La evolución de los indicadores económicos que se conocerá en las próximas semanas ayudarían a aclarar en qué medida el proceso de desinflación continua en Estados Unidos, si la demanda agregada se está moderando frente a condiciones financieras y crediticias más estrictas y si los mercados laborales están alcanzando un mejor equilibrio entre demanda y oferta. Y, basándose en ello, la Reserva Federal tomará una decisión sobre los tipos de interés, tal y como dejan claro los expertos de la autoridad monetaria en las actas de la reunión celebrada el 31 de octubre y 1 de noviembre que se conocieron este martes. Los miembros del Comité Federal de Mercado abierto de la Reserva Federal coincidieron en su última reunión en que es necesario "proceder con cautela" a la hora de estudiar posibles nuevas subidas de tipos de interés. "Todos los participantes coincidieron en que el Comité estaba en condiciones de proceder con cautela y que las decisiones políticas en cada reunión seguirían basándose en la totalidad de la información (económica) entrante y sus implicaciones para las perspectivas económicas", afirma el texto. En aquella reunión, los miembros del FOMC acordaron mantener los tipos en una horquilla del 5,25% y el 5,5%, su máximo nivel desde 2001, aunque no descartaron otra subida antes de fin de año, que podría anunciarse en la última reunión que se celebrará el 12 y 13 de diciembre.
Por el momento, los datos de octubre pasado muestran que la tasa de inflación volvió de nuevo a bajar, tras haber subido o permanecido estancada desde junio, y los precios se redujeron medio punto, una caída que sitúa al indicador en el 3,2%. La inflación subyacente, dato clave que analiza la Reserva Federal (Fed) para sus decisiones sobre tipos de interés, bajó interanualmente una décima, hasta el 4%. Aun así, el contexto no es precisamente de enfriamiento económico, como se espera cuando los tipos están altos: Estados Unidos registró en el tercer trimestre un inesperado repunte en su producto interior bruto (PIB), que creció el 1,2%, con un ritmo anual del 4,9%, según los datos publicados la pasada semana por la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA).
El mercado laboral, otro dato clave
En cuanto al mercado laboral, otro de los datos clave que analiza la Fed para decidir posibles subidas, la creación de empleo se ralentizó considerablemente hasta los 150.000 puestos nuevos, 147.000 menos de los generados un mes antes, y la tasa de desempleo subió una décima hasta el 3,9%.
"Los participantes señalaron que sería apropiado endurecer aún más la política monetaria si la información entrante indicara que el progreso hacia el objetivo de inflación del Comité era insuficiente", afirma el texto. Además, todos los participantes acordaron que "sería apropiado que la política se mantuviera en una postura restrictiva durante algún tiempo", hasta que la inflación "esté claramente descendiendo de manera sostenible hacia el objetivo" del 2%.
El pasado día 9 en una intervención pública, el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó que no estaba seguro de que el regulador estadounidense haya subido los tipos de interés lo suficiente como para lograr bajar la inflación al mencionado 2%. Así, si hace falta "endurecer aún más la política", señaló Powell, la Fed no dudará en hacerlo.
La parada anunciada a comienzos de noviembre fue el segundo respiro consecutivo tras las once alzas que ha realizado desde marzo del año pasado. Desde marzo de 2022 hasta junio de este año, el comité federal de mercado abierto de la Fed -el órgano encargado de la política monetaria- decidió subir los tipos de interés. Tras la pausa de junio, en julio volvieron a aumentarlos y tanto en septiembre como en octubre los tipos se mantuvieron sin cambios.