El Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles la revisión del plan TEN-T para completar proyectos transeuropeos de transporte, como carreteras, ferrocarriles, puentes y túneles transfronterizos, para 2030. Un plan que afecta a toda la línea de corredores, incluido el mediterráneo. Las nuevas normas sobre las orientaciones para el desarrollo de la red transeuropea de transporte han salido adelante con 565 votos a favor, 37 votos en contra y 29 abstenciones. Precisamente, el Partido Popular ha votado en contra, igual que ya hiciera en 2012. Una vez aprobadas por el Consejo Europeo, entrarán en vigor veinte días después de su publicación en el Diario Oficial de este organismo.
De este modo, para eliminar los cuellos de botella y abordar conexiones pendientes, los eurodiputados han respaldado una actualización del plan de la UE para construir una red de ferrocarriles, carreteras, vías navegables interiores y rutas de transporte marítimo de corta distancia conectadas a través de puertos y terminales en toda la UE. Los proyectos actuales de la RTE-T incluyen, entre otros, la línea ferroviaria de alta velocidad Lisboa-Madrid, el ferrocarril báltico, que conecta Helsinki y Varsovia, y el túnel base de Brenner, entre Austria e Italia.
A partir de aquí, los principales proyectos de la red básica de la RTE-T deben estar finalizados antes de que termine 2030, a fin de contar con un despliegue de infraestructura amplio para finales de 2050. Para acelerar los plazos, se introduce una fecha objetivo intermedia, 2040.
Trenes más rápidos
Los deberes para corredores, todavía prácticamente inexistentes, como el mediterráneo, son mayúsculos. Los eurodiputados garantizaron que los ferrocarriles de la red básica de la RTE-T estén electrificados, circulen a 100 km/h en el caso del transporte de mercancías y crucen las fronteras interiores de la UE en menos de 25 minutos de media a finales de 2030. Una velocidad mínima de 160 km/h debería convertirse en la norma en los trenes de pasajeros a partir de finales de 2040.
Asimismo, los principales aeropuertos europeos (aquellos con más de doce millones de pasajeros anuales) estarán conectados a la red ferroviaria transeuropea. Para garantizar mejores condiciones de descanso a los camioneros, las principales carreteras de la Unión deberán contar con lugares de estacionamiento seguros y protegidos como mínimo cada 150 km.
El retraso del corredor mediterráneo
Esta revisión del plan TEN-T obliga al gobierno español, pero también al francés, a acelerar las infraestructuras pendientes para tener el corredor mediterráneo, para cumplir con los objetivos de descarbonización y reducción de la contaminación a través de redes de ferrocarriles que complementen las demás vías de distribución actuales.
Este eje ferroviario de viajeros y de mercancías, que conectará Algeciras con Ucrania (en color verde), y que tiene una longitud de 4.045 km en la parte española (8.611 el total del corredor), tiene una velocidad mínima para viajeros de 160 km/h.
Actualmente y, a modo de ejemplo, todas las líneas de la Red Básica de los corredores TEN-T deben tener —antes de 2030— ancho estándar (directamente o mediante ancho mixto), electrificación a 25 kV CA, ERTMS y GSM-R, y las de mercancías, además: 22,5 toneladas por eje, apartaderos para trenes de 740 metros, velocidad mínima de 100 km/h y otras características compatibles con el tráfico de mercancías. Y para ello no sirven las líneas de alta velocidad (LAV) Madrid-València y Albacete-Alacant, ya que son exclusivas para pasajeros. Pero también se deben actualizar los tramos que conectan este corredor con Francia, y desde el gobierno de Emmanuel Macron tampoco han marcado plazos para terminar los requisitos mínimos para entrar en funcionamiento.