La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha subido los tipos de interés en 25 puntos básicos este miércoles. Un nuevo incremento en línea con lo esperado por el mercado, después de la tormenta que ha sacudido al sector bancario en las últimas semanas. Se trata de la novena subida de tipos llevada a cabo por el organismo monetario que preside Jerome Powell desde marzo del año pasado para tratar de frenar la inflación en el país norteamericano.
Con este nuevo encarecimiento del precio del dinero, las tasas se sitúan en la horquilla del 4,75%-5%, su nivel más alto desde el año 2007. A pesar de la incertidumbre financiera creada a raíz del colapso de Silicon Valley Bank (SVB) y el pánico desatado en las últimas semanas por el temor a un efecto contagio en otros bancos como First Republic, la Fed continúa subiendo los tipos para rebajar la escalada de precios.
Los últimos datos reflejan un descenso por octavo mes consecutivo en la inflación de EE.UU., hasta el 6% en febrero, mientras que las cifras de desempleo, otro indicador de referencia para el banco, repuntaron sorpresivamente en el mismo mes, en línea con lo que busca el organismo.
¿Se acerca el final de las subidas?
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que decide las alzas de tipos, ha señalado que las próximas subidas no están aseguradas y dependerán en gran medida de los datos económicos. De este modo, anticipa que "puede ser apropiado un endurecimiento adicional de la política monetaria" para devolver la inflación al 2%, ha señalado en el comunicado posterior a la reunión. No obstante, el Comité asegura que "monitoreará de cerca la información entrante y evaluará las implicaciones para la política monetaria”.
Si bien las declaraciones que acompañan al anuncio de la subida de tipos siguen apuntando a más incrementos de las tasas, el mensaje es menos duro que las declaraciones anteriores, donde el organismo indicaba que los “aumentos continuos” serían apropiados para reducir la inflación. Este tono más suave se produce en medio de una crisis bancaria que ha creado incertidumbre y temor sobre la estabilidad del sistema financiero mundial.
El comité ha querido remarcar el mensaje de que el sistema bancario estadounidense es sólido y resistente. En este sentido, asegura que es probable que los acontecimientos recientes desemboquen en "condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas y que pesen sobre la actividad económica, la contratación y la inflación". Así, considera que "el alcance de estos efectos es incierto" y asevera que permanecerá "muy atento a los riesgos de inflación”.
Con este nuevo incremento, los tipos de interés se sitúan en un rango objetivo de entre el 4,75% y el 5%. Las proyecciones publicadas junto con la decisión sobre el incremento apuntan a una tasa máxima del 5,1%, sin cambios con respecto a la última estimación de diciembre, e indica que la mayoría de los funcionarios de la Reserva Federal esperan solo una subida más de las tasas más adelante.
Tras el anuncio de este miércoles, el presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Jerome Powell, ha asegurado en la rueda de prensa posterior que, a consecuencia de la reciente crisis bancaria, los aumentos de las tasas de interés actuales pueden no ser adecuados para contener la inflación. "En cambio, ahora anticipamos que alguna política adicional de firmeza pueda ser adecuada", señaló Powell.