La Generalitat de Catalunya ha aprobado este martes un decreto para unificar la Formación Profesional, de forma que acabe con la división entre la formación inicial, gestionada por educación, y la formación ocupacional, que pende del departamento de Trabajo. Unificando ambos modelos en FPCAT, el Govern aspira a que hasta 2030 se formen 800.000 personas más al 1.800.000 personas que actualmente cuentan con un título de formación profesional. No será necesario crear 800.000 plazas para formar a estas personas, ya que un mejor reparto entre oferta y demanda educativa y la acreditación de competencias de profesionales sin títulos serán dos de las claves de este proceso.
A partir de 2024, empezarán a operar estos centros que funcionen como "ventanilla única", según ha apuntado en un encuentro con los medios de comunicación Fabián Mohedano, presidente de la agencia de Formación Profesional de Catalunya (FPCat), que ha avanzado que en el primer año ya aspiran a que 80.000 personas obtengan el título de formación profesional a partir de la acreditación de competencias, es decir, que puedan obtener un documento que certifique las habilidades adquiridas durante la carrera profesional. Antes, de cara a final de este año, el Govern espera tener listo un mapa que identifique qué centros están mejor preparados para absorber la nueva oferta integrada entre los 2.233 centros que hay en Catalunya, cómo se optimizarán los 2.572 puntos de información y orientación, qué necesidades formativas tiene cada territorio y sector y cómo se pueden repartir los 16.710 docentes, 445.818 plazas de formación y 37.000 empresas implicadas en la formación profesional para arrancar el proceso de la mejor manera.
El proyecto arranca ya de la mano del nuevo marco normativo español que obligará a que toda la Formación Profesional sea Dual, o sea, que compatibilice de manera equilibrada la formación teórica y las prácticas en empresas. Actualmente, tan solo el 5% de los 179.693 estudiantes catalanes de Formación Profesional se forman con el modelo dual.
Inversión de 900 millones en FPCat
La nueva apuesta por FPCat y por atraer a estudiantes, parados y trabajadores hacia la formación profesional y la acreditación de competencias no tiene asignado un presupuesto concreto, pero desde la agencia de formación profesional, Mohedano resalta el incremento paulatino de las inversiones en formación profesional para pasar de los 500 a los 900 millones en tan solo dos años. Y, además, "hay muchas plazas que se quedan sin asignar" y "mucho abandono escolar", que podrían resolverse "con una mejor selección" de las plazas y necesidades, de forma que las necesidades de inversión son menores, si bien irán de la mano de una campaña para informar a trabajadores y parados, sobre todo en cuanto a la acreditación de competencias.
El objetivo es que la Formación Profesional sea la punta de lanza para combatir tres fenómenos que van de la mano: la infracualificación de trabajadores, la alta tasa de paro del 10%, con un paro juvenil del 22,1%, y el elevado nivel de abandono escolar prematuro, de un 16,9%. Catalunya tiene un nivel de población con baja formación del 28%, peor que la media europea y 13 puntos por encima del escenario ideal, que apunta a que tan solo un 15% de los trabajadores que demandará el mercado laboral en un futuro serán de baja formación, debido sobre todo a la digitalización.
En la otra cara de la moneda, Catalunya también tiene más gente con un alto nivel de formación que la media europea, un 47% por un 17%, y más que lo ideal, un 47%. O sea, que en un mercado laboral ajustado, habría un 7% menos de personas con alto nivel formativo y un 13% menos de personas con bajo nivel. Por descarte, ese 20% de personas deberían estar en la franja media de formación, donde Catalunya tan solo tiene un 24% de trabajadores, por el 45% de media europea, que coincide con el nivel ideal. O sea, que faltan un 20% de trabajadores con un nivel de formación media en Catalunya, donde encajarían los trabajadores con título de formación profesional.
Con todo esto, el Govern asegura que Catalunya "se convertirá en la región más competitiva y profesionalizada del sur de Europa", un objetivo muy optimista dadas las cifras y la situación actuales. Hasta la fecha, el Govern reconoce que ha habido una realidad de formación profesional "en paralelo" que no facilita la acreditación de competencias y una falta de adecuación entre oferta y demanda de plazas y mercado laboral que favorece el abandono escolar.