El campo pierde trabajadores desde hace dos años y la sequía de los últimos meses precipita la gran renuncia de agricultores y ganaderos. Si bien se trata de un sector estacional que sufre altos y bajos constantes, en Catalunya el número de ocupados en el sector durante el primer trimestre del año fue de un 24% menos que el año pasado, con una pérdida de 13.700 trabajadores respecto a los 56.800 del primer trimestre del año pasado para pasar ahora a 43.100 ocupados. Es una caída mucho más drástica que el 9,6% que lo han dejado en España y se trata del peor primer trimestre en ocupación agraria de, al menos, los últimos 15 años, puesto que los primeros datos facilitados por el INE de la Encuesta de Población Activa son del año 2008.
De hecho, las cifras del primer trimestre de este año y del cuarto de 2020 son las peores de los últimos 15 años, con un mal momento entre 2014 y 2015 que se acercó a la crisis actual. Por lo que respecta a las cifras trimestrales, Catalunya ha perdido casi 6.000 trabajadores del sector respecto a los 49.000 del trimestre pasado. O sea, ha perdido casi la mitad de sus trabajadores anuales en un solo trimestre. Si atendemos al peso de la agricultura sobre el PIB en las provincias catalanas, observamos también la drástica caída de Lleida, que durante el cuarto trimestre del año 2021 debió un 16,2% de su PIB a la agricultura y ahora registra un 8,2%, peor cifra desde el año 2014 y segunda peor desde el año 2009.
Desde Unió de Pagesos, reclaman financiación para modernizar los regadíos y que se deje de ver el acceso al agua como una cuestión meramente urbana, según recoge en su web un artículo de opinión del coordinador nacional de la Unió. Pero la sequía es "la gota que ha colmado el vaso", comenta sin caer en la paradoja (o sí) Santi Caudevilla, también miembro de la Unió. "El sector primario viene siendo maltratado de todas las maneras. Se está burocratizando todo de tal forma que hay un alto coste de tiempo y dinero improductivo, se nos somete a una fiscalización absurda", reflexiona, así como lamenta que no se puede competir con los precios que imponen las grandes superficies "con productos que vienen de países que no tienen ni mucho menos tanto control".
Caudevilla asegura conocer al menos a 50 propietarios ganaderos o agricultores que han dejado el sector, "con el riesgo de incendio que suponen las tierras abandonadas", alerta, y a que cada vez es más difícil encontrar trabajadores disponibles, a pesar de que en Lleida hay 23.000 parados y una gran tradición agraria.
A nivel estatal, la pérdida de 79.500 trabajadores en un año, un 9,6% de los 748.200 trabajadores y trabajadoras en activo, preocupa a ganaderos y a sindicatos, unidos ahora por pedidos de auxilio que no dejen fuera ni a trabajadores ni a propietarios. A este 9,6% se le pueden sumar los 17.800 menos que hay registrados en el paro agrario, que cerró el primer trimestre con 137.000 registrados, un 11,5% menos que en el año anterior, según alerta un estudio basado en la EPA de Comisiones Obreras.
Si miramos las cifras trimestre a trimestre, 13.600 personas dejaron el sector desde el cuatro del año pasado y 8.600 dejaron de estar registrados. Se trata de un sector cambiante, que vive repuntes y caídas cíclicas en función de cambios estructurales, como por ejemplo la apuesta por la granja porcina intensiva o las buenas y malas temporadas de frutas y verduras sujetas a todo tipo de cambios. Aunque en el primer trimestre de la pandemia, en 2020, las cifras fueron parecidas a la ocupación actual del sector agrario, anteriormente no se registraba una ocupación tan baja desde el año 2016. Si miramos el peso de la agricultura a nivel estatal, el sector agrario está por primera vez en los últimos 15 años por debajo del 4%, al quedarse en un 3,8% de la actividad económica española.
Desde Comisiones Obreras, recuerdan que a nivel laboral es necesario poner en marcha "los aspectos centrales de la reforma laboral que todavía no se han desarrollado en los convenios colectivos que están pendientes de cerrar: el contrato fijo-discontinuo y el contrato por circunstancias de la producción deben aplicarse en momentos puntuales de la actividad agropecuaria del país". En otro comunicado del 14 de abril, la Federación de Industria del sindicato pidió al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que a la hora de activar ayudas "se tengan en cuenta las importantes pérdidas de empleo" en el sector y no se centren todas las ayudas en los propietarios.
El pasado martes, el consejo de ministros aprobó un nuevo reparto de 292 millones de euros para programas de actuación agrícola y ganadera en toda España, mientras que el ministro Luis Planas aseguró que agricultores y ganaderos "pueden estar tranquilos" porque seguirán "apoyándoles en unas condiciones tan difíciles como las que propicia la sequía".