Tener empleo no es suficiente para poder acceder a una vivienda en España. A pesar de que el salario medio de una persona joven subió un 4,6%, situándose en los 12.079,19 euros netos anuales, el precio de las viviendas en alquiler lo hizo un 7,55%. Así, el alquiler medio de un alojamiento en España se establece en 912 euros, una cifra que supondría que, para pagar un alquiler en solitario, una persona joven trabajadora debería dedicar el 83,7% de su sueldo.
De los 912 euros, agregando los 141 euros de media correspondientes a los suministros y servicios de una vivienda, la factura asciende a 1.053 euros mensuales, el equivalente al 96,6% del sueldo medio de los jóvenes con empleo. Es decir, solo le quedarían 36,93 euros para adquirir alimentos, comprar ropa y gastar en ocio, algo completamente inasumible.
La tasa de emancipación juvenil se estanca en España
Por esta razón, los jóvenes del país se emancipan a los 30,3 años de media en España, la cifra más alta de las últimas dos décadas. Mientras, la tasa de emancipación juvenil se estanca en el 15,9%, muy por debajo de los niveles europeos, con una tasa media de 31,9%, según el Observatorio de Emancipación correspondiente al segundo semestre de 2022, elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE).
"Las personas jóvenes en España no pueden emanciparse hasta que dejan de ser jóvenes. Esto es un síntoma muy preocupante que demuestra que los problemas estructurales de la juventud siguen muy presentes y condicionan la vida adulta. Durante el segundo semestre de 2022 el porcentaje de población joven que se emancipaba residencialmente se estancó y las subidas en los precios del alquiler y la vivienda hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeudarse", señalan desde el Consejo de la Juventud de España (CJE). Su último Observatorio de Emancipación refleja que para las personas jóvenes españolas independizarse es prácticamente una "quimera".
Las políticas “no entran a solucionar de manera estructural los problemas principales que preocupan a la juventud, como son la vivienda y el empleo, y que provocan grandes problemas de salud mental para la población joven, cuya principal causa de muerte es el suicidio”, argumentan desde el CJE.
Riesgo de pobreza o exclusión social
El Observatorio también refleja que una de cada cinco personas de menos de 30 años (un 20,6%) con un puesto de trabajo se encontraba en pobreza o riesgo de exclusión social a cierre de 2022 y el 36% de la población joven emancipada era pobre, indicadores de los empleos precarios que consiguen las personas más jóvenes del país.
La tasa de paro de las personas jóvenes seguía siendo en 2022 mucho mayor que la de la población general: del 22,2% frente al 12,9%. Las personas jóvenes tenían a finales del año pasado una tasa de desempleo similar a la que se registró en 2008 con el estallido de la crisis económica y financiera. Además, la tasa de actividad entonces era del 67,1% y ahora del 53,7%: a finales de 2022 había menos personas jóvenes trabajando o buscando trabajo que en 2008. La tasa de paro era significativamente más pequeña entre quienes tienen estudios superiores, aunque ha subido 3,6 puntos con respecto al semestre anterior. Además, la población joven con estudios superiores seguía sufriendo un grave problema de sobrecualificación: el 42,6% de las personas menores de 30 años con estudios superiores que trabajaba lo hacía en un puesto que requería una formación más baja de la que poseía.