En Europa hay 2,6 millones de personas que llevan más de cuatro años apuntados en las oficinas de desempleo sin poder volver al mercado de trabajo. Pues bien, uno de cada cinco de esos europeos reside en España (585.000), según ha denunciado este miércoles la patronal de las Empresas de Trabajo Temporal (Asempleo) que apunta que solo Italia supera a España en tan preocupante récord. Pero si el volumen es abrumador, también lo es el porcentaje, pues el 20,5% de los parados españoles es un parado de “muy larga duración” -más de cuatro años sin trabajar-, según un informe elaborado por la patronal de las ETT a partir de los datos de Eurostat.

Un problema laboral y económico, pero también personal y social. La asociación de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal (Asempleo) subraya cómo estas personas enfrentan problemas graves que afectan tanto a su situación económica como a su bienestar psicológico y social, al tiempo que corren el riesgo de quedar expulsadas del mercado de trabajo. Andreu Cruañas, presidente de Asempleo, señala a ON ECONOMIA que en la estadística de Eurostat -que no se recoge en la EPA del INE- no están todos los que son, pues solo aparecen los que dicen estar buscando empleo, pero hay otros que están fuera, porque han dejado de buscar empleo por el desánimo.

E, incide, en las dificultades de recolocación de un colectivo, que a partir del año y medio de desempleo, pierde sus habilidades profesionales. “Después de cuatro años fuera del mercado laboral, es probable que las habilidades del trabajador hayan quedado obsoletas, especialmente en sectores donde la tecnología y las metodologías cambian rápidamente. La falta de acceso a formación continua y la ausencia de experiencia reciente dificultan la adaptación a las nuevas tecnologías o a la adquisición de habilidades y competencias profesionales más actuales, lo que reduce considerablemente sus oportunidades de conseguir un empleo”, explica el responsable de Asempleo.

España, mal parada

Las cifras de Eurostat no muestran una fotografía muy positiva de los parados de muy larga duración en España, como en casi ningún parámetro relacionado con el mercado laboral. Como señalan en la patronal de las ETT, España se sitúa a la cabeza, junto con Italia, en desempleo de cuatro y más años de duración, siendo ambos países los únicos que aún superan el medio millón de desempleados en esta situación. Según los datos de Eurostat, en España hay 585.000 personas (de 15 a 74 años, según los datos que maneja la estadística europea) que buscan empleo desde hace cuatro años sin éxito. En Italia se elevan a cerca de 700.000 y, conjuntamente, los dos países mediterráneos acumulan el 40% de este colectivo de difícil empleabilidad. Los siguientes países son Francia, 231.000 personas; Alemania, 221.000, y Grecia, 191.000.

Algo mejora la situación para España si se compara en términos porcentuales, pues los “very long-term unemployment” suponen el 20,5% del total de desempleados, por detrás de Eslovaquía (casi un 50%, pero en personas, solo 4.000), Italia (38%), Grecia (35% y 191.000 trabajadores), Bulgaria (32,6% y 47.000 parados) y Bélgica (24%, 74.000 trabajadores). Portugal tiene una tasa muy similar a la española, el 20%. En la media de la UE, el porcentaje es del 19%. Por debajo del 10% están Francia, Austria, Polonia, Holanda y Suecia. Sin embargo, es un triste consuelo, pues la reducción del porcentaje se explica por la alta tasa de paro de España, la más alta de la Unión Europea, y no porque haya pocos trabajadores en esta situación de paro extremo. En definitiva, el desempleo es un fenómeno muy ligado a la edad en muchos países comunitarios, lo que supone un paro estructural, de difícil resolución; mientras que en España, el paro afecta de forma horizontal a todas las edades. Lo que explica, que los parados de larga duración supongan en España el 35%, muy similar a la media de la UE.

En la parte positiva de la balanza, está la fuerte disminución de los trabajadores con más de 4 años de búsqueda de empleo. En dos años, se ha reducido en 213.000 personas, un 26,7%, muy superior al recorte en Italia, de 154.000 trabajadores, un 18% del que tenían en el primer trimestre de 2022. Un descenso que se ha consolidado en el último año, pues en los últimos doce meses han abandonado el paro de muy larga duración 110.000 personas, el 16% de los que había en marzo del pasado año. Lo que no implica que todos ellos hayan encontrado empleo: muchos se han jubilado o, simplemente, han abandonado la actividad al abandonar la búsqueda de empleo.

Perfil en España

El perfil del desempleado de muy larga duración en España es una persona que suele encontrarse en un rango de edad superior a los 45 años, lo que les hace más vulnerables a la discriminación por edad en los procesos de selección no profesionalizados y que, por tanto, está mucho más alejado de la digitalización que un perfil más joven. Además, más de la mitad, el 57,1%, son mujeres, señala el estudio de Asempleo. Una combinación explosiva, mayores y mujeres, según apunta Cruañas.

Asempleo plantea un plan de choque con medidas que incluyan la diagnosis y orientación, hasta el acompañamiento activo de estas personas, pasando por acciones de formación diseñadas para la rápida reinserción en el mercado de trabajo de estas mujeres que tienen mayor riesgo de exclusión laboral. Sin olvidar los estímulos fiscales y de ayudas directas en las primeras fases del proceso.

El Ministerio de Trabajo ha creado un plan específico de 3 años, con una dotación de 630 millones de euros en políticas activas de empleo destinado a mayores de 52 años. Unos planes que se aplicarán en las 17 comunidades autónomas, algunas de las cuales, como Catalunya, cuenta además con sus propios planes de choque para este colectivo.