El empleo indefinido se ha convertido en la gran estrella de la reforma laboral. Entre enero y abril se han firmado 2,1 millones de contratos indefinidos, lo que supone que de cada 100 personas que han encontrado un empleo en el primer cuatrimestre de este año, 44 han firmado un empleo fijo, frente a 56 que han conseguido uno temporal. “La estabilidad en el empleo está ya fuera de toda duda”, señaló este lunes el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, durante la presentación de los datos del paro de abril. Sin embargo, el número de contratos firmados el pasado mes arroja un incremento de los contratos temporales y un descenso de los indefinidos.
Preguntado si hay preocupación por el aumento de la temporalidad, Pérez Rey ha señalado que no están preocupados y acude al efecto calendario de la Semana Santa para explicar este incremento de la temporalidad y quita importancia a este descenso del peso de los contratos indefinidos: “lo realmente destacado es que sigue por encima del 44% de los contratos firmados, algo absolutamente impensable antes de la reforma laboral”.
Ciertamente, se producen fuertes diferencias si se contabiliza exclusivamente el mes de abril. Así, fueron indefinidos el 48% de los contratos firmados en abril de 2022 (Semana Santa cayó a mediados de ese mes); ya el pasado 2023 (Semana Santa, a principios de abril), se redujo al 45% de los contratos firmados en ese mes y este año (Semana Santa, a finales de marzo), desciende otro punto, al 44%. Además, en abril de 2024 ha aumentado la contratación temporal, explicado desde el Gobierno español por el fuerte tirón del turismo. Sin embargo, si se analiza en conjunto el primer cuatrimestre -que deja fuera el efecto de Semana Santa-, los registros de contratos en el Sepe ponen de manifiesto que el empleo indefinido está perdiendo fuelle.
75.500 indefinidos menos
Así, entre enero y abril se han firmado 75.500 contratos indefinidos menos que en el mismo periodo de 2023, lo que significa una caída de un 3,5%. No obstante, se trata de un descenso mínimo si se tiene en cuenta que en este cuatrimestre se han registrado 2,09 millones de contratos indefinidos, lo que supone el 44,4% del total de todos los firmados en estos cuatro primeros meses del año. Por el contrario, en el mismo periodo se han firmado 2,62 millones de contratos temporales, lo que supone un incremento del 1,2% respecto al primer cuatrimestre del pasado año, con 31.500 contratos temporales más que en los cuatro primeros meses del pasado año. Por otro lado, en 2024 se han firmado 42.400 empleos menos, sobre un total de 4,71 millones, respecto a 2023.
Jesús Cruz Villalón, catedrático de derecho laboral de la Universidad de Sevilla, señala la caída del empleo indefinido y el incremento del temporal, “merece la pena destacarlo, aunque sea para decir que parece que se está produciendo un cambio, pese a que es pronto para saber las causas y si será algo con continuidad en el futuro”. No obstante, el experto laboral señala que para los datos de porcentaje de temporalidad es más fiable la Encuesta de Población Activa (EPA), “que hasta el momento no han detectado cambios”. Cruz Villalón interpreta con cautela los datos que arroja la estadística de contratos del Sepe: “Desde luego, parece que el porcentaje más importante de incremento del empleo en abril se encuentra en la hostelería, conectado con el inicio de la actividad turística, y eso puede explicar el crecimiento de la contratación temporal”. Respecto al conjunto del primero cuatrimestre, apunta que la caída del empleo fijo y el aumento del temporal se podría explicar por la composición sectorial, con un mayor peso del turismo, respecto al pasado año.
Estabilización de los indefinidos
Miguel A. Malo Ocaña, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Salamanca y uno de los mayores expertos en el mercado laboral, resta importancia a la caída de los indefinidos y el aumento de los fijos en lo que va de año. “No veo nada raro en esos porcentajes. Los indefinidos no pueden seguir creciendo siempre como tras la reforma, por lo que el flujo de nuevos indefinidos tenderá a estabilizarse a la baja (veremos hasta dónde exactamente). En cuanto a los temporales, si uno toma el primer trimestre, la variación acumulada fue del -2,55% (y eso que toda la Semana Santa cayó en marzo), por lo que tampoco parece que haya aquí una tendencia clara. De la misma manera que con los indefinidos, tendrá que estabilizarse en algún punto el flujo de nuevos temporales”. Una tesis que defiende Pérez Rey, que matiza que los contratos indefinidos no podrán mantener los ritmos de estos dos primeros años de la reforma laboral.
Una opinión compartida por Marcel Jansen, profesor de Economia de la Universidad Autónoma de Madrid, que resta importancia a la disminución de los contratos indefinidos en este año y al aumento de los temporales. “Los efectos me parecen pequeños y pueden tener mil explicaciones. Entre ellos, un posible deseo de comprar algo de tiempo por parte de las empresas dado el elevado nivel de incertidumbre al nivel internacional. ¿Quién sabe?”, comenta. Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, considera que es pronto para establecer un posible cambio de tendencia, especialmente con los datos de un mes de abril, siempre especial por la hostelería. “El ratio fijos/temporales sigue siendo bueno”, concluye.
Malo Ocaña también reseña que comparando los flujos de contratos temporales e indefinidos en el largo plazo, no ve que “nada esté cambiando de manera clara, más allá de lo que parece unos valores algo más bajos de indefinidos, pero tampoco se ve un alza clara en temporales”. En cuanto al ratio de contratos temporales sobre contratos indefinidos, “bajó muy rápidamente, desde los valores previos a la reforma, entre 6 y 11 contratos temporales por cada 1 de indefinido, a valores entre 1 y 2 temporales por cada indefinido tras la reforma. Y ahí sigue”.