Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal catalana Foment del Treball y vicepresidente de la española CEOE, mantiene discretos contactos con Junts y el PNV para tumbar la reducción de la jornada laboral cuando se tramite en el Congreso de los Diputados.

Fuentes próximas a Sánchez Llibre precisan que ni Junts ni PNV desean que se legisle sobre cuestiones que corresponden al diálogo social sin que haya un "acuerdo previo" de los sindicatos y las patronales. Subrayan que estas dos formaciones políticas no ven con buenos ojos validar los "excesos" de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Sánchez Llibre se ha reunido con representantes de varias formaciones, también con los de ERC, si bien señalan que, en cuestiones económicas, el partido de Pere Aragonès y Marta Rovira no tiene la misma "percepción" que Junts y PNV.

Estos contactos los realiza con el visto bueno del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que no atesora la experiencia política de Sánchez Llibre por sus tres décadas de parlamentario. Curiosamente, al inicio de su actual mandato, Garamendi apartó a Sánchez Llibre como responsable de las relaciones de la CEOE con las Cortes españolas, pero eso no ha impedido que continuase con su acción de lobby. A pesar de anteriores enfrentamientos, tanto desde Foment como desde la CEOE aseguran que Garamendi y Sánchez Llibre van al unísono. Como mínimo, en el asunto de la reducción de jornada la sintonía es plena.

En la asamblea general de la CEOE de este martes en Madrid, Sánchez Llibre no intervino y todo el protagonismo fue para Garamendi, precisamente con un alegato contra la reducción de la jornada: acusó al ministerio de Yolanda Díaz de "gobernar contra las empresas". Y añadió que la medida supone "regalar" por decreto casi 12 días de vacaciones pagadas al año por cada trabajador. También cargó contra la posición de los sindicatos, partidarios de la medida.

Fuentes de los asistentes apuntan que Garamendi personalizó el ataque en la ministra Yolanda Díaz, de manera que dejo de lado a los ministros socialistas del área económica del gobierno de Pedro Sánchez. En realidad, Carlos Cuerpo ha intentado introducir elementos de flexibilización en esta cuestión para evitar abrir un conflicto directo con la patronal.

En los últimos meses, Sánchez Llibre también se ha pronunciado públicamente en contra de la reducción de jornada. Entre otros argumentos, subrayó que afecta de pleno a la competitividad de las pequeñas y medianas empresas, y que el 30% de los convenios en el ámbito laboral catalán ya establecen jornadas inferiores a las 37,5 horas semanales.

El próximo lunes, sindicatos y patronales volverán a reunirse con los representantes de Trabajo para intentar aproximar las posiciones. Desde el Ministerio se mantiene la previsión de pasar de las 40 horas actuales a las 38,5 este mismo año y a las 37,5 a partir del 1 de enero de 2025, sin pérdida de salario. En junio pasado, Yolanda Díaz intentó acelerar la negociación para alcanzar un acuerdo antes de las vacaciones de agosto, posteriormente intentó sacarlo adelante pese a la negativa de la negativa de la patronal, sin embargo, en la última reunión, puso sobre la mesa una propuesta más flexible. Prevé más margen para la distribución irregular de horas a lo largo del año en sectores como la hostelería o la agricultura que presentan picos temporales de actividades. No obstante, eso no hizo cambiar de opinión a CEOE ni Cepyme. Esta última mantiene que, tal como está prevista la reducción, tendría un impacto de 11.800 millones para las pymes.