La financiación autonómica es uno de los asuntos sobre los cuales más han reflexionado los economistas catalanes, en buena parte porque sigue sin resolverse y porque reivindicaciones de hace décadas siguen vigentes. Este miércoles, tres economistas de cabecera, dos de ellos con experiencia de gestión a la Generalitat, han debatido en el Col·legi d’Economistes de Catalunya (CEC) sobre el acuerdo de ERC y PSC que se tendría que desarrollar en la actual legislatura.

Miquel Puig Raposo, hasta hace unos meses secretario de Asuntos Económicos, ha defendido el acuerdo, mientras que Guillem López-Casasnovas, director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES-UPF) y colaborador de ON ECONOMIA, y Albert Carreras de Odriozola, secretario de Economía y Finanzas con Andreu Mas-Colell de consejero, han dado su visión del acuerdo y de cómo tendría que ser la financiación de Catalunya, en un debate moderado por Josep Reyner, también colaborador de ON ECONOMIA.

Los economistas han mostrado más coincidencias que divergencias, que en todo caso eran más de forma, de sofisticación del modelo, que de fondo de la cuestión, que no es otra que mejorar la financiación de Catalunya. Una de las cosas con las cuales han estado de acuerdo es que consideran que una de las resistencias más importantes que se encontrarán para el desarrollo del acuerdo no estará en el Congreso, sino en los despachos de los funcionarios y los sindicatos.

Carreras de Odriozola: "Habrá resistencias de los funcionarios, que irán por la vía sindical, que es la más poderosa de todas"

Carreras de Odriozola tiene claro que habrá resistencias por parte de la plantilla de la Agencia Tributaria al traspaso en la Agència Tributària Catalana, como ha habido en el pasado en otras administraciones o, actualmente, con el personal de Renfe para el traspaso de Rodalies. "Habrá resistencias de los funcionarios, que irán por la vía sindical, que es la más poderosa de todas porque se le tiene que hacer un caso determinado", ha asegurado el director de la Escuela Superior de Comercio Internacional (ESCI-UPF). Los otros economistas le han dado la razón.

Sin embargo, Puig ha defendido el acuerdo porque, solo por el hecho de mantener el ordenalidad, "representa una mejora de 2,5 puntos del PIB; es mucha mejora". Eso sí, ha asegurado que "costará sangre, sudor y lágrimas que salga adelante" en el Congreso y que, para conseguirlo, "tenemos que intentar no pisar demasiados callos". Por ejemplo: "A los vascos ni tocarlos, porque esto saldrá si PNV y Bildu vota a favor. Y los cántabros igual, que son los mejor financiados".

López-Casasnovas ha quitado importancia al ordenalidad y ha incidido en dos aspectos: el primero es el ataque a la uniformidad con la cual se trata la financiación autonómica en el Estado, sin tener en cuenta las peculiaridades y la capacidad fiscal de cada región. El otro es en que lo importante es recaudar el IRPF, no el resto de impuestos, y que en realidad es igual quien lo recaude siempre que el dinero se quede en Catalunya.

"El problema no es la multilateralidad, es la uniformidad con la cual se tratan los problemas de la financiación autonómica. Pensar que con una única forma, la de las necesidades fiscales, conseguiremos abrir una vía que encaje Catalunya. Se pone delante la multilateralidad porque la población de muchas CC.AA. quiere menos descentralización. La multilateralidad es la vía para introducir la uniformidad", ha explicado.

López-Casasnovas: "El problema no es la multilateralidad, es la uniformidad con la cual se tratan los problemas de la financiación"

Carreras de Odriozola ha incidido en el mismo tema y ha defendido que Catalunya tiene que tener una relación bilateral porque es lo que practica el Gobierno con el resto de autonomías: "La bilateralidad existe, es lo que tienen todas las comunidades, pero que los catalanes no podemos ejercer, porque nos acusan de insolidarios". En el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPPF) solo se formaliza lo que se ha pactado previamente, ha añadido.

"No se puede salir adelante en redistribución de recursos con el CPPF, porque está absolutamente bloqueado, ya que la mitad de los votos más uno son del gobierno central. Es una institución de teatralización, no sirve para nada", ha valorado. También ha atacado los sistemas de ajuste en el actual modelo de financiación, porque sirven para hacer "trampas", como con la población ajustada.

López-Casasnovas ha coincidido y ha calificado estos sistemas de ajuste de "Frankenstein" para manipular los resultados: "Con respecto a los mecanismos de ajuste, todo eso es tan manipulable que lo único que hace es generar una multilateralidad encubierta. Se ha creado un Frankenstein".

La no eliminación del déficit fiscal

La eliminación del déficit fiscal ha sido otro de los grandes temas de debate. El director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES-UPF) ha pedido no vincular el acuerdo de financiación con la eliminación del déficit fiscal porque "es imposible", ya que el modelo de financiación solo actúa sobre un 40% de los recursos que se destinan a Catalunya, mientras que el 60% restante lo decide el Estado arbitrariamente y hay muchos desequilibrios entre comunidades.

Miquel Puig ha admitido que no sirve para eliminarlo del todo, pero que lo reduciría mucho, y ha recibido el apoyo de una cara conocida entre el público: la exconsellera Natàlia Mas, su jefa hasta hace unos meses y la persona que hizo la propuesta de financiación singular, que al final del acto ha pedido la palabra y ha pedido "no focalizar el debate en el déficit fiscal" y poner en marcha cuanto antes mejor "la maquinaria del Congreso" y no herir sensibilidades de terceros para que salga adelante.

Miquel Puig: "A los vascos ni tocarlos, porque eso saldrá si PNV y Bildu votan a favor. Y los cántabros igual, que son los mejor financiados"

También ha pedido el micrófono Joan Canadell, diputado de Junts, que se ha mostrado crítico con algunas propuestas, como la de empezar recaudando solo un impuesto, el IRPF, ya que aboga porque el acuerdo esté totalmente cerrado y sea hermético a posibles trampas del gobierno central: "Al Estado español lo conocemos todos. Hecha la ley, hecha la trampa. Ya buscarán la manera de subir el déficit fiscal. O lo hacemos muy bien, o no lo tenemos que aceptar".

La última pregunta del público ha provocado risas entre los economistas, pero también ha aportado una buena dosis de realismo: este es un acuerdo que apela al actual Gobierno, ¿pero qué pasa si en 2027, o antes, entra la derecha en la Moncloa? ¿Afecta? "Claro que afecta", han respondido los tres, y Guillem López-Casasnovas ha ido más allá y ha dicho que lo deseable sería que en seis meses ya se haya desarrollado alguna medida del acuerdo que lo haga difícil de revertir, ante lo que pueda pasar. "Pero nada es irreversible en política", ha concluido.