¿100 millones de turistas extranjeros en 2025? Aunque impensable antes de la pandemia, y mucho menos durante el confinamiento, en estos momentos el sector, la administración y los expertos consideran que es factible alcanzar esa emblemática cifra de visitantes a lo largo del presente año. En 2019, alrededor de 83,7 millones de personas entraron en España, un máximo que entonces desbordó previsiones. Pero el Covid truncó la carrera desenfrenada y redujo a 18,96 los visitantes de 2020. Los dos siguientes años, todavía con trabas a la movilidad nacional e internacional, la meta de los 100 millones se desvaneció y el sector y la administración se conformaron con recuperar las cifras prepandemia.
Pero el Covid caló en la sociedad dejando una dura huella de pragmatismo y millones de personas pusieron el ocio entre sus prioridades vitales, lo que empezó a tirar del turismo. En 2023, se recuperaron los 85 millones precovid, pero en 2024 el turismo se ha convertido en un “sorpaso” económico al sumar 11 millones más y colocarse en 96 millones; de los cuales 20 millones en Catalunya. La reflexión ha sido obvia: ¿se llegará este 2025 a los 100 millones? Miguel Cardoso, Economista Jefe para España en BBVA Research, señala a On Economia que si hace 5 años hubiésemos hablado de 100 millones, “nadie se lo habría creído”. Hoy se da, casi, por descontado.
El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, fue el primero en sacar a colación los 100 millones durante Fitur. Entonces, declaró que veía no solo posible, sino casi “inevitable”, que España siga alimentando el boom de llegadas de viajeros internacionales y supere la cota histórica de 100 millones. “No es un problema crecer" en el sector turístico si existe una buena gestión basada en "gobernar socialmente el fenómeno". En el mismo foro, la presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), Julia Simpson, fue más clara y declaró “posible” que España alcance los 100 millones en el presente ejercicio, aunque todavía seguirá por detrás de Francia que el pasado año se quedó a 200.000 visitantes de conseguir los 100 millones.
Unos meses antes, en septiembre del año pasado, el informe Google-Deloitte sobre el turismo mundial a medio y largo plazo colocó a España como el primer destino del mundo en 2040, con un crecimiento de más del 20%. Con sus cálculos, dentro de cinco años habrá 110 millones de visitantes extranjeros, cinco más que en Francia, que se colocará en segundo lugar y 100 de Estados Unidos. Los visitantes, de ser ciertas estas previsiones, aumentará en España en 26,5 millones desde 2019; en Francia en 14 millones y Estados Unidos en 10,6 millones. Solo estos tres destinos superarían los cien millones y el gigante Chino; México e Italia, recibirán dentro de quince años 90 millones de turistas, 6 menos que los que entraron el pasado año en España.
Prudencia en el sector
En el sector no hablan directamente de la mítica cifra de los 100 millones para este año, pero la susurran abiertamente. El sector hotelero la ha puesto en su agenda como objetivo para este año e Inma de Benito, directora de Turismo de CEOE, señala que las “tendencias mundiales descuentan los 100 millones en España”. Pero la responsable del sector dentro de la patronal matiza una preocupación compartida por administración, sector y expertos: los cien millones acarrean un problema de gestión y falta de inversión, especialmente pública, para adecuar los destinos y hacer un ejercicio de reputación del turismo tanto dentro como fuera de España. El reto, según De Benito, es fidelizar al talento, en referencia a la mano de obra del sector; a los turistas, pero, muy importante, al residente, que debe notar que el turismo supone bienestar y no todo lo contrario.
Los analistas del sector también apuestan por los cien millones. Cardoso señala que “crecer 6 millones es factible este año”, teniendo en cuenta que en BBVA Research prevén que el PIB del turismo aumente entre un 3 y un 5% este año. En CaixaBank Research también consideran posible cerrar con 6 millones más, pues confían en que la industria crezca un 3,6%. En ambos casos, por encima de la economía española que, según el gobierno de Pedro Sánchez, subirá este año un 2,6%, aunque ambos equipos de analistas reconocen que se producirá un parón respecto al espectacular 2024.
Espacio para 100 millones
Pero que puedan venir es una cosa y otra muy distinta que haya espacio para cien millones de visitantes. Cardoso recalca que en los grandes destinos turísticos se ha dado una ocupación del 100% en los meses de verano y recuerda que no se han construido nuevos hoteles, ni parece que se vayan a dar licencias desde los ayuntamientos, por el ambiente hostil en muchos destinos.
En los últimos años, se ha extendido una “turismofobia” por numerosos puntos de la geografía española, con manifestaciones en sitios como Barcelona, Canarias, San Sebastián, Palma de Mallorca y en muchos pueblos y ciudades de Andalucía. Incluso se han creado movimientos sociales como Stop turistificación, de Ecologistas en Acción que han publicado hace dos semanas un informe, pero también de ámbito vecinal en Vigo (saturado en las fiestas navideñas), Alicante o las asociaciones Canarias tiene un Límite o Cambiemos el rumbo en Mallorca.
El economista de BBVA Research considera improbable que en estos destinos crezca el turismo en temporada alta, por lo que vaticina que las empresas hoteleras transferirán a precio esta escasez, pero esos mayores precios han de ir acompañados de un incremento de la calidad o se correrá el riesgo de perder atractivo ante otros destinos competidores. “El destino del turismo, y que sigan llegando más turistas, dependerá de si hay espacio para esta transformación y, sobre todo, de si hay voluntad de llevarla a cabo”, señala. Pero, indudablemente, si se produce una consolidación en la gestión turística desde todos los ámbitos que genere una mayor competitividad.
Destinos ya saturados
En cualquier caso, los 100-105 millones no se conseguirán explotando los destinos ya saturados, señala Cardoso, que opina que es crecimiento vendrá de la diversificación de destinos y de tipos de turismo, por ejemplo el urbano de negocios, donde ciudades como Barcelona o Madrid todavía tiene recorrido, especialmente esta última, pues las autoridades están abiertas a la construcción de más camas hoteleras, algo que de momento, está cerrado en Barcelona. De cualquier manera, en su opinión, la capacidad turística española tiene límite y se podría alcanzar en 2 o 3 años.
De Benito no cree que haya un límite, como tampoco lo cree el ministro Hereu, sino la necesidad de cambiar la gestión turística hacía una visión “olística” que contemple el turismo como una industria en su conjunto, incluyendo factores como los servicios públicos y la gestión de los espacios y el patrimonio público, vinculándolo al sostenimiento. Es un paso previo y necesario para diversificar el turismo hacia territorios que ofrecen alternativas al sol y playa. El reto para la responsable del turismo en la CEOE es no preocuparse por la cantidad -en referencia al número de turistas. Si no por el valor de esa cantidad de turistas.
En opinión de De Benito, no hay destinos saturados, pues no los están las 24 horas de cada día. Pueden estarlo cuatro o cinco horas, señala, por lo que hay que saber gestionar mejor esos recursos, mediante la digitalización, para evitar la aglomeración de ciertos puntos en horas concretas. “Es algo que ya se hace en los hoteles. La gente acude al spa o el gimnasio con una cita previa o se le avisa cuando hay plazas libres en el garaje”. Pues igual se debería hacer con los espacios públicos, considera. Todo ello debe llevar a una “transición social, reputacional, a un equilibrio entre el bienestar de los residentes y la actividad económica”, dice la directora de turismo de CEOE-
Pero para ello, considera que hace falta “valentía, generosidad y armonía” de todas las partes, en especial de las administraciones. Valentía, por ejemplo, para regular los alojamientos turísticos, concluye.
Nuevos turistas
No obstante, el nuevo turismo, más allá del sol y playa, pasa por atraer otro tipo de visitantes. El experto de BBVA Research reconoce que los alemanes o británicos buscan el turismo tradicional, pero los de larga distancia, como los norteamericanos y sudamericanos o los asiáticos, vienen buscando cultura y el atractivo de Europa como destino muy deseado. Eso supone una diversificación temporal, geográfica y de tipo de turismo, que permitirá seguir creciendo. Y, solo así, combatir la turismofobia, única receta para llegar a los 100 e, incluso, los 110 millones de visitantes.