Una de cal y otra de arena. Así se podría resumir la perspectiva económica para Catalunya que han pronosticado los expertos de BBVA Research, con datos de finales de 2022. El informe Situación Catalunya. Segundo semestre de 2022 avala que en los últimos seis meses del año pasado ya se apreció una cierta desaceleración que, si bien ha impactado relativamente en el crecimiento del conjunto del ejercicio que se ha saldado con un alza del Producto Interior Bruto (PIB) del 5,2%, se dejará notar con intensidad en el primer trimestre de 2023 y, previsiblemente, el resto del año. Así, el servicio de estudios del BBVA prevé que la economía catalana crecerá un 1,5% en 2023, una décima por encima de la estimación que se hace para el conjunto de España (1,4%), y un 3,4% en 2024, el mismo porcentaje que en España. El avance económico se sustentará, en buena parte, en una mayor actividad en obra pública -que creará oportunidades de negocio y de trabajo- y en los proyectos que se impulsarán con fondos europeos Next Generation.
La ralentización en la generación de riqueza tiene como causa las grandes incertidumbres que todavía reinan a escala mundial y que han tenido como efecto el incremento del coste energético y de combustibles para las familias y la industria, la falta de suministros o el agotamiento del consumo y del turismo, y un menor dinamismo del empleo. El gasto de los hogares y de los turistas se ha reducido considerablemente desde mediados de 2022 y ha sido generalizado en todos los sectores de actividad. Otros riesgos que se mantienen son el incremento de la inflación y, en consecuencia, de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Con todo, Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, ha explicado durante la presentación del informe que a pesar de este contexto económico, Catalunya – y también Espanya- tiene ahora una situación muy diferente a la de 2008 y sale mejor posicionada para afrontar la desaceleración, "porque no se tienen que corregir tanto desequilibrios", ha concretado. Apunta en que el nivel de endeudamiento de las familias y la industria es mucho más bajo. Si en 2008 era del 120% del PIB, ahora está en torno al 70% del PIB y, por lo tanto, los efectos de la subida de los tipos de interés- que ha dado por segura hasta un 3,5% a finales de 2023- será menor que en la crisis financiera. En el caso de las familias, eso se debe, en parte, a qué la renta hipotecaría ha crecido en los últimos años de acuerdo al alza de los salarios y el incremento de la renta per cápita. "Con algunas excepciones, como es el caso de la ciudad de Barcelona", ha puntualizado.
El economista ha alertado sobre la evolución de los salarios. Después de un crecimiento del 3% por término medio en 2022, para este año el alza se podría situar en el 4%, "un nivel consistente si se tienen en cuenta las previsiones de evolución del IPC que se ha empezado a controlar, con la excepción de los precios subyacentes que son los que se tendrán que vigilar y que podrían determinar la política del BCE en el corto plazo". La advertencia de Cardoso se explica en el sentido que, si se tensan mucho los salarios, las empresas tendrán que aumentar los precios o ajustar los márgenes, poniendo en peligro las inversiones a futuro y la creación de más empleo. En definitiva, si la inflación subyacente persiste durante un tiempo prolongado, podría incrementar las tensiones salariales, que serían todavía más intensas si la demanda de empleo asociada a los fondos europeos produce escasez de especialistas.
Siguiendo con la industria, el informe económico desvela que en Catalunya el tejido industrial "muestra un significativa fortaleza", con tasas de variación anual crecientes pero amortiguadas. Esta situación se constata con las expectativas del clima industrial que no son tan negativas como se podría suponer y con el hecho de que se la industria está funcionando mejor en la región catalana que en otros países europeos.
Se crearán 151.000 puestos de trabajo hasta el 2024
Por todo eso, BBVA Research considera que la economía catalana crearía, por término medio, unos 151.000 nuevos puestos de trabajo entre 2022 y 2024 y que a final del periodo la tasa de paro se podría reducir hasta el 10,4%. Tendrá mucho que ver en esta mejora del mercado laboral el empuje con que están dando los fondos europeos Next Generation – "aunque no han llegado de manera global" - como muestra el ascenso en el número y valor de las licitaciones públicas. En el estudio, toman como base 100 en el 2019, el número de licitaciones en obra pública entre enero y octubre de 2022 ha sido un 250% superior al mismo periodo de 2019 al conjunto de las administraciones catalanas, mientras que en España solo ha crecido un 150%.
El reparto de los fondos europeos del REACT-UE y el Plan de Recuperación sigue avanzando y ya llega a los 2,7 puntos del PIB nacional, pero con una elevada heterogeneidad. En particular, a Catalunya ya se le han asignado fondos por valor del 2,2% de su PIB regional, medio punto por debajo de la media española, pero de acuerdo con su nivel de renta. Hacia adelante, se espera que se siga avanzando en la licitación de los proyectos y que la adjudicación sea rápida, de manera que cualquier debilitamiento que se produzca en la inversión privada, sea compensado por la pública.
El déficit público en las cuentas catalanas
Según BBVA Research, otro de los riesgos a tener en cuenta es la sostenibilidad de las cuentas públicas catalanas. Aunque Catalunya ha recibido transferencias para hacer frente a los gastos derivados de la crisis, no ha conseguido situar las cuentas en equilibrio, habiendo aplazado la solución del problema de la sostenibilidad de las cuentas. Como resultado, se estima un deterioro del déficit presupuestario de la Generalitat en 2022, que se podría situar por encima del 1% del PIB catalán.
Si no se empieza a ajustar el comportamiento de ingresos y gastos, cada vez será más difícil devolver en el camino de la sostenibilidad, hecho que se verá agravado por el contexto de encarecimiento del coste financiero, según el economista Miguel Cardoso. Por eso, su recomendación pasa por la reducción del déficit y la deuda de la Generalitat durante este año, ya que además tendrá que soportar los efectos de que tendrá la subida de los tipos de interés en el gasto, y el incremento de gasto para|por la Seguridad Social y el gasto sanitario. La otra alternativa que plantea el BBVA se afrontar la reforma de la financiación autonómica.