La primera jornada de la reunión del Cercle d'Economia deja una doble conclusión: hay que mantener las formas, y por eso la apertura la hizo Pere Aragonès aunque no seguirá como president de la Generalitat en la nueva legislatura y abandonará el Parlament, pero el interés de la sociedad civil ya está puesto en otra figura, la del más votado a las elecciones del 12 de mayo. Salvador Illa fue el más buscado en los pasadizos, que además de empresarios, vieron un gran despliegue socialista.

Era una primera jornada sin una gran agenda empresarial. Al margen de la apertura, a cargo de Pere Aragonès y Jaume Collboni, además de Jaume Guardiola, solo la última sesión del día, con Jordi Hereu, tenía un interés empresarial, aunque el ministro de Industria entregaba un premio y tampoco se explayó. El resto estaba centrado en política internacional, con las elecciones europeas y las estadounidenses como protagonistas. Sin embargo, se vio en el Palacio de Congresos de Catalunya una buena representación del empresariado catalán, incluso con dos presidentes del Ibex, que se mezclaron con figuras actuales y pasadas del PSC.

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Reunión del Cercle d'Economia. Foto: Montse Giralt

Antoni Brufau, presidente de Repsol, llegó incluso antes de que empezara la jornada, y pudo saludar a los presidentes Artur Mas y José Montilla, que siguieron la sesión inaugural con Pere Aragonès. En la imagen principal, se les ve también con Salvador Illa. Maurici Lucena, presidente de Aena, lo hizo más tarde. Pero Lucena vale tanto por la lista de empresarios como de socialistas, ya que fue diputado en el Parlamento del PSC y ahora es presidente del gestor aeroportuario propuesto por el Gobierno.

Pero siguiendo con la primera lista, tampoco faltaron figuras como Pau Relat y Constantí Serrallonga (Fira de Barcelona), Salvador Alemany (Saba y Liceu), Josep Martínez Vila (Saba), Tatxo Benet (Mediapro), Sergi Loghney (La Caixa), Amancio López (Hotusa), Xavier Panés (Cecot), Carme Mur, Carlos Blanco y empresarios vinculados con el Cercle como Javier Faus, Joan Molins, Carles Tusquets, Alfonso Rodés y Pedro Fontana. El expresidente de Caixabank Jordi Gual también se dejó ver a la jornada.

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Tacho Benet. Foto: Montse Giralt

El desembarque socialista desde primera hora de la tarde era, a priori, para dar apoyo a Collboni. Al alcalde de Barcelona lo acompañaban los concejales Laia Bonet, Maria Eugènia Gay, Jordi Valls y Albert Batlle, pero también se dejó caer por el recinto —como Brufau, antes de que empezara el acto— Salvador Illa, que se detuvo a hablar un rato con Jaume Guardiola.

Se le veía sonriente, como Xavier Trias en la reunión de hace un año después de ganar las municipales, aunque lo que le pasó al candidato de Junts en Barcelona no es un buen augurio para el exalcalde de la Roca del Vallès. Pero el despliegue socialista fue más amplio y, además de Illa, los concejales, Hereu, Lucena y Montilla, también apareció Pere Navarro, delegado del Estado al Consorcio de la Zona Franca, y el exalcalde de Lleida y exconseller Antoni Siurana, un habitual de la reunión del Círculo.

Varios exconsellers se dejan caer por el Cercle

Las jornadas siempre son una amalgama de empresarios y políticos que buscan tanto el interés de las conferencias como dejarse ver, hacer contactos, propiciar encuentros, etc. Este miércoles, también convergieron exconsellers como Andreu Mas-Colell, que este jueves entrega un premio con el rey Felipe VI, Jaume Giró y Santi Vila.

Con estos nombres en los pasadizos, es evidente que uno de los principales temas de conversación fue la formación de Govern. Guardiola ya ha dejado claro en varias ocasiones el posicionamiento del Cercle, compartido por buena parte del empresariado: que haya un acuerdo para un Govern estable y duradero. Otro tema comentado, a pesar de que menos por falta de protagonistas, era la opa hostil del BBVA al Sabadell. Varios empresarios catalanes tienen dudas de que pueda acabar triunfando, o bien porque el Gobierno actúe en contra o porque Josep Oliu encuentre un caballero blanco o, en última instancia, los accionistas la rechacen. Estas eran, como mínimo, las sensaciones.