Si se confirma el traspaso de la Fórmula 1 de Barcelona a Madrid, llegaría en un momento en el cual este deporte está disfrutando de una excelente recuperación después de la covid. Así pues, a expensas de cerrar en el 2023, el pasado 2022 la F1 registró un nuevo récord de asistencia de 5,7 millones de espectadores a lo largo de los 22 Grandes Premios disputados, hecho que supone un 36% más que en el 2019, última temporada previa a la Covid-19 sin ninguna limitación de aforo. Unos datos que, trasladados a Montmeló, también impactaban positivamente con el turismo que, en el último circuito, colgó el cartel de sold out a la mayoría de los hoteles del Àrea Metropolitana de Barcelona y totalmente completo en la ciudad de Barcelona.
Así pues, las sinergias positivas son causadas por diferentes ámbitos como el patrocinio y la firma de nuevos acuerdos. Esta línea de negocio, que supone un 16,9% del total de facturación del F1, generó 434,8 millones de dólares (408,7 millones de euros). El 22,1% restante del negocio, en torno a 466 millones de dólares (unos 439,5 millones de euros), corresponden a los ingresos generados en el paddock vía hospitality.
Inversión de 30 millones
Pero si eso lo trasladamos a Catalunya llega en un momento donde el mismo Govern de la Generalitat de Catalunya había hecho una apuesta por este 2023 y el próximo 2024 que quería acabar de convencer a los jefes de la Fórmula 1 para que se quedaran. De hecho, el mismo Conseller de Empresa, Roger Torrent, fue quien confirmaba el año pasado la inversión de 30 millones de euros para "adecuar el circuito a las nuevas necesidades de la cultura sostenible".
De esta manera, el Circuito Barcelona-Catalunya quiere ser líder en el compromiso medioambiental. El Govern considera que las carreras están aseguradas hasta el 2026, también la de MotoGP y, por lo tanto, la inversión ya quedaría recuperada. Sin embargo, en paralelo, desde hace tiempo ven las orejas al lobo y buscan diversificar la oferta de Montmeló, convirtiéndolo en un espacio atractivo para otros tipos de celebraciones como ferias o congresos internacionales.
Agujero de 36,8 millones de euros
En cifras absolutas, la Conselleria ha publicado que el circuito tiene actualmente una ocupación del 83% en todas las actividades que promueve, también la del F1. Y que estas actividades tienen un retorno económico de 181 millones de euros. Sin embargo, la producción se eleva a los 326 millones de euros. Estas actividades posibilitan un total de 2.670 puestos de trabajo a tiempo completo. El retorno fiscal para la inversión de las administraciones es de 43,5 millones de euros. Teniendo en cuenta que el pastel se lo reparte, de forma mayoritaria con MotoGP, estamos hablando prácticamente de una pérdida del 50% de todos estos valores.
El gobierno catalán es copropietario del circuito de Barcelona (76,38%) en compañía del RACC (15,75%) y del Ayuntamiento de Montmeló (7,87%). La otra cara de la moneda es la sostenibilidad de este proyecto en términos económicos. La sociedad que gestiona el circuito no es rentable desde el 2009 y volvió a empeorar sus registros en el 2022, a pesar de recuperar la plena actividad después de la covid. De esta manera, el Circuito perdió más dinero el año pasado que durante la pandemia y ya amontona un agujero de 36,8 millones de euros en pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores.