El despliegue del plan europeo de recuperación va más lento de lo previsto. El bajo nivel de ejecución del plan que permitirá a España canalizar 69.500 millones de euros en ayudas de la UE impide que el dinero llegue al tejido productivo al ritmo deseado para apoyar la recuperación económica tras la crisis de la covid. De los 33.000 millones de inversión previstos en los once Perte convocados por el Gobierno, los proyectos estratégicos que canalizan en grueso de las inversiones, solo se han adjudicado algo más de 3.000, según el último balance de ejecución que realiza la patronal CEOE. Fedea, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, ha sido el último organismo en sumarse a esas críticas al bajo ritmo de despliegue de los fondos que las empresas, muchas de ellas pymes, vienen realizando en los últimos meses.
En su balance del primer año y medio de funcionamiento del Plan de Recuperación español, difundido este lunes, concluye que la ejecución de las inversiones contempladas en el mismo se está llevando a cabo con "excesiva lentitud", por lo que reclama cambios en el diseño del plan que vayan encaminados a dar más protagonismo a las Comunidades Autónomas en el diseño y la ejecución del plan.
"En su primer año y medio de andadura en España, (el Plan) deja un sabor agridulce. El liderazgo de España en la aprobación del Plan y el desembolso de los primeros tramos de fondos convive con la percepción de una excesiva lentitud en la ejecución de las inversiones y con dudas sobre la calidad de algunas inversiones y reformas", señala Fedea en el informe, realizado por su Grupo de Trabajo Mixto Covid-19.
El trabajo realiza un balance de las debilidades del plan y lanza una serie de recomendaciones porque aún se está "a tiempo" de corregir el rumbo del Plan. En este sentido, opina que la presentación por parte del Gobierno de una Adenda al mismo supone "una excelente oportunidad para darle un nuevo impulso al Plan".
Respecto a los puntos débiles del plan, los autores del informe de Fedea destacan la falta de suficientes aportaciones de las empresas en su diseño; el "limitado" papel de las administraciones territoriales en su redacción, y la "lentitud" con la que están llegando los fondos europeos a sus destinatarios.
En lo que respecta a las convocatorias y procedimientos de tramitación, Fedea critica el "exceso" de trámites burocráticos, que a veces haya requisitos "poco razonables, plazos demasiado ajustados, avales excesivos y demasiadas restricciones a la elegibilidad de ciertos tipos de gasto".
"Todo esto dificulta el acceso de las pymes a las ayudas y reduce su atractivo también para las empresas grandes", advierte Fedea, que también aprecia "límites excesivos" a la financiación de inversión industrial, relacionados en parte con el marco europeo de ayudas de Estado y con restricciones medioambientales.
Proyecto tractor territorial
Como propuesta para reforzar el papel de las administraciones territoriales, que son las que canalizan los fondos que los ministerios asignan en las correspondientes conferencias sectoriales, Fedea aboga además por incorporar al plan una nueva figura de proyecto tractor territorial, que permita diseñar actuaciones "de envergadura", adaptadas a la realidad socioeconómica de cada comunidad autónoma, así como por establecer mecanismos de evaluación independiente del Plan, al menos para los resultados de los principales programas y proyectos.
En lo que respecta a las reformas contempladas en el Plan, considera que, en general, "están siendo poco ambiciosas y en ocasiones contraproducentes". En este sentido, Fedea reitera su preocupación, especialmente, por el posible efecto de la reforma de pensiones sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Insiste con la “mochila austriaca”
Al respecto, considera que es “especialmente importante” que la segunda fase de la reforma de pensiones incluya medidas que contribuyan significativamente a mejorar la sostenibilidad del sistema, fundamentalmente mediante el control del crecimiento del gasto. “Debería considerarse la introducción de cuentas individuales de capitalización que faciliten la movilidad laboral (la llamada mochila austriaca) y el inicio de la transición hacia un sistema de pensiones de cuentas nocionales con una rentabilidad ligada al crecimiento de la masa salarial o el PIB", considera.
A la vista de cómo marcha el Plan de Recuperación tras año y medio de funcionamiento, Fedea insta al Gobierno a sentarse con las instituciones europeas para tratar de extender los plazos de ejecución "y para clarificar, e idealmente ampliar, los márgenes disponibles en materia de ayudas de Estado y requisitos medioambientales" con el fin de facilitar la financiación y puesta en marcha de proyectos de inversión, especialmente los de mayor interés estratégico.
Asimismo, aboga por elaborar una hoja de ruta "realista" para el despliegue del resto del Plan que cuente con un consenso político, social y territorial "tan amplio como sea posible".
También apuesta por aumentar la "ambición" de las reformas comprometidas en el Plan, por mejorar el diseño, difusión y ejecución de las convocatorias y licitaciones mediante la agilización de trámites, una mayor colaboración con entidades privadas y el uso de incentivos fiscales como mecanismo de implementación de ciertas ayudas.