La Generalitat de Catalunya gastó el año pasado 46.914 millones de euros, un 11,3% más que en 2023, según los datos de ejecución presupuestaria presentados este viernes por la consellera de Economia i Finances, Alícia Romero. Las cifras no son tan detalladas como en unos presupuestos, pero sí permiten hacerse una idea de cuáles son las prioridades de gasto del Govern. Sanidad y educación son, como es habitual, las partidas estrella, pero hay sorpresas, y la educación es una de ellas porque se moderó la inversión. La más perjudicada, sin embargo, es la cultura, ya que pierde recursos.
¿En qué gasta el dinero Catalunya? Cabe recordar que en 2024 hubo un Govern de ERC hasta el verano y, después, del PSC. Ambos trabajaron con presupuestos prorrogados. De hecho, la falta de acuerdo para aprobar unas cuentas de la Generalitat fue lo que llevó a Pere Aragonès a convocar elecciones al Parlament de Catalunya en mayo, que ERC perdió.
El grueso del gasto total, 39.461 millones, correspondió a las conselleries, y el resto, a gasto en entes locales, pago de la deuda y otras pequeñas partidas. El gasto de las diferentes áreas del Govern subió un 8,7% respecto al año anterior, y mantuvo, más o menos, la norma habitual por conselleries: el 40% en sanidad, el 20% en educación y el 10% en derechos sociales, las tres áreas que se quedan casi siete de cada diez euros que salen de la caja de la Generalitat.
La consellera de Economia destacó el gasto en salud, que se acercó a los 16.000 millones de euros, un 10,9% más que el año anterior. “Es mucho dinero, aunque seguro que si preguntamos a mucha gente, considerarán que no es suficiente y que hacen falta más fondos”, dijo Alícia Romero. Educació es el segundo destino de los presupuestos catalanes, con 7.600 millones. Sin embargo, esta partida se moderó, ya que, aunque no bajó, subió la mitad que la media de las conselleries, un 4,4%. Drets socials, Territori, Interior y Empresa i Treball completaron el ranking de las cinco conselleries con mayor gasto durante el año pasado.
Para presentar los datos de ejecución presupuestaria, el Govern de Salvador Illa ha tomado la estructura de conselleries de inicios de 2024, correspondientes al Ejecutivo de Pere Aragonès, para poder comparar. De hecho, ha separado Territori y Acció climàtica, Alimentació i Agenda Rural, dos áreas que han tenido destinos muy diferentes. Mientras que Territori es una de las dos en las que baja el gasto (un 2%), Acció climàtica, Alimentació i Agenda Rural es la que más lo aumenta, un 47,8%.
Igualtat i feminismes es la segunda que más ha incrementado la inversión, un 32,6%, pero sigue estando entre las que menos recursos recibe, 136 millones. Además, es la que menos parte de su presupuesto ejecutó el año pasado, un 85,7%, mientras que la media de ejecución de todas las conselleries fue del 97%. Economia i hisenda fue la tercera que más mejoró del 2023 al 2024, con un 24,7% más de recursos, hasta los 213 millones.
La nota más negativa de la ejecución presupuestaria de 2024 es la inversión en Cultura, ya que fue la conselleria que más redujo su gasto, en un 2,3%, hasta los 434,9 millones. Esto sucedió, en buena parte, porque solo ejecutó el 86,2% de sus presupuestos. Al margen de Cultura y Territori, el resto de departamentos gastaron más que en 2023, aunque unos más que otros. Recerca i Universitats siguió la tendencia de educación y solo aumentó un 4,5% el gasto, mientras que Justícia (2,8%) y Empresa i Treball (1,2%) se situaron en la banda baja.
De dónde vienen los fondos
El Govern pudo incrementar el gasto gracias a un aumento de los ingresos no financieros del 14,6%, hasta los 40.513 millones de euros, 5.150 millones más que el año anterior. De estos ingresos, 25.645 millones corresponden a anticipos del sistema de financiación autonómico, 2.265 millones más gracias a la mejora de la economía, que redundó en un incremento de los ingresos del Estado vía impuestos. Además, Catalunya ingresó 4.200 millones más por liquidaciones del sistema de financiación, 2.300 millones más.
Por tributos propios y cedidos, la Generalitat ingresó 5.509 millones, un 11,2% más (555 millones más), mientras que el resto de ingresos supusieron 5.159 millones. El impuesto propio que más aportó a las arcas públicas catalanas fue el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se paga cuando se compra un piso que no es de obra nueva: alcanzó los 2.774 millones, un 12,7% más.
Sucesiones y donaciones sumó 1.153 millones, un 17,5% más. Con el Impuesto de Patrimonio ingresó 761 millones, un 9,5% más. El resto de tributos recaudaron poco: 236 millones con los del juego, 188 por el de las instalaciones que inciden en el medio ambiente, 123 en el de determinados medios de transporte y 96 en el de los establecimientos turísticos, uno de los más polémicos, entre otros gravámenes.