España se colocó como el sexto país donde más creció la presión fiscal (el peso de los impuestos en relación con la riqueza) en 2021 entre los estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Tras el alza de 2021, la tasa de presión fiscal se coloca en España en el 38,4% del PIB, algo superior a la media del 34,1% de los países asociados a la organización económica internacional.

En su informe anual sobre los ingresos fiscales, la OCDE situó a Noruega y Chile como los Estados miembros donde más se incrementó la presión fiscal (3,4 puntos hasta el 42,2% en el primero y 2,8 puntos porcentuales hasta el 22,2% en el segundo), tras el año de los confinamientos de la covid. Otros tres países del bloque registraron aumentos anuales iguales o mayores a 2 puntos porcentuales —Israel (2,6), Corea del Sur (2,2) y Lituania (2,2)— e inmediatamente por detrás, en sexta posición y con un alza de 1,7 puntos, se ubicó España que, junto con México, había liderado las subidas de la presión fiscal en 2020. Aunque este último, sin embargo, se situó en 2021 entre los miembros de la OCDE en los que la recaudación impositiva más decreció frente al PIB.

México pasó del 17,8% en 2020 al 16,7% el año siguiente, solo superada por el descenso en Hungría (del 36,1% al 34%). Esos números mantienen a México como el Estado de la OCDE donde la presión fiscal global es menor, seguido de Colombia (19,5%), ambos muy por debajo de la media del 34,1% de países que conforman la organización.

Mayor crecimiento de la presión fiscal que del PIB

En la mayoría de los países, 24 de los 36 para los que hay datos de 2021 (de un total de 38 en la organización), la carga fiscal subió a medida que se recuperaban del choque económico de la pandemia de covid-19. Por ello, la media del bloque progresó seis décimas en 2021, hasta situarse en el 34,1%. En términos nominales, la carga fiscal de 2021 creció un 12,8% respecto a 2020, mientras que el PIB de la OCDE mejoró en un 10,5%.

La "prioridad" de los miembros en política fiscal fue apoyar la recuperación económica, estimulando el crecimiento y la inversión, especialmente en materia de "economía verde", según el informe de la OCDE. Éste atribuye el aumento de la recaudación fiscal, sobre todo, al "rebote" en los ingresos por el IVA y los impuestos a las sociedades (aumentaron 0,5 y 0,4 puntos porcentuales respectivamente).

España, por encima de la media

Tanto la proporción relativa de la carga impositiva en España como el crecimiento anual del pasado ejercicio se situaron por encima de la media de la OCDE, aunque la presión total de España aún está lejos de los niveles de países como Bélgica, Noruega o Francia, superiores al 40% y, liderando el bloque, Dinamarca (46,9%). En la comparación de la última década, España aparece entre los países con una subida más pronunciada. En concreto, el alza española fue de 7,1 puntos porcentuales si se comparan las cifras de 2020 y 2021, un incremento solo superado en Eslovaquia y Corea del Sur.

Cotizaciones a la Seguridad Social

El informe también apunta que en 2020, el último año para el que hay datos desglosados para todos los países, las cotizaciones sociales representaron la principal fuente de ingresos fiscales de la OCDE (un 26,6%), seguidas por el impuesto sobre la renta (24,1%) y el IVA (20,2%). El resto de las tasas al consumo supusieron un 11,9%, el impuesto de sociedades un 9% y los impuestos a la propiedad un 5,7%.

La estructura impositiva española fue diferente, ya que las cotizaciones sociales tenían una cuota más elevada que la media (37,4%), mientras que el impuesto de sociedades que pagan las empresas por sus beneficios tuvo un peso significativamente inferior (5,3%)