Debilidad, recesión, crisis... ¿Qué sucederá con la economía de España en 2024? Los economistas no dudan en decir que el PIB seguirá creciendo, en el entorno del 1,5% -entre los más elevados de la Unión Europea- y que, con esas cifras, hablar de recesión y, mucho menos de crisis, es irreal. Lo que sí habrá es una ralentización de la economía, entre otras cosas por el efecto de unos tipos de interés elevados y una inflación que, aunque a la baja, sigue en niveles muy altos, que frenarán el consumo. Además, este 2024 arranca, como años anteriores, con la incertidumbre internacional, pues al conflicto de Ucrania se suma el de Gaza, con efecto en el precio de la energía. El FMI pronostica que la economía mundial este 2024 un 2,9% (baja en comparación con años anteriores), con un 1,4% los países desarrollados y un 4% los emergentes.

Comercio internacional. Eso supondrá menos consumo mundial y una ralentización de las exportaciones a nivel mundial, también las españolas que se verán más afectadas por el parón de la economía comunitaria, destino del 60% de las ventas españolas en el exterior y principales mercados para el turismo. Según la Comisión Europea (CE), la UE-27 crecerá un 1,3% y un 1,2% los países que comparten euro, con Alemania en recesión y un descenso previsto del 0,3% en el conjunto de 2024; Francia creciendo al 1%, Italia al 0,7%; Países Bajos al 0,6% y Polonia al 0,4%. El BCE, mucho más negativo, rebaja el PIB de la zona euro al 0,8%.

Evolución del PIB. En este entorno, España vuelve a ponerse, un año más, entre los países más dinámicos. La CE calcula que el PIB aumentará un 1,7%, por debajo del 2% que prevé el Gobierno de Pedro Sánchez, pero por encima del 1,6% del Banco de España (BdE) y el consenso de los principales analistas españoles que, a través del panel de Funcas, hablan también del 1,6%. La OCDE, por su parte, se muestra más pesimista, y rebaja el crecimiento español al 1,4%.

Inflación. Sin embargo, la ventaja que ha supuesto una menor inflación, que ha permitido ganar competitividad a las empresas españolas y hacer más atractivos los destinos turísticos del país, podría estar llegando a su fin. En noviembre, último mes comparado, España tuvo un IPC del 3,3%, dos décimas por encima de los competidores del área euro, y lejos del 2,2% del conjunto de la UE. Porque la fortaleza del euro, por los altos tipos de interés, juega en contra del atractivo de los productos y servicios españoles en los países que no comparten el euro. Así, para 2024 la CE prevé para España un crecimiento de los precios del 3,4%, similar al conjunto de la UE (3,5%), pero peor que la zona euro (3,2%). Incluso peor si se confirma el pronóstico del BCE que calcula un IPC del 2,7% para la eurozona.

Empleo. Con todo, y es una de las buenas noticias del año, la economía española seguirá creando empleo, aunque a un nivel inferior que en 2023 y 2022. Según el Gobierno, la tasa de paro se reducirá desde el actual 11,83%, al 10,9% en 2024; una previsión alejada de otros análisis: CE (11,6%), OCDE (12%) y panel de Funcas y BdE (11,7%). De cumplirse estas últimas, el paro no se reducirá mucho, aunque no significa que no se cree empleo, pues se puede producir un aumento del número de activos (personas dispuestas a trabajar) como sucede desde hace meses.

Déficit público. Este 2024, vuelven las exigencias de Bruselas de reducir el déficit fiscal para que no sobrepase el 3%. El Gobierno español se ha comprometido con las autoridades comunitarias a cumplir, pero aunque por cuestión de décimas, solo Airef se cree el pronóstico. La CE y la OCDE hablan de un 3,2%, el BdE un 3,4% y los analistas económicos españoles, agrupado en el Panel de Funcas, son los más pesimistas con un 3,6%.

El año para los economistas

Pep Ruíz de Aguirre, analista de BBVA Research, dice que no habrá crisis, sino un crecimiento algo más débil, aunque positivo, un 1,5% según los cálculos de departamento de análisis del banco. Además, considera que con los crecimientos de los últimos dos años, es normal un cierto descenso del ritmo. Sus preocupaciones se centran en el consumo nacional, que un año más tirará del PIB, debido a una inflación cuyo crecimiento cae, aunque con unos salarios que suben recuperando poder adquisitivo. Lo primero va contra el consumo y lo segundo a favor.

Respecto al contexto internacional, Ruíz de Aguirre, lo ve menos positivo con la guerra de Gaza y las amenazas de bloquear el Canal de Suez por parte de facciones defensoras de los palestinos. Lo que encarecería las exportaciones y la energía, con un efecto negativo para las industrias muy consumidoras, lo que explica que los países centrales, con Alemania a la cabeza, se vean más afectos debido a la presencia de grandes industrias. En España, sin embargo, el impacto será menor por la ausencia de este tejido industrial

Respecto a los tipos de interés, el analista de BBVA Research calcula que empezarán a bajar en el segundo semestre del año, aunque seguirán altos, debilitando la inversión que también se resentirá de los retrasos en la ejecución de los proyectos financiados con los fondos UE. Respecto a Europa, considera que pasará un proceso de recesión, pero descarta que entre en crisis. Aun así, los ingresos públicos se resentirán y prevén un déficit del 3,7%.

Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, considera que no hay que hablar ni mucho menos de crisis, aunque si de ralentización. Y reseña las estimaciones en diciembre del BdE que, aunque las revisó en 2 décimas, prevé un crecimiento del PIB español del 1,6%. “Es una tasa que duplica la que el BCE prevé para la eurozona (0,8%)”, reseña. En opinión del economista, es una buena noticia que la previsión de inflación se revisa a la baja (3,3% en 2024 según el BdE), aunque por encima del 2,7% que el BCE pronostica para la eurozona. Lo más relevante, dice, es que esta la inflación para la eurozona (2,7%) guía las decisiones del BCE. “La bajada de los precios explica que el BCE mantenga tipos ya en sus dos últimas reuniones, por la previsión, salvo imprevistos, es que poco a poco bajen”, aunque matiza que seguiremos en un contexto de tipos altos, lo que crea un entorno de dificultades en el acceso a la financiación.

Con un PIB que crece, aunque a menor ritmo, seguirá la creación de empleo, aunque también a menor ritmo que en 2023. Si en 2023 se estima que el empleo haya aumentado casi un 2%, en 2024 el crecimiento se resiente a menos de la mitad. Por tanto, seguirá cayendo la tasa de paro, hasta un nivel en torno al 11% que desgraciadamente seguirá siendo el más alto de la UE-27. “La creación de empleo, la reducción de la tasa de paro juvenil y de largo plazo deben estar en la agenda de 2024”, señala Maudos.

Entre los retos, el catedrático de Análisis Económico, señala el cumplimiento del objetivo que la CE fija de déficit público, pues en su opinión “la situación de partida es mala, con elevado déficit y endeudamiento porque se desaprovecharon los años de bonanza para reducirlos” y acelerar la ejecución de los fondos NGEU que son clave para la transición digital y verde.

Antonio Pedraza, presidente de la Comisión de Finanzas del Consejo General de Economistas, comenta que 2024 es un año difícil de predecir, aunque señala algunas pistas. En primer lugar, muestra su preocupación por el déficit público y la evolución de la deuda, porque el BCE ha terminado con la compra de deuda y España tendrá que retratarse en los mercados con su prima de riesgo y pagar, previsiblemente, sus emisiones más caras. Respecto a las cuentas públicas, señala entre las pistas, el aumento del techo de gasto y el acuerdo PSOE-Sumar, “con un mayor intervencionismo económico y un aumento de la presión fiscal para las empresas”, lo que, en su opinión, no es bueno para el mercado, pues hay que dar seguridad jurídica a los inversores, al igual que seguridad fiscal, sin cambios abruptos en los impuestos.

En este sentido, señala el riesgo de deslocalización de empresas, por ejemplo a Portugal, donde, según Pedraza, el entorno empresarial es más favorable que en España. En este sentido, recuerda que ocupamos el puesto 32 en el ranking de competitividad, lo que supone que “no somos un país competitivo”, algo que se puede agravar en 2024 porque se ha perdido el diferencial de inflación.

Pero para el Consejo General de Economista, el principal problema es la sequía que puede tener consecuencias en ciertos servicios como hostelería y restauración, con un gran peso en el PIB español. Así, denuncia que no se haya hecho una previsión del efecto económico del Cambio climático. Respecto a los tipos, considera que el BCE intentará mantenerlos altos, pero un euro fuerte es perjudicial para las exportaciones alemanas, aunque también para el resto de los países, como España, que tendrá problemas con las ventas en el exterior. Las previsiones del Consejo de Economistas es un crecimiento del PIB del 1,4%-1,5%, un IPC del 3%, una tasa de paro del 11,8%, y un 3,3% de déficit.

Fuentes de CaixaBank Research comentan a ON ECONOMÍA que 2024 vendrá cargado de retos para la economía. Tras una primera mitad de 2023 en la que la actividad española recibió el apoyo del buen comportamiento del turismo y de la bajada de los precios de la energía, a partir del verano hubo una desaceleración, provocada por el impacto de unos tipos de interés más elevados y por la clara debilidad del crecimiento en la zona euro. A pesar de la desaceleración, la economía ha mostrado una resiliencia destacable y cerrará con un crecimiento medio del 2,4%.

Para el próximo año, nuestro escenario contempla un crecimiento del PIB del 1,4%, aunque la economía irá de menos a más: esperamos que a medida que avance el año el impacto del aumento de los tipos de interés y de la debilidad industrial pierdan fuerza y que, en cambio, los hogares ganen poder adquisitivo de forma progresiva por el descenso de la inflación. El crecimiento económico se verá impulsado por factores como el buen comportamiento de la renta disponible y de la tasa de ahorro de las familias en los últimos trimestres, y la tracción que ejercerán los fondos europeos sobre la actividad.