El crecimiento del consumo privado superará los registros de 2023 (cuando subió un 1,8%) tanto este 2024 (2,5%) como en 2025 (2,1%), según apunta el informe de BBVA Research sobre consumo presentado este lunes. La creación de empleo, la subida de los salarios y las pensiones y la caída de la inflación impulsarán el avance de la renta disponible. Además, la revalorización que se espera de los activos financieros, la reducción del endeudamiento y el incremento de los precios inmobiliarios contribuirán al aumento de la riqueza neta.
El avance del PIB se revisa cuatro décimas al alza para 2024, hasta situarlo en el 2,9%, y tres para 2025, hasta el 2,4%. Esto refleja una evolución más positiva de lo esperado. La “buena evolución de la economía” se sustenta en las mejoras de competitividad, el incremento de la fuerza laboral (sobre todo, la procedente de la inmigración) y una “política fiscal que todavía sigue apoyando a la demanda interna”.
En un entorno donde el gasto continúe beneficiando al sector servicios, intensivo en mano de obra, la demanda de trabajadores seguirá aumentando. Asimismo, el informe indica que se mantienen los condicionantes que han incentivado la emigración desde países con una mala situación económica, de seguridad o política. Señala que la inmigración explica un 90% del incremento de la población activa desde 2021.
No obstante, el informe prevé una desaceleración en un futuro, conforme la contribución de la demanda externa se vuelva negativa, “dados los límites a la expansión de las exportaciones de servicios turísticos y la transición hacia un modelo de crecimiento con mayor gasto en bienes importados”.
Advierte que la economía enfrenta “retos estructurales” como los cuellos de botella en algunos sectores exportadores, el bajo nivel de inversión y productividad, en particular en vivienda, el envejecimiento, la escasez de cierto tipo de capital humano y el ajuste fiscal en los próximos años.
Matriculaciones de vehículos
El último informe de BBVA Research sobre consumo analiza en profundidad el aumento de las matriculaciones de vehículos. Así, apunta que la recuperación de la capacidad adquisitiva, el abaratamiento de los carburantes, el descenso de los costes de financiación y la desaparición de las restricciones de oferta alientan las matriculaciones de turismos, que rozarán el millón de unidades en 2024 y podrían repuntar hasta 1,1 millones en 2025.
Sin embargo, la venta de turismos eléctricos puros está por debajo de las ratios de la Unión Europea. La venta de estos vehículos ha crecido un 9,8% interanual en los nueve primeros meses de 2024, pero apenas representan el 5,1% del total hasta septiembre de 2024, lejos del promedio europeo (13,1%).
El precio, la infraestructura de recarga, la autonomía e incertidumbre constituyen los principales “desincentivos” a la compra de turismos eléctricos. Si nada cambia, el informe calcula que su cuota de mercado se situaría en torno al 34% de las matriculaciones (±5) en 2035, lejos de lo acordado en el Objetivo 55. El endurecimiento de los metas de reducción de emisiones de CO2 incentivará la electrificación, pero el incremento de los aranceles a los vehículos eléctricos procedentes de China jugará en contra.