En el último año, el uso de la factura electrónica se ha acelerado en España, sobre todo entre las pymes privadas. Con casi 340 millones de documentos intercambiados entre empresas y entre estas y las administraciones públicas, la gestión de las e-facturas ha crecido un 31,98% anual, y ha generado un ahorro de 2.600 millones de euros en el coste de la gestión empresarial, según el último informe Factura electrónica 2022 en España, de la consultora de soluciones de intercambio electrónico Seres. El estudio muestra como las cifras de ahorro también van creciendo, en el pasado año, un 25,32%. En términos medioambientales, este ahorro se traduce en la reducción de uso del papel equivalente a 18.966 pinos.
La edición del pasado año es especialmente significativa, ya que da cifras de la situación previas al impacto que tendrá la aprobación de la Ley Crea y Crece, en vigor desde el 19 de octubre de 2022, y la obligatoriedad de emitir facturas electrónicas entre empresas y autónomos, al cual las grandes compañías tendrán que comenzar a acogerse a partir de 2024, para empresas y autónomos que facturen más de 8 millones y para las demás en la primavera de 2025. Esto hace prever que el avance de la e-factura seguirá creciendo, convirtiéndose en una oportunidad única para agilizar, mejorar la eficiencia de las empresas y optimizar recursos.
Los datos reflejados en el estudio reflejan la importante actividad que la factura electrónica está teniendo en sectores como el de gran consumo, la automoción, la industria y la construcción. Las empresas del sector retail, tanto en tienda como en fábrica, fueron las que emitieron un mayor volumen de facturas electrónicas en España, acaparando más del 50% de los documentos emitidos. El sector de la automoción, la construcción y la industria energética fueron también segmentos bastante activos en el uso de factura electrónica, dejando muy atrás a sectores todavía reticentes en el uso habitual de esta herramienta en sus relaciones comerciales: el inmobiliario o el educativo. También continúa siendo insuficiente su uso en áreas de negocio como el sector primario. Javier López, director general de Seres, explica que “las herramientas digitales, en especial la factura electrónica, siempre han brindado grandes beneficios a las compañías. Sin embargo, el carácter esencial de la digitalización empresarial nunca había sido tan evidente como hasta ahora”.
Las pymes lideran el uso de las e-facturas
Las pequeñas empresas se sitúan a la cabeza en el uso de la factura electrónica, aunque en este último año también ha repuntado entre las grandes empresas. Son más de la mitad las empresas del sector terciario que ya emiten y reciben documentación electrónicamente -el 62,41% de los documentos emitidos y el 76,91% de los recibidos correspondieron a empresas relacionadas con este sector de actividad-, seguidas muy de cerca por los negocios industriales. La comparativa refleja que las pequeñas empresas fueron las mayores emisoras de facturas electrónicas durante 2022, con un 36,17% del total, un 3,34% más que en 2021. Esta tipología de empresas también registró un 32,12% de recepción de facturas electrónicas, un 1,09% más que en el año anterior.
La tendencia fue diferente en el caso del sector secundario. Este sector comprendió el 47,90% de las empresas emisoras y el 42,01% de las receptoras, representando el 37,02% de los documentos emitidos y el 22,57% de los recibidos. En este sentido, la aceptación de la e-factura en el sector primario continúa siendo una tarea pendiente en España. Su utilización apenas experimentó cambios significativos respecto al año anterior, con una representación del 1,87% de empresas emisoras y un 1,75% de receptoras. A su vez, los documentos emitidos y recibidos coparon porcentajes similares, un 0,57% y un 0,52% respectivamente.
Madrid y Catalunya lideran el uso de e-facturas
Por comunidades autónomas, Madrid encabeza la lista como la más activa en 2022 en volumen de emisión de facturas electrónicas, con un 32,11% del total. Le sigue de cerca Catalunya, que ocupa el segundo puesto en el ranking con el 28,37%; y Andalucía, que se sitúa tercera con el 12,07%. A ellas les siguen País Vasco (6,46%) y la Comunidad Valenciana (4,49%). En el extremo opuesto, Islas Baleares, (0,28%), Extremadura (0,24%) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (0%) son las tres comunidades con los volúmenes de emisión más bajos a nivel estatal, según el estudio Factura electrónica 2022 en España, elaborador por Seres.