Casi la mitad de personas que viven de alquiler en España están en riesgo de pobreza (un 45% entre 2015 y 2023) y ningún otro país europeo se encuentra en una situación tan grave en este apartado. Así lo detalla un estudio sobre el mercado del alquiler de vivienda publicado este miércoles por el Banco de España, que se basa en la métrica que considera riesgo de pobreza aquellos cuya renta no supera el 60% de la mediana de renta del país.
Por detrás de España se sitúan Italia, con un 41%, Bélgica, con un 40%, y Rumanía, con un 39% de sus inquilinos en riesgo de pobreza. La media de la UE de los 27 es del 33% y en el país europeo con menos riesgo de pobreza entre la gente que vive de alquiler, que es Polonia, un 23% está en esta situación, prácticamente la mitad que en España.
Incluso en países donde hay un mayor porcentaje de inquilinos que destinan más del 40% de su renta bruta al gasto de vivienda existen menos riesgos de pobreza entre inquilinos. Grecia cuenta con un 15% de personas de alquiler (sobre el total de los hogares) con un esfuerzo superior al 40%, muy superior al 5% español. Pero este porcentaje es engañoso, ya que cuenta también a los propietarios.
Un 40% de inquilinos gastan más del 40% en el alquiler
Si estrechamos el cerco sobre el porcentaje de inquilinos que gastan más de un 40% en el alquiler, España roza el 40% (38%), muy superior a la media europea del 26% o a Italia (28%), Francia (17%) o Alemania (18%), comparativa esta en la que no aparecen otros países con problemas de sobreesfuerzo de alquiler como Grecia o Dinamarca.
Existe una gran desigualdad entre quienes destinan más del 30% de su renta al alquiler en función de la Comunidad Autónoma y de si vive en el centro de áreas urbanas, en la periferia o fuera de ellas. Así, casi un 60% de andaluces y madrileños del centro de áreas urbanas gastan más del 30%, mientras que tan solo un 32% de aragoneses fuera de las áreas urbanas gastan más de un tercio de su sueldo en alquiler. En Catalunya, un 54% de los inquilinos del centro de las áreas urbanas gasta más del 30% de su renta en el alquiler, por un 48% de ellos en las áreas urbanas y un 38% en zonas rurales.
La combinación entre un crecimiento de la población significativo en áreas urbanas, una mayor demanda de alquiler, unos jóvenes con dificultades para acceder al mercado laboral, con sueldos más bajos, mayor temporalidad y una subida de precios acumulada del 35% desde el año 2014 (del 78% según un estudio de Fotocasa) castiga especialmente a jóvenes e inmigrantes que pretenden vivir en zonas urbanas y no pueden afrontar la compra de vivienda. En capitales de provincia, la subida del precio medio del alquiler alcanza el 60% entre 2015 y 2022 en Valencia, ciudad con mayor despunte, y un 46% en Barcelona.
"Para una significativa proporción de los hogares con reducidos ingresos el consumo se encuentra restringido en España", alerta el informe del Banco de España.
Si la población creció en 2022 un 3.1% respecto al año anterior, tan solo un 0,3% de este crecimiento se daba en áreas no urbanas, mientras que un 1% se concentraba en el centro de las ciudades y un 2,1% se iba a las periferias urbanas.
Se duplican los jóvenes de alquiler
Por edades, la población joven es la que más vive de alquiler, ya que es la que más dificultades tiene para comprar una vivienda, y también la que más ha crecido en este régimen de vivienda. Si en 2006 un 30% de los jóvenes de entre 16 y 29 años vivían de alquiler, en 2023 la cifra se acerca al 60% (58%), prácticamente el doble. El crecimiento es más moderado en las personas de entre 20 y 44 años, que han pasado de un 20% viviendo de alquiler a un 33. En la franja de edad de los 45 a los 64 años, el alquiler ha pasado de ser la opción de un 10% de la población a un 18% y entre los jubilados se mantiene por debajo de un 10% como hace 20 años.
Aunque la tasa de paro se ha reducido en los últimos años en todas las franjas de edad, la de los jóvenes entre 16 y 29 años sigue siendo muy superior a la media, del 15% por sobre el 9% de desempleo global. Más acentuada aún es la tasa de temporalidad, del 25% entre los jóvenes y del 12,5% en general en España.
Los jóvenes de 16 a 24 años han visto crecer su salario desde 2015 un 25% de media y los jóvenes de 25 a 34, un 23%. Pero en ese mismo intervalo, el precio de la vivienda ha subido un 40% y el del alquiler, un 27%, cifra que no refleja las grandes subidas de las metrópolis, que partían ya en 2015 de precios muy elevados para los niveles de renta de España.
A la cola de Europa en vivienda protegida
Ante esa tesitura, el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 34 años que viven con sus padres ha aumentado del 51% en 2008 al 66% en 2022, cifra tan solo superada en dos puntos por Italia (69%) y muy superior a la media europea, que es del 49% y era en 2008 del 48%. Alemania es la única potencia económica europea que ha visto reducido el número de jóvenes que viven con sus padres del 42 al 30%.
La situación de la vivienda en España se agrava por la bajísima tasa de vivienda social y protegida. Si entre los años 1991 y 1999 se calificaron 550.000 viviendas protegidas, tan solo 80.000 recibieron esta calificación entre 2015 y 2023, mientras muchas de estas viviendas han ido abandonado el mercado protegido. Tan solo República Checa, Lituania y Estonia tienen menos vivienda protegida que España, que con el 1% y 300.000 viviendas protegidas está muy lejos del 7% de promedio europeo. Está por ver si las ambiciosas propuestas de Gobiernos autonómico y estatal se llevan a cabo para paliar esta situación.