A finales de agosto, en plena operación retorno, el litro de gasolina se pagó a 1,731 euros de media en las estaciones de servicio de España y el diésel, el mayoritario, a 1,622 euros, lo que supone un incremento del 8,3% para el primero y un 12,6% para el segundo desde el arranque del verano, en la semana del 26 de junio. En conjunto, el alza de los carburantes de automoción en España en los meses de julio y agosto rondó el 10%, subidas que previsiblemente continuarán hasta final de año, aunque con incrementos más moderados. A pesar de las fuertes subidas -que no han cedido ni una solo semana-, tanto el diésel como la gasolina se han encarecido en España por debajo de la media de la Unión Europea, según los datos de la Unión Europea hechos públicos este jueves.
Así, la gasolina de 95 octanos se pagó de media en la UE a finales de agosto a 1,898 euros, un 10,1% más que a finales de junio, lo que supone un incremento 2 puntos porcentuales (pp) superior al registrado en España. El gasoil, por su parte, costó en la UE 1,779 euros, un incremento del 13,2%, 0,6 pp mayor que en España. Esta menor subida en comparación con la media de la UE se explica principalmente por los menores impuestos que se pagan en España, aunque también actúan otros factores como una mayor o menor competencia, con más o menos gasolineras en una misma zona. La evolución del consumo no ha sido determinante si se tiene en cuenta que la compra de carburantes descendió un 1,1% en el conjunto de la UE en el mes de julio y, sin embargo, en España se vendieron más litros que en junio, en concreto un 0,2% de aumento.
La fuerte subida tanto del diésel como de la gasolina a nivel mundial, la explican los analistas por el rally alcista del petróleo durante julio y agosto debido a la decisión de la OPEP, en especial de Arabia Saudí y de Rusia, de recortar su producción. De media, el barril de Brent, el que se utiliza en Europa, tuvo un coste medio de 74,8 euros en junio; en julio ascendió a 80,11 euros; en agosto a 86,15% y en la primera semana de septiembre sube a 90,84 euros, presionado por la decisión de Arabia Saudí y Rusia de prorrogar el recorte de oferta hasta final de año. El país árabe dejará de sacar al mercado 1 millón de barriles al día y Rusia 300.000.
Alza más moderadas
Eso hace que los expertos vaticinen que el petróleo siga subiendo en los últimos meses de 2023 y, por consiguiente, también los carburantes de automoción. Ana Maria Jaller-Makerewicz, analista del Institute for Energy Economics and Financial Analysis, en Londres, considera que la decisión de Arabia Saudí y Rusia (los dos principales exportadores de crudo del mundo) estuvo muy bien planeada, haciendo coincidir su anuncio con la recuperación de la actividad económica en Europa tras el descenso estival. “Si la demanda aumenta y se continúa restringiendo el suministro, el precio podría seguir subiendo”, declara. En opinión de la consultora, “la pregunta clave es si llegará a 100 dólares el barril, pero eso depende de si continúan las restricciones en el suministro”. Aunque, también, “de sí la demanda no se siente afectada por el alto precio”, matiza. Y señala la similitud del mercado del petróleo con el del gas, donde la posibilidad de reducir el suministro de GNL de Australia por huelgas en dos de las plantas principales, ha aumentado la volatilidad.
Sin embargo, las previsiones son algo más prudentes y descartan llegar a los 100 dólares, aunque la notificación del recorte de producción hace unos días provocó que el Brent superase los 90 dólares por primera vez en 2023. La analista del banco UBS Solita Marcell considera que el precio podría colocarse en 95 dólares a finales de año, aunque Daan Struyven, analista de Goldman Sachs, es algo más optimista y se queda en los 93 dólares. No obstante, no se descartan picos superiores en función de cómo evolucione la demanda. En principio, se apuesta por un menor consumo, con China y Alemania debilitadas, y caídas en el comercio mundial y, por tanto, en los fletes de buques y otros sistemas de transporte. Lo que debería contener el consumo y, en consecuencia, moderar la evolución del precio del Brent, que desde junio se ha encarecido 16 dólares, un 21,4%. Si se queda en los 95 dólares, la subida será de 5 dólares, algo más de un 5,6%. Ahora bien, los expertos también recuerdan que la gasolina y el diésel ya están en precios cercanos a los registrados en los peores meses de 2022 por la invasión de Ucrania.
Estos expertos señalan el efecto económico que tendrían precios del petróleo cercanos a los 100 dólares. La inflación, todavía muy alta en la mayoría de los países, podría sufrir tensiones que obligarían a los bancos centrales a seguir subiendo los tipos de interés.
Subidas del carburante en la UE
De momento, la gasolina ha superado los 2 euros en países como Países Bajos, Finlandia y Dinamarca y se acerca en Francia, Grecia e Italia. En el diésel, sobrepasa los 2 euros en Suecia y Finlandia y roza los 1,9 en Bélgica, Francia, Italia y Países Bajos. En la UE, las mayores subidas se han dado este verano en los Países Bajos (15,3%), Chipre (13,9%) y Portugal (12%) en la gasolina y en el diésel, en Países Bajos (20,9%), Letonia (17,5%) y Chipre (16,8%).