de estas amenazas pueden mitigarse, y la IA también tiene el potencial de impulsar el crecimiento económico y la innovación en muchas industrias. La clave está en encontrar un equilibrio entre los beneficios y las amenazas de la inteligencia artificial en la economía.